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Ángel Di María: lo que dijo sobre las críticas que recibió y hasta cuándo cree seguir en la selección
La mañana del 13 de julio de 2014 llegó la carta. Tenía membrete del Real Madrid. No era una mañana cualquiera, era la mañana de la final del mundo. Ángel Di María estaba sentado en una camilla, listo para infiltrarse. Ya corría sin dolor, pero solo habían pasado ocho días desde el desgarro contra Bélgica. El sobre se lo entregó el doctor Daniel Martínez, pero Di María ni lo abrió. Lo destruyó en mil pedazos. Estaba furioso, y a la vez muy sensibilizado. Horas antes le había confiado a Alejandro Sabella que estaba a su disposición. "Voy a jugar hasta que me rompa si me necesitás…", le dijo, y se largó a llorar. Fue al banco Di María, y aunque volvió a infiltrarse en el entretiempo del Maracaná por si acaso, nunca entró. El alemán Mario Götze se encargó del peor desenlace para la selección argentina.
Un mes más tarde, Di María era jugador de Manchester United. "Volví a Madrid y me pelee con el doctor, él la había mandado. Decía que era imposible que me hubiese recuperado tan rápido de esa ruptura y si jugaba iba a ser peor. La firmó el médico, pero era obvio que venía del club. El Real quería a James Rodríguez después del Mundial y yo sabía que me querían vender para hacerle lugar a él. Así que buscaban que su jugador no se rompiera antes de venderlo. Me pelee con todos, pero ya no tenía sentido, ya me había perdido la final. Y esa final todavía me persigue. Algunos sospecharon que no la quise jugar por eso de la carta, boludeces. Perdimos y me cayeron, insinuando que me había borrado. El partido que no jugué es el que más me duele de mi carrera", le cuenta ahora Di María a LA NACION. Huele a venganza.
–Volvés a Brasil. ¿El destino te debe una?
–Ese Mundial fue único, especial. Yo venía jugando bien hasta que me desgarré. Son cosas que ocurren en el fútbol; a veces en el club, a veces en la selección. Lo que pasa en la selección es que son pocos partidos, o pocos momentos, entonces todo se magnifica. Llegó a instalarse la sensación de que yo vivo lesionado en la selección..., y creo que lesionado nadie llega a jugar casi 100 partidos con tu país.
–¿Qué pensaste cuando te volviste a desgarrar en marzo y no pudiste estar en la gira con Venezuela y Marruecos?
–Primero creí que no era un desgarro, pero enseguida se confirmó. Estaba con muchas ganas de volver a jugar en la selección, sentía ansiedad, los nervios de volver a pertenecer a un grupo que, para mí, estaba integrado por casi todos jugadores nuevos. Todo eso influyó. Ahora estoy tranquilo, vine tranquilo, Leo [Scaloni] me había llamado y me había adelantado que iba a estar, por eso esta vez no hay nervios.
–¿Pero te preocupaste cuando no te citaba?
–Yo trataba de destacarme en el PSG; después, cuando pasaban los días, pasaban los meses... y, uno se empieza preocupar. En la primera y la segunda convocatoria estuve pendiente, ansioso, y en la tercera también..., hasta que me llamó Leo y me dijo que para la última iba a estar, que siempre me había tenido en cuenta y que con lo que estaba rindiendo en el club, tranquilamente iba a volver a la selección. Fui y me lesioné. Lamentablemente perdimos contra Venezuela, pero si yo hubiese estado y hubiésemos perdido, capaz las críticas hubieran sido ‘y otra vez con Di María en la cancha...’ y quien te dice, tal vez no iba a la Copa América. Lamentablemente se perdió y no se jugó bien, pero tal vez eso me ayudó para estar otra vez en la selección. Y, a lo mejor, ahora empieza a salir todo bien y alcanzamos ese objetivo tan buscado: finalmente ganar un título con la mayor.
–Hiciste 19 goles y diste 17 asistencias esta temporada en PSG. No jugaste el amistoso con Nicaragua, en San Juan. ¿Cómo estás?
–Lo del amistoso ya lo habíamos hablado con Leo [Scaloni]. Esta ha sido de mis mejores temporadas en Europa..., o la mejor. Recuerdo otra, en Madrid, cuando me distinguieron como el máximo asistidor de Europa, en 2014, pero contando goles y asistencias, mirándola de manera completa, esta es la mejor. Sí. Pensar que hace un tiempo pensaba en irme del PSG por los jugadores que había... Si bien yo sentía que podía ser titular, entre tantos nombres alguien debía quedarse afuera. Me pasó con Unai, con Emery, y me la tuve que aguantar, pero como yo quería volver a la selección, tenía que jugar sí o sí… Entonces hablé con el nuevo técnico, con Tuchel, y me dijo que iba a contar conmigo. Eso me dio confianza y creo que la temporada quedó a la vista.
–Desde el 4-3 con Francia y la eliminación de Rusia 2018 que no jugás en la selección…
–Pasó mucho tiempo ya, quiero volver a ponerme la camiseta de la selección. Quería volver acá, es imposible estar mal en la selección. Me siento feliz, jugar en la selección es diferente a jugar en cualquier otra parte del mundo. Es muy especial para mí venir a la selección, lo hago desde los 15 años y ya tengo 31, más de la mitad de mi vida llevo en la selección.
–Un año después, ¿qué análisis hacés de Rusia 2018?
–El Mundial fue difícil desde el primer día, hay situaciones que no se tendrían que repetir nunca más. Ahora hay un buen ambiente en el grupo, y que no haya problemas es fundamental. Como dijo Leo [Messi], fue atípico el Mundial. Terminó como tenía que terminar. Y prefiero dejarlo ahí.
–Si las cosas no salen bien en Brasil, los históricos volverán a ser los señalados.
–Yo ya fui el foco de muchas críticas, pero por mis lesiones. Porque siempre que jugué, creo que rendí. Hice grandes partidos en muchos momentos desde que estoy en la selección. Pero las lesiones y las molestias que me sacaron de algunas finales influyó. Influyó en la idea que se hizo la gente, la prensa; influyó en mí, desde ya, e influyó en mis compañeros también. Porque a veces hay un equipo consolidado, con hábitos y mecánicas de juego, entonces cuando salís, y aunque entre un compañero que lo haga muy bien, se nota que el equipo se sentía bien de la manera anterior. Entonces yo me lamenté muchas veces por mí, pero también por el daño que sabía que le provocaba al equipo.
–Y si Argentina se consagra en la Copa América, ¿puede ser la ocasión para despedirte?
–No sé, no lo sé..., Qatar queda muy lejos, hoy. Qué se yo, hoy es difícil tomar una decisión. Si logramos algo en Brasil, el año que viene habrá otra Copa América Y..., ¿por qué no soñar con ganar las dos? Yo no cierro las puertas nunca. No me las cerré cuando estaba todo mal, menos lo haría si todo funciona bien. Insisto, estoy tan bien con mi vuelta a la selección que no me voy a querer ir más. Repito, la puerta de la selección me la va a tener que cerrar alguien, yo no.
–¿La selección puede ganar la Copa América?
–Será una Copa difícil, y desde el debut, porque Colombia podría ser un rival de cuartos de final o hasta una semifinal. Pero tocó así y habrá que resolverlo. Somos candidatos porque somos Argentina, y porque tenemos al mejor del mundo.
–En tu deseo de seguir en la selección, ¿cuánto influye que Messi también lo siga intentando?
–Él tiene todo, ha ganado todo, solo le falta algo con esta camiseta y va a seguir insistiendo hasta lograrlo. Yo he ganado casi todo, o todo, lo que no tengo es el Balón de Oro y Leo ya tiene cinco…, pero yo tampoco gané nada con esta camiseta. Jugué en el Real Madrid, en el Manchester United, estoy en el París Saint Germain, sigo jugando con los mejores futbolistas del mundo y voy a seguir intentándolo con la selección. Quiero ganar algo con esta camiseta. Voy a venir hasta conseguirlo o hasta que me echen. Nunca le voy a cerrar las puertas a la selección. Nunca.
–¿Es difícil descolgar el póster de Messi? ¿Es posible verlo como un compañero más?
–No es fácil. Mirá, yo llevo muchos años a su lado, más de diez, y lo ves en los entrenamientos pegarle cinco veces seguidas al ángulo y decís ‘no puede ser verdad, no es real lo que estoy viendo’. Es difícil descolgar el póster. Pero es importante que entendamos, y entiendan, que los que están alrededor también son grandes jugadores y muchas veces es mejor buscar una solución personal antes que buscarlo a él porque siempre va a tener una marca pegada. Y aunque vos sepas que se la podés dar y él se va a sacar la marca como si nada, a veces hay que tomar otras decisiones. Por lo que estoy viendo en los entrenamiento, creo que esta idea se está entendiendo y eso le va a hacer muy bien a Leo. Hay que dársela cerca del área, no antes.
–Simeone, Zanetti, Ayala, Mascherano y Messi. Solo ellos pertenecen al Club con más de 100 partidos en la selección. A vos te faltan tres...
–Jamás imaginé algo así, jamás, jamás… No sé ni cómo explicar lo que me genera. Solo sé que llevo varios meses deseando estar acá para poder lograrlo. Si Dios quiere, tal vez lo pueda alcanzar en esta Copa. Y quizá con un título, eso sí que sería inolvidable. Estar con esos cinco jugadores, pero nooooo, ni soñarlo podía. Y ahora estoy a nada de poder lograrlo…
–Y con un tanto más también entrarás en el top10 de goleadores históricos.
–Y bueno..., estoy ahí, esta Copa América me dará la gran posibilidad. Si al grupo le va bien, las marcas personales llegan solas.
–Elegí un partido en la selección.
–Lejos, el que más recuerdo es el de Suiza, por el gol, porque estábamos a nada de ir a penales y llego el gol, porque pasamos a cuartos, eso fue inolvidable. Después…, siempre recordaré el primero, contra Paraguay, aunque no jugué mucho porque a Carlitos lo echaron y me cambiaron [Tevez vio la roja a los 15, del primer tiempo, y en el entretiempo Agüero reemplazó a Di María]. Mirá, he recibido muchas críticas, pero llegué a 97 partidos y llevo más de 10 años en la selección, creo que eso no lo logra cualquiera. Yo lo disfruto como la primera vez, y cuando me voy me propongo volver como sea. Estar acá no es fácil. Poder convencer a cada técnico de que yo debía estar en la selección no ha sido sencillo. Y después, ser titular, porque si tengo 97 partidos es porque en muchas de las convocatorias que recibí, me eligieron para jugar.
–¿Con qué técnico te sentiste mejor?
–Con Sabella y con Martino. Con ellos fue con los que mejor me sentí, de los que más confianza recibí y con los que mejor rendí.
–Te dirigieron Mourinho, Carlo Ancelotti, Van Gaal, Laurent Blanc, Emery, ahora Thomas Tuchel..., ¿quién es Scaloni como entrenador?
–Fue jugador, y fue jugador hasta hace pocos años. Sabe lo que el jugador quiere y necesita. Por ejemplo, la última semana de entrenamientos íbamos a concentrar, y al final se dio cuenta de que sería una semana larga para concentrar para un amistoso con Nicaragua, y después ya se venía el viaje a Brasil, toda la Copa, entonces él advirtió que era mejor darnos libre para estar con los afectos. Que un técnico vea eso es fundamental. Y después, en la cancha sabe mucho. Y tiene gente que lo rodea que conoce mucho de fútbol, que dejó una marca en la selección y saben de qué se trata estar acá.
–¿Menotti ya te habló de Rosario Central?
–Menotti es un fenómeno. Todavía no hablé mucho con él, pero lo primero que hice fue agradecerle porque me ha regalado varios halagos en mi carrera. Y eso es importantísimo para la confianza de un jugador. Que una persona de su trayectoria, alguien que marcó al fútbol argentino, hable bien de mí, es increíble.
–¿Cómo es la selección sin Mascherano, Biglia, Higuaín, Rojo, Romero, Banega…?
–Es raro, es raro. Fueron 10/11 años juntos, con los Juegos Olímpicos, con Éver en el Mundial Sub 20 de Canadá..., es difícil cuando hay un cambio abrupto y desaparecen de la nada. Pero desde que llegué, me sentí uno más entre todos los chicos del recambio.
–¿Y cómo ves a la nueva generación?
–Bien, son caraduras. Juegan, intentan, si la pierden vuelven a intentarlo, no tienen miedo. Y eso es importantísimo en la selección. Ellos saben que si las cosas no se dan, las críticas van a seguir, y por eso será importante que sean fuertes de la cabeza también. Y por lo que veo, son así.
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