Boca campeón: una frase torció el rumbo en el peor momento del DT que tuvo “fuerzas”

Esta Copa de la Liga Profesional no es un título más para el ciclo de Sebastián Battaglia, que suma el segundo hito como entrenador de Boca (la Copa Argentina 2021, el otro). Sin embargo, este ha tenido un recorrido especial: de las dudas por los resultados a un presente con sonrisas; de un equipo con pobre fútbol a este que parece saber mejor a qué juega y se mejora día a día; de estar al borde del abismo en su puesto a la convicción –contagiada– de que la situación la podía revertir. Y sí, la dio vuelta. “Cabeza dura” o “caprichoso”, le podrá haber dicho alguno que otro cuando se esperaba que se sincerara y dejara el cargo, pero la realidad marca que su visión no carecía de franqueza. Desde el “estoy con fuerzas para seguir, confío en el plantel” fabricó esta estrella mucho más satisfactoria para todos.

Porque aquella primera consagración, además, tenía el peso previo de que no había mañana: levantar el trofeo era vital para seguir adelante como técnico porque dirigía a un equipo que estaba en una permanente búsqueda de identidad que ya se había vuelto insoportable. Por la vía de los penales, ese amigo que se acostumbró a tener por aquel entonces –y sigue teniendo de su lado–, consiguió el título ante Talleres, de Córdoba, a fines del año pasado. Se sostuvo en el cargo por su nombre: sin una plena satisfacción, la espalda por ser ídolo y el más ganador de la historia de la institución como futbolista (17 consagraciones) hicieron que el Consejo de Fútbol le diera el visto bueno a continuar con el proyecto Battaglia.

Palabra de campeón

De hecho, esas miradas de reojo internas salieron a la luz rápido al producirse aquella reunión en el predio de Ezeiza ante Juan Román Riquelme y sus laderos. Porque la Bombonera ya había dado su sentencia: silbidos tras el empate (1-1) con Godoy Cruz, el encuentro que mereció perder por goleada y marcó el punto de inflexión. Peor no se podía jugar y ese parece que fue el clic, más allá de que el exvolante central debió acudir a aquella “fuerza para seguir” para terminar de convencer puertas adentro. Desde ahí, la levantada futbolística, los resultados positivos y la inhalación de un aire más optimista que lo puso en este momento: con un nuevo título y a un triunfo (obligado ante Deportivo Cali, el jueves) de acceder a los octavos de final de la Copa Libertadores.

“Fuimos de menor a mayor y terminamos disfrutando. Se lo merecen los muchachos, han trabajado mucho en medio de un campeonato difícil. Estoy muy agradecido”, reconoció Battaglia sobre cómo fue el andar de su equipo, en diálogo con ESPN. A la vez que, si bien sabe que Boca requiere ya estar pensando en el duelo clave para mantener el sueño subcontinental, prefiere darse un espacio dentro de tanto vértigo en esta etapa: “Sabemos que tenemos el partido del jueves para lograr el otro objetivo que nos propusimos, pero ahora es momento de festejar. No se sale campeón siempre y éste era uno de esos objetivos cuando arrancamos a principio de año”.

Por eso tiene otro gusto. Esta situación, en la que él sigue jugándose cosas importantes como la mencionada, arrastraba un panorama con más calma: el equipo venía creciendo desde varios aspectos y hasta Raúl Cascini dictaminó semanas atrás que “hay Battaglia para rato”. Y cuando su elenco tuvo un bache (no patear al arco ante Racing, en las semifinales), sus jugadores le respondieron con actitud para llevar al que era el máximo candidato a ser campeón rumbo a los penales, en donde se hizo fuerte.

“Tuvimos momentos en los que disfrutamos, como el clásico que ganamos en cancha de River (1-0). Un partido que el hincha siempre quiere ganar y lo logramos de visitante después de mucho tiempo (2017)”, terminó eligiendo un día clave dentro del campeonato que Boca obtuvo este domingo. De hecho, aquel examen en Núñez también estuvo revuelto con versiones que indicaron el posible fin de ciclo si no salía bien parado: si bien venía de vencer a Estudiantes –otro que se quedó en candidato–, sobrevolaba el recuerdo de la visita al Monumental en octubre de 2021, en la que cayó 1-2 con modificaciones que nadie entendió (sacar a los jóvenes) y una consecuente pálida imagen.

Nadie más que Battaglia precisaba un título así, ganado con autoridad en la final. De acá en adelante, todos saben cómo es Boca.

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