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Boca incorporó 14 centrales desde 2012, pero lleva siete años sin una zaga confiable
Boca vuelve a sufrir un problema central y por eso Lisandro López (a quien Gustavo Alfaro dirigió en Arsenal), será la incorporación como el defensor central N° 14 de la gestión de Daniel Angelici en la Ribera. Las ventas de Lisandro Magallán y de Leonardo Balerdi dejaron una muy buena suma de dólares en las arcas de la institución (28,4 millones de dólares), pero al mismo tiempo expusieron la ausencia de variantes que hoy tiene Alfaro en esa zona, que terminó de convertirse en un dolor de cabeza con la imprevista lesión que sufrió Paolo Goltz el sábado.
La situación no es nueva. Incluso, suele ser un asunto recurrente en los últimos años. Hay que viajar hasta el segundo semestre del 2011 (Jorge Ameal como presidente de la institución y Julio Falcioni como DT) para encontrar una dupla confiable e inamovible. La conformaron Rolando Schiavi y Juan Manuel Insaurralde, y el resultado no pudo ser mejor: Boca campeón invicto del Apertura con récord de valla menos vencida (apenas 6 goles recibidos en 19 fechas).
El primer semestre de 2012, ya con Daniel Angelici como mandamás, esa firmeza defensiva contribuyó para llegar a la final de la Libertadores. Pero tras la derrota con Corinthians, nada fue igual.
Primero fue Insaurralde el que hizo las valijas. Lo reemplazaron entre Guillermo Burdisso (10 presencias en el torneo Inicial) y Matías Caruzzo (9). Y Schiavi, el único hombre de aquel plantel que disputó 18 de los 19 encuentros, se despidió a fin de año.
Carlos Bianchi sumó a Claudio Chiqui Pérez, quien intercaló acción con Burdisso, Caruzzo y un joven Magallán, en su primer paso por el club. Pero ninguno logró afianzarse. Apenas un año después, el zaguero que más encuentros jugaba en el Transición 2014 era el Cata Díaz, mientras Pérez solo participó de 5 partidos y Burdisso, de uno.
A comienzos de 2015 ya no estaba Pérez. Ni Magallán. Caruzzo se había ido a fin de 2013 y Burdisso emigró en mayo. Tampoco estaba Bianchi, claro. Rodolfo Arruabarrena se apoyó en la experiencia del Cata (con 27 presencias, fue el futbolista que más partidos disputó en el inédito torneo de 30 equipos y 30 fechas) y se jugó una carta a la apuesta de Alexis Rolín. Pero aun cuando Marco Torsiglieri y Fernando Tobio (12) exhibieron buenas condiciones como Nº 6, el socio ideal no apareció.
Ya con Guillermo Barros Schelotto como entrenador, el trío Orion, Díaz e Insaurralde logró cierta estabilidad, pero solo en la Copa Libertadores. En cambio en el torneo intercalaron con Tobio. Para colmo, la frustrante eliminación ante Independiente del Valle, en las semifinales del torneo continental, no solo eyectó al Cata Díaz, sino que también se vio obligado a hacer las valijas Orion, después de cinco años de asistencia casi perfecta en la valla azul y oro.
En la recta final del torneo 2016/2017, el Mellizo eliminó la última línea después de una contundente derrota ante River en la Bombonera. Afuera Vergini e Insaurralde, adentro Tobio y Magallán.
Después de tres intentos frustrados, finalmente a mediados de 2017 llegó Paolo Goltz. Su arribo generó expectativa. El hombre que ya se imponía en el Huracán de Cappa a pesar de su juventud, que integró la columna vertebral del Lanús campeón de la Sudamericana 2013 y se potenció en el fútbol mexicano parecía ser la solución a una zona inestable. Pero al menos hasta aquí no solo no colmó las expectativas, sino que sufrió varias lesiones que lo postergaron. Un año después se sumó Carlos Izquierdoz, su compañero en el exitoso ciclo granate.
El Cali aportó voz de mando y tuvo actuaciones destacadas. Pero tuvo una muy pobre actuación en un momento clave: las finales de la Libertadores con River.
Sin Magallán, vendido al Ajax en 10.000.000 de dólares, se preveía que este sería el año de consolidación del chico Leonardo Balerdi, que está disputando el Sudamericano sub 20 con la selección argentina. Pero una muy buena oferta del Borussia Dortmund (18.400.000 de dólares) alteró los planes.
La lesión de Goltz (el doctor Jorge Batista le realizó ayer una artroscopía en su rodilla derecha y tendrá una recuperación aproximada de dos meses) hace que Boca vuelva a enfocarse en sumar zagueros, más allá de que recientemente había adquirido a Junior Alonso. Lisandro López será el Nº 14 de la era Angelici (desde el club le confiaron a LA NACION que restan detalles para oficializarlo). Además, interesan Nehuen Paz (Bologna) y el exRiver Leandro Gonzalez Pirez (Atlanta United), a quien Alfaro dirigió en Arsenal.
Los refuerzos llegan y se van, a pedido de los entrenadores de turno. El presidente desembolsa dólares. Los buenas actuaciones duran un puñado de meses y enseguida se esfuman. Boca lleva siete años sin poder establecer una zaga central confiable. Pero la ruleta de nombres sigue girando.
Los 14 centrales adquiridos por Boca en la gestión Angelici
De 2012 a hoy Boca sumó a los zagueros Guillermo Burdisso, Lisandro Magallán, Claudio Pérez, Juan Forlín, Daniel Díaz, Marco Torsiglieri, Alexis Rolín, Fernando Tobio, Juan Insaurralde, Santiago Vergini, Paolo Goltz, Carlos Izquierdoz, Junior Alonso y Lisandro López.
Los juveniles, relegados
Apenas cinco zagueros surgidos de las inferiores fueron utilizados por los entrenadores de la Primera División de Boca desde 2012 a hoy. Ellos son Juan Forlín (29 partidos, un gol; en la actualidad, sin club), Juan Cruz Komar (cinco partidos, un gol; hoy en Talleres), Agustín Heredia, Gustavo Goñi (1 partido; a préstamo en Agropecuario) y Leonardo Balerdi (cinco partidos; vendido a Borussia Dortmund).
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