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En el empate 2-2 entre Barcelona y Atlético de Madrid por la Liga de España este martes, el público se quedó inicialmente con la imagen de Lionel Messi "picando" la pelota en el penal que significó su gol 700. Sin embargo, al margen del hito que marcaba esa jugada, hubo otra acción de juego que generó una reacción sorprendente e involucró a Diego Simeone, el entrenador colchonero, y al francés Antoine Griezmann, ex atacante de ese equipo y actualmente en el conjunto catalán.
El ingreso de Griezmann se produjo cuando el partido ya estaba en tiempo de descuento. El delantero que hasta la temporada pasada era la gran estrella de Atlético de Madrid quedó relegado a una solución de emergencia para los minutos finales del juego y las cámaras llegaron a captar una sorprendente reacción de Simeone, que miró el tablero electrónico y se mordió el labio, con un gesto extraño.
En la rueda de prensa le consultaron al Cholo sobre la situación del francés en su nuevo equipo y el argentino contestó con un tajante "sin comentarios". Una de las imágenes tomadas de frente muestran que el DT y el futbolista sonríen cuando Griezmann está esperando que el árbitro le permita ingresar y pareciera que Simeone le dijera algo por lo bajo, mientras además menea la cabeza hacia los costados, como si no pudiera creer que su ex estrella se sumara al partido en ese instante. Antoine, sin mirarlo, levantó sus cejas mientras sonreía.
La situación, más allá de la curiosidad entre el DT y el delantero, generó una nueva chispa en la relación del deportista galo con su actual entrenador, Quique Setién, que sostuvo que hablaría con Griezmann pero no para pedirle perdón. "Estaba la opción de no meterlo, pero siempre piensas que al final un jugador así te puede hacer algo. No hice el cambio antes porque estábamos jugando bien. Riqui Puig estaba bien, a Suárez siempre hay que tenerlo, Messi estaba bien. No es fácil", se justificó.
El francés es el segundo jugador más caro del club catalán de todos los tiempos y sólo marcó un gol de liga desde que Setién asumió en enero pasado. "Ponerlo faltando tan poco es duro para un jugador de su nivel. Mañana (por hoy) hablaré con él. No le voy a pedir disculpas, pero entiendo perfectamente que se pueda sentir mal", completó.
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Del otro lado, el francés parece soslayar un momento bajo en su rendimiento, con dos suplencias consecutivas. Lejos de prenderse en las polémicas, y Griezmann optó por subir a sus redes sociales una foto en la que ríe junto a Erika, su mujer. Una imagen acompañada por dos emoticones de risas, abierta a cualquier interpretación.