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Darío Benedetto a Boca: la trama secreta del pase que cerró (por un rato) la grieta entre Riquelme y Angelici
Vuelve Darío Benedetto. Y parece cubrir la expectativas que el Consejo de Fútbol tenía respecto de incorporar a un delantero de jerarquía. Desde hacer varios mercados de pases que Boca lo intentaba sin éxito. Ahora, sienten que por fin lograron el objetivo.
La idea fija, desde hace años, es volver a levantar la Copa Libertadores y en el recuerdo xeneize, el apellido Benedetto es el del 9 que más goles y más soluciones ofreció desde la salida de Martín Palermo.
El jugador llegará este jueves al país y tras la revisión médica firmará su contrato, pero… ¿es el mismo jugador que se fue en junio de 2019? Nadie puede decirlo todavía, más allá de que es cierto que no pasó por un buen momento en los últimos cinco meses con Elche.
Pero antes de adentrarse en el estado de forma del jugador, hay algunas aristas positivas de esta transferencia que merecen mencionarse. Para empezar, no parecía sencilla su llegada en este momento, a los 31 años y luego de tres temporadas en el fútbol europeo. En su último club, en España, jugó a préstamo, pero su pase sigue perteneciendo a Olympique Marsella.
¿Qué allanó un camino que parecía demasiado complicado? Sus ansias de revancha en el club de sus amores y, en consecuencia, el rápido llamado de Juan Román Riquelme al enterarse del deseo personal fueron clave. Incluso así, había un contratiempo más difícil de sortear, que involucra a los encargados de la negociación, a la dirigencia actual y a la anterior. Y en medio de todo eso, los recelos quedaron de lado -aunque sea por un rato-, por el bien del club y del futbolista.
Marcone, en medio de la negociación
Para empezar a entender de qué se trata la cuestión, hay que remontarse hasta octubre de 2020. En el arranque de aquel mes, en el que el fútbol ya retomaba su andar tras el golpe de la pandemia de coronavirus, en Boca se producía una salida en condición de préstamo... a Elche. Iván Marcone, íntimo amigo de Benedetto, había jugado apenas dos encuentros de titular de la mano de Miguel Ángel Russo desde que la actual gestión se impuso en las elecciones de diciembre de 2019. Christian Bragarnik, representante del mediocampista, consiguió la cesión con una cláusula extraña.
Como también es dueño del club español, el empresario arregló rápido con el Consejo de Fútbol una obligación de compra de U$S 5 millones, que entraría en vigor luego del quinto encuentro como titular en Elche. La cantidad establecida de partidos fue extraña: Marcone los cumpliría fácilmente. Porque se trataba de un club dirigido por su representante y porque el entrenador era Jorge Almirón, técnico con el que habían cosechado tres títulos en Lanús. Boca le había pagado 8 millones de dólares a Cruz Azul para incorporarlo.
Bragarnik, de estrechos lazos con Daniel Angelici, nunca fue observado con buenos ojos por la actual dirigencia. La nueva conducción siente que ganar la elección fue vencer a Angelici (y al macrismo), pero también a los agentes que se “beneficiaban” con las compras y ventas de jugadores. Tampoco tuvieron buena relación, por ejemplo, con Adrián Ruocco, representante de Carlos Tevez.
Aquella salida de Marcone también significó alejar un representante al que se lo vinculaba con Angelici.
“Bragarnik compró Elche, así que se lo lleva a Marcone. Y nosotros lo queremos lejos del club a ese representante”, le comentaban a LA NACION por aquella época desde lo alto de la actual directiva. No sólo es Riquelme vs. Angelici o Bragarnik. Es toda la comisión directiva la que piensa de esa manera.
Pues bien. Benedetto cerró –al menos por un momento- esa grieta. Fue casi un tratado de paz. La profusa comunicación que hubo entre las partes por esta transferencia, muy probablemente, no se vuelva a repetir.
El operativo retorno del mejor delantero que tuvo Boca una vez retirado Martín Palermo (0,59 de promedio, con 45 goles en 76 encuentros en su primera etapa) generó que sucediera lo que parecía lejano e imposible: ambas partes lograron trabajar juntas en busca de contentar beneficios en común.
Al final, todos sienten haber salido beneficiados: el consejo, porque contará con el N° 9 que buscaba; Benedetto, porque vuelve a vestir los colores que ama (además de buscar revancha luego de lo sucedido en Madrid ante River), y Bragarnik, porque consiguió que su futbolista -y también amigo-, complete su deseo… además de los beneficios económicos que consigue del traspaso.
Las tratativas no fueron sencillas. Tanto en las oficinas del predio de Ezeiza como en las de la Bombonera, cuentan que en medio de la comunicación entre Benedetto y Riquelme, hubo intentos de Bragarnik y del propio Angelici por convencer al delantero de demorar algo más su regreso.
Los argumentos de Bragarnik se sostenían en hacerle entender al futbolista la gran diferencia económica que podía seguir haciendo en Europa. Por el lado de Angelici, hay quienes piensan que esta incorporación puede ser vista como el rasgo más positivo de la gestión de Riquelme, lo que le otorga un efecto político favorable (y contrario a los intereses de Angelici).
“Antes de que Benedetto contestara nuestra propuesta, nos llegó lo que a todos: que tanto Bragarnik como Angelici le dijeron que no viniera a Boca todavía. Obvio, porque estamos nosotros en el club. Se dice que Román y Benedetto no tienen una buena relación, pero entre ellos no pareciera que haya nada malo, sino justamente con su representante. Pero se trabajó bien para que se pueda dar”, explicó una fuente del Consejo de fútbol a LA NACION.
Evidentemente, el concepto en común fue que cada parte sintiera esta noticia como una victoria. Porque, como se dijo, Bragarnik también tuvo sus beneficios. A cambio de hacerse cargo de la gestión por la liberación desde Marsella (Benedetto tenía contrato hasta junio de 2023), consiguió que Boca resigne la mitad de aquella cifra que el representante debía desembolsar por Marcone (la cláusula de los 5 millones mencionada). Además, reforzará a las otras instituciones en las que se desempeña como asesor deportivo. Walter Bou volverá definitivamente a Defensa y Justicia (el Halcón se quedará con el 50% del pase), mientras que Lisandro López -suplente de Carlos Izquierdoz y Marcos Rojo- irá de manera definitiva a Tijuana, de México.
Como se verá, una ingeniería compleja y costosa, que demuestra, también, la obsesión que Boca tenía por el regreso de Benedetto. Por esa convicción con la que cree que es lo que le hace falta para levantar la Copa Libertadores.
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