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Cómo se trabaja detrás de los arcos: así es la búsqueda de la foto de tapa en un superclásico
Alrededor de 80 fotógrafos montaron su "mini oficina" al borde del campo de juego en el Monumental; cómo se mueven y qué objetivos persiguen quienes tienen una vista privilegiada del partido
En el mundillo periodístico cargan con la tarea más pesada. No sólo por los kilos en equipamiento que trasladan en sus espaldas sino por lo ingrato de una silenciosa labor que los tiene siempre caminando por la cuerda floja y sin red de contención: un segundo de distracción puede ser fatal. Y un segundo puede ser suficiente para tirar a la basura horas de un desgastante trabajo. ¿Qué es lo peor que le puede pasar a un fotógrafo? Volver a la redacción sin haber capturado con su lente la foto de la tarde, el momento exacto, la jugada de la que hablarán todos el lunes. En definitiva, volver con miles de imágenes, pero con las manos vacías. Un cronista puede ver la repetición de una jugada ciento de veces para luego escribir páginas y páginas sobre ella. El fotógrafo sabe que no tiene una segunda oportunidad. "De los cuatro que fuimos a cubrir el superclásico, sólo uno pudo tener el festejo de Lodeiro de frente", cuenta Julián Bongiovanni, que ayer trabajó en el Monumental.
Para el común de los espectadores ellos son como una marea de chalecos con cámaras y lentes que caminan por los costados de las canchas. Corren para llegar a ocupar un lugar de privilegio detrás de los arcos y se amontonan cuando el equipo forma para la foto del póster. Cada tanto, son destinatarios de algún insulto cuando un futbolista está por ejecutar un córner y se tropieza con la mini-oficina montada casi sobre la línea de cal.
Para el superclásico de ayer se acreditaron alrededor de 80 fotógrafos. Pueden trabajar para diarios, revistas, agencias de noticias o, simplemente, ser independientes. En promedio llevan dos cámaras, tres lentes, baterías de repuesto y otros aparatos, según el modelo de cada equipo. Cargan, además, con un banquito para poder trabajar medianamente cómodos. Hay más: muchos llevan una notebook para transmitir sus fotos a la redacción en tiempo real, tarea de vital importancia para los sitios web.
Hay muchos factores que inciden a la hora de tener una gran foto. Más allá del talento, la capacidad y los recaudos que pueda tomar quien dispara la cámara hay cuestiones que no están en sus manos. El azar siempre es un buen aliado: difícilmente alguien sepa para qué lado correrá en su festejo el autor de un gol. "A veces sucede que seguís con tu lente la jugada y justo cuando disparás se cruza un futbolista y te tapó lo que era la foto de tapa. Todo en un segundo", cuenta Lorena Lucca, fotógrafa de Clarín, al describir otra situación frecuente que puede estropear lo que era una buena toma.
Cada medio dispone cómo cubrir un partido de la envergadura del superclásico. Generalmente, las agencias internacionales y los diarios acreditan entre tres y seis fotógrafos en este tipo de eventos. Las necesidades no son las mismas y los criterios tampoco. Una vez en la cancha, los trabajadores de chalecos se dividen cómo se ubicarán y qué arco ocupará cada uno. No saben si será su foto la que irá a la tapa o la de algún compañero que estuvo mejor ubicado. Una vez que envían su material a las redacciones, éste es seleccionado por editores fotográficos y editores del suplemento deportivo. Allí entran en juego varios factores.
Un caso testigo es cómo encararon hoy fotográficamente el superclásico los tres diarios de mayor circulación. LA NACION optó por una foto grupal de Boca festejando en el Monumental, Clarín prefirió a Lodeiro gritando el gol con Barovero en el piso, mientras que Olé hizo foco en Tevez.
"Por cómo encaramos el título de la nota en tapa optamos por una foto grupal. No nos pareció personalizar la victoria en un solo jugador porque no hubo alguien que se haya destacado por sobre el resto. La foto de Boca festejando en el Monumental nos pareció la más apropiada, con un corte abierto", explica Daniel Arcucci, Secretario de Redacción de LA NACION. En ese sentido, Jorge Quiroga, editor fotográfico, amplía: "El contraste de los hinchas de River y las banderas le dan contexto. Además, sobresale la figura de Tevez con la 10 en la espalda".
Para Manrique Fernández, editor de fotografía de Clarín, el festejo grupal no era una buena elección: "No aparecían jugadores de River en ese abrazo colectivo que hicieron sobre el final. No se veía bien el contexto, no había referencia. Por eso fuimos con el grito de Lodeiro con Barovero en el piso. Nos pareció espontánea". Olé encaró su tapa a partir de las declaraciones de Tevez, que dijo: "Ganó Boca, todo volvió a la normalidad". Carlos Bairo, jefe de la sección fotografía, explica: "Decidimos junto a Farinella hacer la tapa a raíz de las palabras de Tevez, así que buscamos la foto en la que estaba festejando junto a Lodeiro". Para Bairo, el festejo final de Boca "no fue limpio fotográficamente, no se veían bien los rostros".
/pl
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