Empate de Argentinos y Newell's, en un resultado que no le sirvió a ninguno

Argentinos y Newell's se habrán imaginado de otra manera a mitad de torneo. Justo hoy, cuando dobla la competencia, ni los Bichos consiguieron enderezarse en la lucha por la permanencia ni los rosarinos pudieron hacerse fuertes en los objetivos repartidos: el campeonato local y la Copa Libertadores, si bien mantienen posibilidades en ambos. Newell's se mueve con más soltura, liberado, aunque anda lejos de aquel envión que imaginó tras la conquista en el Final 13. La ideas tuvieron vuelo bajo en la Paternal y el empate sin goles los dejó con una sensación ambigua, en un partido que apenas levantó el nivel en el segundo tiempo.

Era de suponerse, por la necesidad y la mentalidad de Borghi, un equipo arriesgado y prolijo desde la salida desde el fondo. Se esperaba, por la rotación de algunas piezas, por el desgaste, una formación más cuidada y pensante, sin tanto vértigo en Newell's. Los pronósticos no llegaron a cumplirse por completo. En un contexto general de demasiado despliegue y escasa lucidez, alternaron el dominio hasta perderse en la puerta del área. La vista se les nubló en la zona más profunda del terreno. Sólo en la segunda parte se animaron con más fuerza. Fue, entonces cuando encontraron los espacios en aquellas maniobras de acción y reacción. Fue, entonces, cuando flotó la sensación de que el Bicho, sin llegar a encandilar, sacaba una luz de diferencia.

Argentinos estuvo cerca de la apertura con dos carambolas. En el primer tiempo, Ortiz, de cabeza, quiso darle la pelota a Guzmán. El arquero quedó a mitad de camino, aunque se recuperó y salvó sobre la línea. Fue la jugada más riesgosa del primer tiempo, acaso la única. Más tarde, el intento de Coria, por la izquierda, terminó con un rechazo defectuoso de Bernardi que pegó en el travesaño; en el rebote, Guzmán, de muy buenos reflejos, salvó ante Pisculichi. La reacción de Newell's llegó con una veloz jugada de Maxi Rodríguez: Nereo Fernández desvió con dificultad el remate desde lejos. Muy pocas veces hilvanaron alguna jugada colectiva. Ganaron los que buscaron neutralizarse. Fueron los más efectivos.

Los mismos vaivenes

No consiguieron vulnerarse por más que buscaron, insistieron y, aunque con defectos, se volcaron en el campo contrario. Borghi intentó con la velocidad del colombiano Lenis y con la frescura de Cano, en lugar de Pepe Sand, que, por ahora, tampoco se reencuentra con el gol, después de las frustrantes experiencias en Racing y en Tigre. Berti enseguida arriesgó con el ingreso de Banega, pero, al rato, resguardó a Maxi Rodríguez y puso a Leandro Figueroa, que dudó tras un centro desde la derecha y que no consiguió empujar la pelota a la red. Alexis Castro fue de lo más prolijo. Tanto que el volante estuvo a punto de darles el triunfo a los rosarinos, de no haber sido por la gran atajada de Nereo Fernández, en el tiempo adicionado, tras un cabezazo que también rozó el palo. Newell's terminó mejor armado y Argentinos sintió el nerviosismo. La gente también jugó y, entre murmullo y aliento, empujó al conjunto dirigido por Borghi. Algunos perdieron la paciencia. Otros parecieron resignados. Se consolaron con que el arquero contrario, Guzmán, haya sido la figura.

En los extremos, por los promedios y por el título, un empate no suele ser demasiado aliciente. Se espera una cosecha mayor de aquellos que no pueden permitirse ambiciones grises. Sólo los próximos resultados dirán de qué les sirvió a Argentinos y a Newell's haber quedado iguales. Por ahora, con las posiciones en la mano, la alegría no desbordó a nadie.

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