Torneo 2021. Derrota, fin del invicto y punta en riesgo: fracasó la excursión de Independiente a Tucumán

Dos remates desde afuera del área en dos minutos, de Franco Mussis y Renzo Tesuri, acabaron con el invicto de Independiente en el Torneo 2021. Faltaba muy poco para el final y Atlético Tucumán apenas había hecho méritos como para llevarse los tres puntos en su casa, pero el fútbol tiene estas sorpresas, y el Decano firmó un 2-0 cuando ya nadie lo esperaba.

Muy pocas cosas cambian en Independiente, más allá de la posición que ostente en la tabla. Julio César Falcioni encontró una línea de juego que lo convence, un grupo de futbolistas que cumplen las premisas establecidas en el pizarrón, y a partir de la compañía de los resultados toca lo mínimo posible, sin importarle si el equipo responde mejor o peor, si la pelota corre más o menos fluida, ni el balance de virtudes y defectos que presente la foja de servicios de alguno de sus soldados.

Compacto de Tucumán 2 vs. Independiente 0

Varias lesiones y una sanción por expulsión (de Domingo Blanco) mediante, al director técnico del Rojo no le quedó más remedio que recurrir a la memoria de Patricio Ostachuk, pedirle que recordara cuando jugaba como volante tapón en las divisiones menores y rellenar el hueco que quedó vacío. El resto siguió igual, con sus abruptos vaivenes de rendimiento –una norma general en nuestro fútbol– de un partido a otro y a veces dentro del mismo encuentro. Esta vez, como ocurrió en la Copa Argentina ante Tigre, Independiente sufrió una de sus peligrosas caídas de tensión y acabó pagándola con la derrota.

Mantuvo el conjunto de Avellaneda cierta intención de dominar el desarrollo, de hacerse el dueño de la pelota y de manejarla con criterio a partir de lo que produjera Alan Soñora, pero al botín izquierdo de éste le faltó compañía. El colombiano Andrés Roa repitió una de esas noches que les alteran los nervios a los hinchas; Sebastián Palacios completó un nuevo partido enemistado con la pelota y el arco (lleva 23 sin marcar un gol, desde el 3 de abril) y Silvio Romero quedó desconectado del resto. Sólo Alan Velasco mostró de vez en cuando un carnet de socio para Soñora, ya fuera para tocar como para atreverse con una gambeta, como a los 25 minutos, cuando se quitó de encima dos adversarios y Cristian Lucchetti le ahogó el grito desviándole el remate nacido en el borde del área.

Del lado de enfrente las cosas fueron incluso peores. No es bueno en lo futbolístico el momento que atraviesa Atlético Tucumán. El simple hecho de que Omar De Felippe decidiera cambiar cinco jugadores del viernes al martes indica que en el Decano las cosas no funcionan como en tiempos no tan lejanos. Lo expuesto sobre el césped del Monumental José Fierro corroboró esa impresión.

A los 2 minutos, un córner de Franco Mussis desde la izquierda fue peinado por Ramiro Ruiz Rodríguez obligando a una fenomenal atajada de Sebastián Sosa. Fue un espejismo. Desde ese momento todo fue rústico, deshilachado, por momentos incluso grotesco. El esfuerzo desplegado en obstruir el ataque del rival se desvanecía en segundos por la nula capacidad de elaborar por parte del mediocampo y la imprecisión en la búsqueda larga de los delanteros. De ese modo, progresar en el campo tuvo sabor a quimera.

De más está decir que, con semejante panorama, el nivel del espectáculo rozó el patetismo durante demasiado tiempo. Fue muy floja de punta a punta la primera mitad; empezó pésima la segunda.

Hasta que a los 17, Velasco volvió a imponer su gambeta, y aunque la acción no tuvo buen final, despertó a Independiente durante un rato. A los 20 y 23, ante Fabricio Bustos y Palacios, Lucchetti tuvo que enseñar que sus condiciones continúan intactas, y no alcanzó a rematar Romero una peinada de Roa unos minutos más tarde.

Mientras tanto, Atlético Tucumán seguía sin dar noticias. Hasta que se produjo una de esas circunstancias que convierten al fútbol en un juego fascinante. A los 39, Mussis decidió probar al arco con un tiro libre de más de 30 metros y le sacó astillas al ángulo derecho. Fue apenas un anticipo. Treinta segundos después, el propio Mussis sacó un remate algo mordido desde la puerta del área y puso la pelota contra el palo derecho. Un minuto más tarde, fue Renzo Tesuri quien probó y acomodó el balón exactamente en el mismo lugar. Dos a cero, sin ninguna explicación en el juego ni en el desarrollo del partido.

El Decano se llevó un triunfo que nadie preveía cinco minutos antes del final. Independiente pagó caras su indefinición y su falta de variantes. El invicto rojo se quedó en Tucumán, mientras el fútbol sigue apareciendo sólo en cuentagotas.

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