Boca - Banfield: la LPF no aceptó el pedido de postergación y los xeneizes tendrán que poner juveniles... o no jugar

Boca deberá afrontar las dos próximas fechas del Torneo 2021 con juveniles o... no jugar.

A poco menos de 29 horas para su inicio, Banfield vs. Boca ya es el “partido de la rosca”. Por un lado, el ministerio de Salud revirtió la decisión que había dejado trascender ayer de aceptar una excepción y que los futbolistas xeneizes, aislados hasta el miércoles en un hotel del microcentro, pudieran trasladarse en burbuja sanitaria al estadio de Banfield, sede del encuentro.

Por el otro, la Liga Profesional de Fútbol (LPF) rechazó el pedido del club que preside Jorge Amor Ameal para postergar su partido ante el Taladro y el siguiente, previsto para el martes ante San Lorenzo. Así, Boca tiene dos caminos: disputar su encuentro de mañana con suplentes o no presentarse y que el tribunal de Disciplina de la AFA resuelva la suerte del partido.

A primera hora de este viernes, Boca había metido presión sobre las autoridades de la LPF y del gobierno nacional al decidir que la Reserva disputara su partido contra Banfield, al que venció por 3-1. Era una manera de sentar postura: “Con los titulares o nada”, aseguraron desde la Bombonera. Ahora, los juveniles no llegarían con descanso suficiente y tendrían que disputar dos partidos en menos de 36 horas.

Esa presión no fue suficiente, ya que el gobierno insiste en que las imágenes de la delegación xeneize en Brasil hablan por sí solas y la burbuja sanitaria está rota. “Se considera que los hechos sucedidos en Belo Horizonte luego del partido del que participaron Boca y Atlético Mineiro, implican en varias oportunidades la ruptura de la burbuja establecida como segura y requisito para la excepción en el cumplimiento de la cuarentena al ingreso al país”, le respondió Sonia Gabriela Tarragona, titular del Gabinete de Asesores del ministerio de Salud al presidente de Boca, quien había pedido a primera hora un “corredor sanitario” para sus futbolistas aislados en un hotel del microcentro.

La funcionaria de la cartera de Salud agregó: “Teniendo en cuenta el riesgo que esto implica de introducción de nuevas variantes, la situación epidemiológica nacional, el esfuerzo realizado por la sociedad en su conjunto y el potencial riesgo para los jugadores del equipo contrario, es que la autoridad sanitaria considera que no se puede autorizar la excepción para el plantel implicado en los hechos mencionados, priorizando el objetivo de minimizar los riesgos y disminuir lo máximo posible la velocidad en el incremento de contagios”. Esa decisión dejaba inmediatamente fuera de combate a los 24 futbolistas profesionales que viajaron a Brasil. Boca debía apelar a los juveniles o... no presentarse.

La LPF le asestó otro golpe al club xeneize al rechazarle pasado el mediodía la postergación del encuentro ante el Taladro. La mesa directiva de la entidad emitió un dictamen de cinco páginas en el que funda su decisión de no aceptar la postergación de los dos próximos encuentros: frente a Banfield y ante San Lorenzo, el martes. Los 24 jugadores aislados, entonces, no podrán estar presentes en ninguno de los dos partidos.

“Si el partido no se juega vamos al tribunal. Y ahí discutimos todo”, desafiaron desde la Bombonera. Se referían al tribunal de Disciplina de la AFA, que debe fallar en estos casos y donde hay un antecedente reciente sin resolución. En marzo de 2020 River decidió blindar el Monumental por el temor al coronavirus, que recién comenzaba a llegar al país. El partido ante Atlético Tucumán por la primera fecha de la Copa de la Superliga fue suspendido y, pese a que aquella jornada se consideró para la clasificación a las copas internacionales, el torneo quedó inconcluso y con un asterisco. El tribunal de disciplina emitió su fallo varios meses después y estableció que River tenía que pagarles los gastos a los tucumanos. No resolvió su reprogramación ni darles a los norteños los tres puntos. El Decano apeló y el expediente está en el tribunal de alzada desde noviembre.

El tablero político del fútbol actual habla de un enfrentamiento entre la Liga Profesional de Fútbol y la AFA. O, lo que es lo mismo, Marcelo Tinelli vs. Claudio “Chiqui” Tapia. Ameal, el presidente de Boca, es un crítico feroz del “doble comando” del fútbol argentino, y entiende que las decisiones deberían centralizarse en Viamonte. Tapia cree que tiene a Boca de su lado.

Y será un órgano de la AFA de Tapia (que preside el escribano Fernando Mitjans, cercano al presidente Alberto Fernández) el encargado de definir si Banfield merece los puntos o no en caso de no presentación de Boca. La pieza que falta es Eduardo Spinosa, hombre fuerte del Taladro, gerente general de la LPF y muy cercano a Tinelli. Banfield vs. Boca, entonces, es mucho más que un simple partido de fútbol.

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