Champions League: Atlético de Madrid no lo supo rematar y Manchester United le empató

Sin cerrojo defensivo no hay paraíso para Atlético de Madrid. Ni siquiera en la noche que ante un desteñido Manchester United redondeaba una de sus producciones más interesantes de la temporada. No recibir goles, lo que era su especialidad, se transformó en su talón de Aquiles. Y eso que no tuvo que sufrir a su ancestral verdugo, Cristiano Ronaldo, que le había marcado 25 goles -cuatro hat-tricks- en el historial de enfrentamientos.

Sin el azote del delantero portugués de 37 años, esta vez el Atlético se resquebrajó ante un juvenil de 19 años, Elanga, de doble nacionalidad (Suecia y Camerún). Autor de un tanto el sábado ante Leeds por la Premier League, el liviano delantero ingresó en los últimos 20 minutos y tras una precisa asistencia de Bruno Fernandes definió con una pasmosa serenidad sobre la salida de Oblak. Castigo para el Atlético, que no lo supo rematar: 1-1 en la ida de los octavos de final y a definir en Old Trafford, el 15 de marzo

“Nos queda un sabor amargo porque hicimos un gran esfuerzo. Queríamos dedicarle la victoria a nuestra gente. En un error nuestro encontraron el empate. Vamos con toda la ilusión a Manchester”, dijo tras el partido Ángel Correa.

Era todo favorable para el Atlético de Madrid, el día para conseguir una victoria reivindicatoria, pero sigue condicionado por una permeabilidad defensiva desconocida. Solo en nueve de los 35 partidos de la temporada consiguió mantener su valla en cero, una seña de identidad en los 10 años de Simeone. Ganaba 1-0 y merecía hacerlo por una diferencia mayor, pero en un descuido defensivo, el juvenil Elanga empató para Manchester United.

Lo más destacado del empate en el Wanda Metropolitano

Como si se quisiera sacudir todas las dudas que lo atenazan en esta temporada, Atlético de Madrid tuvo un arranque en el que se pareció al equipo intenso y punzante que supo ser. “Aquí estoy, volví”, parecía expresarle el equipo de Diego Simeone a su fiel hinchada.

Cristiano Ronaldo no había tocado la pelota y el Atlético ya había hecho estallar las tribunas del Wanda Metropolitano. A los seis minutos, Joao Félix, el talento portugués que nunca termina de recibir la plena confianza del Cholo, se impuso de cabeza en tierra de gigantes, entre Lindelof, Maguire y Varane, Félix conectó el enroscado centro de Renan Lodi. Fue su primer gol en cinco partidos en la actual Champions League.

Joao Félix pone el 1-0 para el Atlético de Madrid

A los tumbos en la Liga de España, el Atlético acometió la ida de los octavos de final de la Champions League con orden y determinación. El Cholo dispuso una línea de tres zagueros, con la novedad de que uno de ellos fue Reinildo, refuerzo en el reciente mercado de pases. Mario Hermoso y Felipe, habituales en esa función, empezaron en el banco.

Así como el Atlético tuvo en la primera media hora una imagen superadora a la de sus últimos meses, Manchester United transmitió la confusión e inestabilidad que marcan su temporada. Bien parado en el eje con Herrera y Kondogbia, Atlético hizo circular la pelota con fluidez. En ese circuito, Correa, que transita por su curso más goleador, le daba mucho trabajo a Shaw y Maguire. El argentino fue el primero en hacer temblar a la defensa visitante con una incursión dentro del área y una asistencia a Lodi, tapado por un cierre salvador de Lindelof.

Simeone tuvo palabras elogiosas para Correa en los días previos al partido: “Es un jugador de equipo, es lo mejor que se puede decir de él. Siempre da todo, sean en 15, 30 o 90 minutos. Lo conocemos bien y está teniendo una gran temporada”

Por razones sanitarias hubo un aforo reducido, con 58.000 espectadores, de los cuales 3000 son hinchas del conjunto inglés. Para los locales fue uno de los primeros tiempos más estimulantes de los últimos meses. Se volvió la vieja liturgia, a la comunión entre un equipo que se exprime y una afición que se identifica con ese esfuerzo.

En la tibieza de Manchester también se consumía Cristiano Ronaldo, disconforme desde hace rato con el nivel del equipo, la gestión del entrenador Ralf Rangnick y la carencia de una estructura que potencie su instinto goleador. En su desánimo, Cristiano ni siquiera quiere jugar su partido aparte, arreglárselas por su cuenta. Como un cuerpo extraño, su primer remate al arco -desviado- fue a los 36 minutos de la etapa inicial. También fue el único de un Manchester que era un páramo.

Había poco de Burno Fernandes, el volante que suele activar el juego ofensivo y llega a posiciones de definición. Paul Pogba era otro que quedaba engullido en la madeja del medio que tendía el Atlético, que tenía el control y el dominio. Le faltaba llevar esa supremacía a una mayor diferencia en el marcador. Lo pudo conseguir en el último minuto del primer tiempo, cuando ante un Manchester dormido -actitud repetida- ante un tiro libre, un entrada de Vrsaljko y el rebote en Lindelof derivó con la pelota dando en el travesaño. El 2-0 hubiera sido un resultado más acorde con el desarrollo. De pura impotencia, Cristiano se fue al descanso protestando; supuestamente contra el árbitro, aunque también lo podría hacer por la pobreza de su equipo.

Sorprendió que Rangnick no hiciera ningún cambio a la vuelta del vestuario. Como si el inmovilismo también hubiera al entrenador alemán, cuya situación es tan indefinida como el juego de su equipo. Llegó como director deportivo para elegir al reemplazante del destituido Ole-Gunnar Solskjaer. Finalmente asumió la condición del equipo, en principio de manera interina, para quedar como asesor a partir de la próxima temporada. La desorientación de Manchester United en la cancha nace en la cabeza del club que toma las decisiones.

Manchester pudo ocupar un poco más el campo en la segunda etapa, pero el Atlético se mantuvo más compacto, con la deuda de afinar sus ataques en los 25 metros finales. Pogba pagó su ausentismo con el reemplazo por Matic a 25 minutos del final.

El juvenil Elanga consigue el empate

Atlético había hecho un gran desgaste y bajó un poco la intensidad. Simeone refrescó la formación para los 20 minutos finales con las entradas de Lemar y Griezmann. Salió Lodi, un auténtico pistón por la izquierda como lateral-volante. El brasileño fue una continua vía de ataque, mal controlada por el United.

Sufría poco el Atlético en defensa. Por eso se preocupó cuando el árbitro cobró un dudoso foul de Correa a Fred a 30 metros del arco. Los jugadores locales protestaron como si se tratara de un penal porque el ejecutante iba a ser Cristiano Ronaldo, cuyo remate salió alto. Un alivio que duró poco. Minutos más tarde, Elanga le marcó con un desmarque el pase a Bruno Fernández; Reinildo falló en el cruce y el juvenil definió como si llevara toda una vida en partidos trascendentes.

Para mayor lamento colchonero, un remate de Griezmann dio en el travesaño. El Atlético no gana ni cuando hace los merecimientos. El partido que pudo ser un trampolín para la confianza se transformó en más contenido para el diván.

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