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Parejo era el final. Arsenal dejaba una mejor imagen. Pero una corrida convincente de Nicolás Frutos (la única en el partido), finalizó con una falta de Molina en el área, a cinco minutos del final. Penal. Y Sebastián Saja les hizo oídos sordos a los merecimientos y, con potencia y precisión, definió el desarrollo. En el Sur, en el epílogo, San Lorenzo batió a Arsenal por 2 a 1. Por ahora, el conjunto de Sarandí no zafa de la promoción, más allá de su aceptable campaña en el Clausura.
No fueron aburridos los primeros minutos. Arsenal, con más ímpetu que juego, se adueñó del desarrollo a fuerza de voluntad. San Lorenzo, algo pasivo, buscó la respuesta con potencia y vértigo. Y, sin jugadas lucidas, el desarrollo ganó en intensidad. Con la pelota en su poder, Morales y González hicieron jugar a todo el conjunto local. Toque, circulación, buenas intenciones y poca profundidad. Hasta que en una jugada veloz, el equipo del Sur abrió el score: Andrizzi, Morales, centro perfecto y, González, con un cabezazo fortísimo, puso arriba a Arsenal.
Poco y nada había realizado San Lorenzo. Lo suyo se limitó a la voluntad de Chatruc y Luna por el sector derecho, que generaron lo mejor del equipo que dirige Insua. El resto no estaba en la misma sintonía; apostaba garra y concentración. Y en un córner, gritó el equipo azulgrana el empate. Morel Rodríguez, como en el clásico ante Huracán del domingo último, expuso una inusual precisión en una pelota parada. Tras un tiro de esquina del defensor paraguayo, Luna sorprendió a todos y cabeceó al gol. El hábil volante tiene 1,70 metro y les ganó a todos los altos defensores de Arsenal.
En el segundo tiempo siguió el mismo ritmo, aunque la claridad y la precisión en los metros finales fue similar a la de los primeros minutos. La pelota iba y venía, a puro vértigo, sin dueño fijo.
En los metros finales, fueron un símbolo del presente de Arsenal y de San Lorenzo. El equipo que dirige Burruchaga, sin el ahogo del promedio, expuso una llamativa practicidad en cada uno de sus movimientos. Con buena técnica de la mayoría de sus hombres, con serenidad para distribuir el juego, se acercó varias veces hasta Saja, pero no supo resolver en el área rival. Con algo de fortuna y precisión, la campaña de Arsenal hubiera tenido otro brillo.
San Lorenzo ya piensa en el futuro, en la Recopa y en lo que vendrá. Sin Romagnoli desde hace tiempo, sin Michelini, ni Acosta, ni Astudillo y tantos otros, la floja campaña de San Lorenzo finaliza con un equipo que siempre tiene caras nuevas, sin una definida línea de juego. Lo mejor del torneo fue el 4-0 a Huracán, un premio consuelo a tantas dudas. Y la sonrisa de ayer fue por una corrida de Frutos. El penal lo gritó Saja. Y festejó San Lorenzo, que les hizo una burla a los merecimientos.

