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Boca jugó mejor, le ganó a Atlético Tucumán y ahora es segundo en la Copa de la Liga Profesional
Con goles de Cristian Medina, Sebastián Villa y Franco Soldano se impuso por 3-1; descontó por Leonardo Heredia; Agustín Almendra fue figura, pero salió lesionado; el ganador escolta a Vélez, a tres fechas de los playoffs.
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Boca obtuvo un triunfo vital. Con un mix que incluyó la titularidad de varios juveniles, debido al debut del miércoles por la Copa Libertadores, jugó como hacía rato no lograba y le ganó merecidamente 3-1 a Atlético Tucumán con goles de Cristian Medina, Sebastián Villa y Franco Soldano (descontó Leonardo Heredia para la visita). Así, recupera la sonrisa y ahora se ubica segundo en la zona B, con 16 unidades y a tres fechas del cierre se estaría clasificando a cuartos de final de la Copa de la Liga.
Boca comenzó el partido muy despierto. Con una posesión constante, sin dejar que los tucumanos avancen demasiado más allá de haber conseguido un córner, los hombres que eligió Miguel Ángel Russo en un momento complejo, entre su flojo nivel colectivo y el calendario que empieza a ser apretado por el debut del miércoles en la Copa Libertadores (ante The Strongest, en la altura de La Paz), iniciaron el encuentro con una dinámica que hace rato no se veía.
El 1-0, de Cristian Medina
Fue un flash. Mucho generado por los chicos del medio campo local: Almendra, con su despliegue, su tranco y su precisión, empezó la actuación destacándose. De hecho, de alguna manera, a los cinco minutos abrió el partido: metió un pase en mitad de cancha que rompió líneas, Tevez la recibió metros antes del área y -parado- le dio la habilitación a la carrera del inteligente movimiento de Medina, que comenzó a picar apenas partió el primer pase y definió cruzado, de zurda, ante la salida de Lucchetti. Debut goleador del chico de 18 años.
El 2-0, de Sebastián Villa
Pero el local no se quedó en eso. Supo que era un partido en el que debía estar dispuesto a batallar. No se conformó con la primera ventaja y salió con los dientes apretados a buscar más. Y lo consiguió. Dos golpes que parecían ser de nocaut para Atlético Tucumán. Y es que a los 10, otra vez Almendra aprovechó una distracción defensiva, comenzó a correr en diagonal de izquierda al medio y le filtró el pase a Tevez: era largo y alto para la comodidad del capitán, pero igualmente puso la punta del pie y, sin esa intención, habilitó por la derecha a Villa, que eludió al ex arquero xeneize y con un remate violento de zurda selló el 2-0.
El 2-1, de Leonardo Heredia
Había olor a partidazo del equipo de Russo. No pudo aprovechar algunos ataques. Fabra logró meterse en el área a los pocos minutos del segundo gol, pero terminó trastabillando, mientras que Villa ganó en velocidad por el costado derecho, pero no pudo conectar con los otros atacantes. Entonces, ahí apareció el visitante para ponerle un freno y decirle que en el interesante partido que se venía, ellos también serían protagonistas.
Luego de generar peligro con algún centro, a los 21 minutos pudo descontar. Toledo metió un bombazo al travesaño desde media distancia y el esfuerzo volador de Rossi le dio tiempo a Heredia para esperar a que la pelota bajara y meter un cabezazo imposible ante otro esfuerzo del arquero de Boca.
Ese gol frenó el andar del equipo ganador. Con el correr de los minutos, el xeneize ya no era el del comienzo. Tampoco el Decano comenzó a deslumbrar. De hecho, a los 36, la nueva oportunidad que hubo en el partido fue en los pies del chico Varela, que de media distancia probó y exigió con el pique a Lucchetti.
Eso sí: un minuto después, la mala noticia. Porque en el rebote de esa última jugada, el que se exigió para llegar primero sobre la esquina izquierda fue Mauro Zárate. Una vez que largó la pelota, se tendió en el césped: evidente molestia muscular que lo obligó a pedir el cambio. Y así, un juvenil más en la cancha. Porque el reemplazante fue Agustín Obando.
Almendra volvió a hacer de las suyas. A los 42, filtró una pelota para Villa, que lanzó un centro a la cabeza de Tevez, que no pudo hacer más que desviarla hacia atrás y que, de casualidad, le llegara al recién ingresado. Enseguida, la respuesta: un cabezazo de Toledo, uno de los peligros del elenco dirigido por Omar De Felippe, que Rossi controló fácil. El partido, definitivamente, se había achatado: ni la visita quería que el resultado se volviera a estirar ni el local quería arriesgar por demás. Y así se fueron al descuento.
Atlético también necesitaba ganar para meterse en el lote de los cuatro mejores. De Felippe mandó al campo a Acosta (por Mussis) en el entretiempo y salieron al complemento dispuestos a hacer lo que hizo Boca en los primeros 20 minutos del partido. Y, al menos en los primeros segundos, lo consiguió, en un verdadero susto para Russo y sus jugadores.
Antes de llegar a los 20 segundos le filtraron un pase a Toledo, pero Rossi salió rápido y tapó a tiempo el zurdazo que se direccionaba cruzado. Aunque lo increíble sucedió a los 3 minutos. Aunque estaba en fuera de juego, el asistente no levantó la bandera y permitió que Carlos Tevez hiciera el tercero, pero terminó desperdiciando algo que nadie imaginaba: recibió y tuvo tiempo de definir, pero eligió gambetear la salida de Lucchetti y -cuando tuvo la definición de zurda- se tomó un tiempo más ante el cierre de Erbes, otro ex Boca. Ya era tarde al querer definir de derecha: todos los defensores estaban en la línea y el amontonamiento hizo que Osores termine despejando la pelota.
A la siguiente acción, un centro cayó cerca del punto penal, donde entraba el N°10 boquense. Quiso rematar de primera, pero se produjo la segunda acción polémica de la noche: cuando Tevez intentaba conectarla en el aire, apareció la pierna arriba de Ortiz para dejarlo tirado y dolorido en el tobillo derecho. Parecía penal, pero Baliño (de mal arbitraje) eligió dejar seguir la jugada.
Tampoco pudo a los 12. Una vez más, Boca acudió al pelotazo para complicar a los altos hombres de la zaga tucumana, pero lo logró más de una vez. El rechazo de Lucchetti con el puño le dejó la pelota servida a Carlitos, que recién entraba al área, pero su zurdazo potente se fue muy por arriba. Dos minutos después, la mala para la visita: Erbes había sido amonestado a los ocho minutos del segundo período y enseguida le pegó una dura patada a Obando que derivó en la segunda amarilla.
Eso empezó a ser algo más incómodo para Boca. No porque el rival se haya cerrado a pesar de la desventaja en el resultado, sino porque no lograba liquidar el trámite. Una vez más, Tevez tuvo otra chance, a los 18. Y otra vez, cómodo para definir: desde el punto penal y tras buenos pases colectivos, sólo le quedaba el arquero como resistencia, pero la quiso colocar al segundo palo y Lucchetti le ahogó el grito que tanto buscaba.
El 3-1, de Franco Soldano
Esta vez, a Boca no le faltó juego. Todo lo contrario, por momentos jugó muy bien. Ni que hablar en el segundo tiempo, en el que tuvo mucha posesión ante la superioridad numérica. De hecho, terminó el encuentro sin amonestados, toda una rareza si se recuerda la cantidad de encuentros con varias tarjetas amarillas a cuestas y, sobre todo, con expulsiones. Pero le terminó faltando ese gol que le diera la tranquilidad. Para lograr el contraste también tuvo mucho que ver lo permisivo que fue el juez del encuentro, errando en la decisión de muchas acciones friccionadas.
¿Qué generó aquello? Que el trámite se incline favorable al Decano. Los de Russo empezaron a jugar al contragolpe, especialmente a partir de la salida de Almendra por una molestia en una de sus rodillas, pero no los aprovechó y los tucumanos empezaron a crecer. O, al menos, a poner al límite al anfitrión en ciertas jugadas: buenos cierres de Mas (entró por Fabra) y Buffarini impidieron oportunidades que aparentaban ser importantes.
Compacto de Boca 3 vs. Atlético Tucumán 1
Sin embargo, a los 42, Toledo tuvo esa jugada que necesitaba Atlético. Un mal despeje de cabeza de Mas -hacia el medio- facilitó un toque a la carrera del peligroso atacante, que tenía la revancha de la que desperdició apenas comenzado el complemento. Figurita repetida: Rossi fue rápido ante el pique de la pelota y tapó en el momento justo el toque por arriba que intentó Toledo.
Esa fue la última para los tucumanos. Pero Boca tendría una más. Cómo será el fútbol que ante la salida de Carlos Tevez, el que ingresó fue Franco Soldano. Todo lo que desperdició el capitán pudo convertirlo el punta (que se irá en junio) en la única que se le presentó: en el último minuto, Lisandro López desbordó por izquierda, lanzó un centro que conectó Izquierdoz de cabeza al travesaño y, en el rebote, Soldano rompió el arco.
Boca vuelve a sonreír. En el momento justo, para viajar a La Paz con mucha tranquilidad.
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