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Como en sus mejores noches de Copa, con una ráfaga Boca goleó a Deportes Tolima
La estación de la Ribera lo encuentra cambiado, renovado, más atrevido. Gustavo Alfaro desmiente una vieja teoría, esa que suscribe que el paso del tiempo convierte al hombre en un sujeto más conservador, pensante y precavido. A los 56 años, Boca lo encuentra en un modo audaz, un canto de sirenas ruidoso y al ataque, impropio en una trayectoria exitosa y en ascenso, con formaciones planificadas, estructuradas y defensivas. Boca no parece un equipo de Alfaro: al menos, al Lechuga de un puñado de años atrás. No es mejor ni peor: las etiquetas, de algún modo, le hicieron un daño mayúsculo al fútbol. Los equipos que hacen historia entienden ese concepto: basta recordar la teoría tan audaz como ingenua de Guillermo Barros Schelotto en las copas, para sentenciarlo. La fórmula del ataque –matizada de influyentes nombres propios, de figuras que ningún otro equipo argentino tiene– es una propuesta atractiva y arriesgada. Si sale mal, habrá traicionado su ideología. Si sale bien, como en la noche de copas frente a Deportes Tolima, comprendió exactamente de qué se trata el mundo Boca. El segundo tiempo fue de colección.
Al menos, desde las formas, desde el dibujo. Villa por la derecha, Tevez por el centro, Zárate por la izquierda. Unos pasos más adelante, Benedetto.Buffarini –ovacionado como si se tratase de una figura, después de la rabona a San Lorenzo– y Mas –imprescindible en el segundo gol–, por las bandas, cada uno en tiempo y espacio, como en los buenos tiempos del San Lorenzo del Patón Bauza. El balón vuela hacia adelante con la complicidad del sistema y el entusiasmo de un entrenador vestido para la ocasión. El primer tiempo, sin embargo, lo descubre vacío: un tiro al arco de cierto riesgo, de Benedetto, débil. Lo que sigue es un concierto: los goles de Zárate, de tiro libre (se desvía en Marco Pérez), Benedetto, de cabeza y Zárate, otra vez, luego de una combinación estelar, a campo abierto.
El 1-0, de Marco Pérez, en contra
Así fue el 1-0 del Xeneize. #VamosBoca [R][R]pic.twitter.com/8N8JqAMziO&— Planeta Boca Juniors (@PlanetaBoca) 13 de marzo de 2019
Los aplausos se extienden en la segunda mitad. Aunque todo, en realidad, es relativo: el club xeneize se hizo gigante con títulos de todos los colores y los más grandes, los coperos y mundiales, se crearon con estructuras sólidas, sin derroches, más allá de que casi siempre tuvo jugadores fuera de serie. El recuerdo de Carlos Bianchi es una buena medida. Este Boca, con este Alfaro, ataca, contra viento y marea. La resistencia de Tolima dura un suspiro. No es un adversario sin jerarquía: el conjunto colombiano volvió a la competición luego de seis años, tras conquistar Apertura 2018 y arrancó de la mejor manera, tras vencer como local a Atlético Paranaense, de Brasil, el campeón de la Copa Sudamericana, por 1-0, en Ibagué. El equipo dirigido por Alberto Gamero ocupa la séptima posición en el torneo colombiano con 14 puntos en diez fechas, a seis de Cúcuta y Millonarios.
Benedetto puso el 2-0
El 2-0 de @PipaBenedetto. #VamosBoca [R][R]pic.twitter.com/uUSpMflawj&— Planeta Boca Juniors (@PlanetaBoca) 13 de marzo de 2019
El 0-0 sellado en Bolivia, al final, valió la pena. Un empate y un triunfo no está nada mal. Hace una temporada, la travesía había comenzado con el 0-0 ante Alianza Lima en Perú y luego siguió con la victoria por 1-0 sobre Junior, en la Bombonera. Una copa que fue sufrida de principio a fin: desatado, gritó los goles que Palmeiras le hizo en la última fecha a los colombianos, que permitieron la angustiosa clasificación. Y la final –River, en el Bernabéu– se sabe, sigue siendo el dolor más grande que su rica historia recuerde.
Zárate selló el resultado
Contra letal y 3-0 final de @mau_zeta. #VamosBoca [R][R]pic.twitter.com/ciIQt0po4q&— Planeta Boca Juniors (@PlanetaBoca) 13 de marzo de 2019
Esos no tan viejos fantasmas se quitan con producciones como las de la parte final. Con la prepotencia de un ataque voraz, en el que los cuatro entendieron el concepto imprescindible de jugar en equipo. Sobre todo, Tevez y Zárate: cómplices de una buena vez. Cánticos contra la Conmebol, contra River. Cánticos propios, genuinos, de corazón. Boca, ahora sí, vuelve a sonreír. El 3-0 a San Lorenzo lo convenció, el 3 a 0 de esta noche lo transformó. Boca es otro. Hasta Buffarini se animó a otra rabona. La Bombonera latió, como en sus mejores noches de copas.
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