Atlético Tucumán - San Lorenzo: el show del árbitro Fernando Espinoza, cuatro expulsados, dos golazos y un Ciclón escolta de River

San Lorenzo se llevó un triunfo valiosísimo de Tucumán. Venció por 3 a 1 a Atlético con dos goles de Iván Leguizamón y uno de Cristian Barrios y quedó a un punto del líder de la Liga Profesional de Fútbol, River, que jugará este domingo ante Huracán en Parque Patricios. El partido fue una montaña rusa de emociones, que incluyó cuatro expulsiones (tres futbolistas y un director técnico) y un mal arbitraje del mendocino Fernando Espinoza.

Lucas Pusineri, entrenador del Decano, duró ¡67 segundos! al costado de la cancha. En la primera jugada reclamó un penal para su equipo. Espinoza se dio por atacado y lo echó. “Que me lo saquen. Llamen a la policía. Que se vaya”, dijo el referí por el intercomunicador. “No lo puedo creer. No lo puedo creer”, musitó el DT del conjunto local, a paso cansino rumbo al vestuario. La jugada marcó lo que sería el partido: un árbitro al borde de un ataque de nervios, que desnaturalizó el espectáculo.

La expulsión a Pusineri

San Lorenzo olió sangre. Más que vistoso, el Ciclón de Rubén Darío Insua es pragmático. Se camufla de acuerdo con lo que ofrece el rival. Frente a Atlético se replegó y cedió la pelota. En cuanto la recuperaba, salió rápido de contragolpe con “Perrito” Barrios como faro y Jalil Elías como dínamo. El primero es el cerebro. El segundo, el músculo. Barrios agregó despliegue a su fútbol. Y en el Monumental José Fierro contó con un socio en un nivel superlativo: Iván Leguizamón.

En una acción el delantero armó un unipersonal que terminó en la red. Eludió a Bruno Bianchi, amagó, se perfiló y sacó un remate potente que se transformó en la primera diferencia en el tanteador. Y Leguizamón intervino también en el segundo gol azulgrana: lo armó Barrios, él peleó y Perrito definió desde el suelo, en el área chica. ¿La defensa tucumana? Desaparecida en acción.

El primer tanto azulgrana

Sin embargo, Atlético volvió al partido. Matías Villavicencio daba las indicaciones en lugar de Pusineri. Augusto Batalla obró un milagro para salvar su arco y, en el rebote, Nicolás Romero desvió el balón para descontar. Hubo revisión de VAR por una posible interferencia de Mateo Coronel. Nada. La tecnología confirmó el gol.

Pero se reanudó el show de Espinoza y todo se desmadró. Ignacio Maestro Puch le dejó una pierna a Andrés Vombergar en una avance intrascendente en la mitad de la cancha. El juez lo amonestó, pero recibió un llamado de sus asistentes de VAR. Vio el primer plano del contacto y cambió su decisión: la tarjeta mutó de amarilla a roja. Atlético se quedó con diez futbolistas y, pocos segundos después, con nueve. Porque el árbitro anduvo a los empujones con Guillermo “Bebe” Acosta, el capitán local, que fue eyectado. Si bien Atlético estaba un solo tanto abajo en el marcador, en la cancha tenía dos jugadores menos. Demasiada desventaja.

La tarjeta roja a Acosta, tras un pechazo con el referí

Como para completar su faena, Espinoza increpó a un policía que quiso protegerlo rumbo al vestuario. La tónica del encuentro, y la tarea del referí, no se modificaron tras el descanso. Sí hubo otra tarjeta roja, pero esta vez para el otro conjunto, San Lorenzo. La vio Gastón Hernández por una entrada contra Renzo Tesuri, que podría haberse saldado con una amarilla. Pero no fue una noche acertada de Espinoza, más protagonista que los protagonistas.

San Lorenzo seguía siendo el más ambicioso. El dúo dinámico Barrios-Leguizamón fabricó el tercer gol del Ciclón. Perrito encaró y en cuanto se acercaron a marcarlo, habilitó a su compañero de ataque. Leguizamón, tirado a la izquierda, fue hacia adentro, acomodó la pelota para su derecha y remató al palo más distante de un indefenso Tomás Marchiori. Dos goles abajo, y con un hombre menos, el trabajo era demasiado para Atlético Tucumán.

Compacto de la victoria de San Lorenzo en Tucumán

Insua se desgañitó para que su equipo no bajara la intensidad pese a entender que el partido estaba definido. Hizo cambios, refrescó a los suyos. Los alentó desde el corralito. El Ciclón no pasó sobresaltos y el triunfo ya nunca estuvo en duda. Los tres puntos son un premio merecido.

El talento de Barrios, la potencia de Leguizamón y la solvencia de Carlos “La Roca” Sánchez fueron los puntos altos del visitante. Que está segundo en la Liga y sueña. Este domingo precisa de la ayuda de su rival de siempre, Huracán, para que River, el primero, quede a apenas un punto de diferencia. Un mérito para un plantel que no se había armado para pelear por el título y que, de a poco, se prueba el cartel de favorito.

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