Boca: el clima interno, entre los pedidos de disculpas, la presión que le sumó River y los nuevos cambios de Sebastián Battaglia

Vaya paradoja, pero Boca debe cambiar. En medio del ruido interno y externo que generaron las ocho modificaciones que decidió Sebastián Battaglia, sacando a muchos de los que habían tenido un alto nivel frente a Sarmiento (triunfo 2-0) para que descansaran ante Independiente (caída 1-0), el equipo debe volver a reponerse este domingo frente a Newell’s. Las tranquilidades futbolísticas son acotadas: el Xeneize es irregular porque, por ejemplo, no repitió una misma formación desde que el ex volante central se hizo cargo del banco de suplentes. Mientras en el horizonte hay una final de Copa Argentina trascendental, Boca presenta estados de ciclotimia. También de descontrol e impotencia. Y, encima, River ganó el Torneo 2021 con mucha comodidad.

Siempre se dice que Boca se mira en su propio espejo y en River (y viceversa). Y es una verdad que jamás podrá ser refutada. Entonces, aunque el título Millonario fue tan merecido como anticipado y previsible, la exigencia azul y oro aumentó desde el momento en el que los de Núñez pusieron las manos en el trofeo: además de clasificarlo a la Copa Libertadores 2022, acaso el objetivo del semestre, el éxito en la final del 8 de diciembre ante Talleres, de Córdoba, o Godoy Cruz (el próximo miércoles conocerá quién será su rival) pasó a ser una obligación mayor para que el caos no se desate y el título vecino no pese demasiado en contra.

Y es que, quizás, ya no sea lo mismo clasificar al certamen subcontinental mediante esa vía o la de la tabla acumulada de puntos. Aunque la segunda también es válida, cargaría con la mochila del tropiezo en un nuevo encuentro decisivo. Por eso, permanentemente los protagonistas resaltan que quieren cumplir ambos objetivos y, más allá de los errores, no dejar dudas en ambos frentes.

Así es como en el encuentro de este domingo, en la Bombonera (desde las 21.30), necesita rectificar lo hecho en Avellaneda y ratificar lo que se había visto ante los juninenses, como para retomar ese juego esperanzador que duró un ratito, porque Battaglia y su idea del recambio masivo se encargaron de apagar.

El primer paso, de hecho, es volver a esa base. Por eso, ahora podrían ser hasta nueve los cambios de un encuentro a otro: retornarán los que habían salido del equipo, solamente haría descansar a Luis Advíncula (ingresaría Eros Mancuso al lateral derecho) y tan solo tendrá que poner una rueda de auxilio obligada por la infantil expulsión de Carlos Izquierdoz, el capitán del equipo (el reemplazo está en Carlos Zambrano o Lisandro López). Esos impulsos también deben ser corregidos hacia la final.

Por un lado, así como en los hinchas y analistas extrañó semejante revolución cuando las cosas se habían hecho bien dentro y fuera de la cancha con las elecciones de jugadores titulares ante los de Junín, también llamó la atención puertas adentro, aunque respetan las decisiones del entrenador elegido, por ahora, hasta diciembre: hay que desestimar el hecho de que el Consejo de Fútbol -liderado por Juan Román Riquelme- ya esté buscando nuevo entrenador, pero claro está que ese tipo de jugadas mal implementadas le pueden costar caro en el balance final.

Al mismo tiempo, Battaglia debió reunir al grupo en Ezeiza al día siguiente de la derrota en el Libertadores de América y dialogar sobre las actitudes impotentes que demostró el equipo en un momento del partido que requería calma. Como portador de la cinta, Izquierdoz ofreció disculpas frente a todo el plantel por el error que cometió a partir de la picardía de Velasco: cuando el joven pateó apenas la pelota con la intención de hacer tiempo y buscar el enojo del zaguero, se encontró con un experimentado que igualmente mordió el anzuelo y se fue expulsado por un codazo corto, pero duro al estómago.

Lo mismo debieron hacer otros dos jugadores por una situación insólita ocurrida fuera de los límites del campo de juego. El gran responsable fue Cristian Pavón, que una vez reemplazado se empecinó tirando al piso varias botellas de agua, exponiendo su inconformismo con la actuación individual y colectiva y mojando a un Zambrano que, además de no haber jugado, debió soportar la locura del delantero en el banco: debieron frenarlo para que no llegara al cara a cara, instante en el que Pavón se dio cuenta del evitable momento.

Si bien enseguida se juntaron para dejar todo claro, también debieron hacerse cargo de lo hecho cuando volvieron a verse con sus compañeros, en especial el cordobés. Según le confiaron a LA NACION, el equipo de trabajo de Riquelme no se involucró en esa charla privada del plantel.

Las probables formaciones

• Boca: Agustín Rossi; Eros Mancuso, Carlos Zambrano, Marcos Rojo y Frank Fabra; Agustín Almendra, Jorman Campuzano y Juan Ramírez; Edwin Cardona; Sebastián Villa y Luis Vázquez. DT: Sebastián Battaglia.
  
• Newell’s: Ramiro Macagno; Franco Escobar, Diego Calcaterra, Facundo Mansilla y Mariano Bittolo; Jerónimo Cacciabue y Julián Fernández; Pablo Pérez, Nicolás Castro y Juan Garro o Francisco González; Ignacio Scocco. DT: Adrián Taffarel.
  
• Árbitro: Patricio Loustau.
  
• Cancha: Boca Juniors.
  
• Hora de inicio: 21.30.
  

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