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Fútbol americano en la Argentina: del boom de los ‘90 y un histórico partido en el Mineirao, al sueño colectivo de verlo en los Juegos Olímpicos 2028
Se expandió en el país luego de la primera invitación internacional, crece en dos disciplinas y fue reimpulsado tras la pandemia; en agosto, los Halcones buscarán la clasificación al Mundial 2024
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Sin la repercusión, el conocimiento, el interés ni la masividad del fútbol, básquetbol o tenis, el fútbol americano en la Argentina está en constante evolución y apunta a seguir por este camino, que comenzó a mediados de los años ‘90 y que en estas casi tres décadas se expandió desde Buenos Aires hacia Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Mar del Plata y Mendoza.
Apto para todo público y género, la disciplina se juega bajo el reglamento IFAF (Federación Internacional de Fútbol Americano) y se disputa en dos modalidades diferentes (Flag y equipado). La Football Americano Argentina se encuentra activa desde 2004 con nombramiento oficial de la Confederación Argentina de Deportes como miembros oficiales de la IFAF, y también existe una liga paralela en desarrollo, llamada Flag Football.
En cuanto a los hitos que este deporte fue construyendo lentamente, el primero a destacar sucedió en 1999, cuando la Argentina fue invitada a disputar un cuadrangular llamado “Invitacional” en México DF contra tres rivales: el local, Estados Unidos y Canadá. La selección albiceleste perdió todos sus partidos y el campeón fue, por lógica, Estados Unidos.
No obstante los resultados, Diego Manjón, emblemático jugador de aquel plantel, reconoce que fue una de las mejores experiencias de su vida: “Fue histórico disputar esos torneos. Tengo el mejor de los recuerdos porque pasamos de jugar en Parque Sarmiento a estar compitiendo internacionalmente contra México y Estados Unidos”.
El siguiente punto de inflexión se dio en 2005, año en el que Argentina resultó sede del primer partido internacional en Sudamérica (rotulados como “Halcones”, el conjunto nacional enfrentó a ULACYT Warriors de Panamá): terminó en derrota. Al año siguiente, diversas personalidades del deporte viajaron para ver el crecimiento del fútbol americano argentino: el presidente de ONEFA, Ángel Martínez, el entrenador de Stampede Sooners Oklahoma, Dan Crookham, y el ala cerrada de Indianápolis Colts, Bryan Fletcher, entre otros.
Recién en 2010 se creó el seleccionado Patricios de Buenos Aires para disputar duelos provinciales: el estreno fue contra la liga CFA (Córdoba Football Americano) en el club Comunicaciones de CABA. En 2011 y 2012, la FAA fue honrada por la IFAF con la chance de enviar a un entrenador para el personal de coaches del IFAF World Teams U19, que jugó el International Bowl contra su par de Estados Unidos. En 2015, se sumó la liga RFL (Rosario Football League) y en 2017, la categoría rosarina sub-21.
Buenos Aires, Rosario y Córdoba poseen una liga y un trofeo propio por federación. La FABA (Buenos Aires) cuenta con 6 equipos que disputan una temporada regular para ganar el Tazón Austral; la CFA (Córdoba) tiene 5 clubes que luchan por alzar el Tazón de la Docta y la RFL (Rosario) posee otras cinco instituciones que desean conquistar el Tazón de la Bandera.
En cuanto a los partidos internacionales, en los que se usan hombreras y cascos, el clásico de la Argentina es Uruguay, con el que se enfrentó 9 veces entre 2005 y 2022. El historial general marca dos victorias “charrúas” y 7 argentinas. A estos duelos contra el país vecino se le suman el partido contra Claremont-Mudd-Scripps, de Estados Unidos, en 2010; ante Pacific University Boxers, en 2013, frente a la selección chilena, en 2015, y contra Brasil, en 2017.
Un párrafo aparte merece ese histórico encuentro que disputó “Halcones” en el estadio Mineirao en 2017 contra los brasileños, transmitido por la cadena internacional ESPN para toda Latinoamérica, y que terminó en una dura derrota argentina sin anotar puntos. Brian Tomada, capitán de la selección que jugó aquella jornada, manifestó: “Me acuerdo que llovía, no nos escuchábamos y cada golpe se sentía el doble. Sabíamos que Brasil tomaba ese partido como preparación para el Mundial que se iba a jugar en 2019. Llegamos muy bien y nos topamos con jugadores profesionales”.
Brasil - Argentina, en 2017
En los últimos días, la selección argentina consiguió otro logro: finalizó quinto en el Torneo Continental de Charlotte, Carolina del Norte, y obtuvo una plaza para el Mundial de Finlandia 2024. El equipo nacional, compuesto por 11 jugadores de la FAARG y uno de la BAFF, consiguió así asegurar su presencia en el próximo Mundial.
El sueño, a largo plazo, es que el Flag Football esté presente en los Juegos Olímpicos Los Ángeles 2028, un deseo que ya está en proceso de inclusión, gracias a que la NFL y Estados Unidos están impulsando esa solicitud ante el COI.
La otra gran ventaja con la que el fútbol americano argentino convive en la actualidad fue que la reciente pandemia le dio un nuevo impulso desde 2021. La reinició en todo el territorio nacional con mayor masividad y es un deporte que, en la modalidad Flag, no se necesitan tantos materiales para jugar. Además, la Comisión Directiva no se encontró con obstáculos económicos y, desde el momento que el gobierno argentino bajó las restricciones sanitarias, salieron a practicarlo al aire libre.
Franco Franceschetti, capitán de la selección argentina, se refirió al crecimiento del deporte en el país: “Es notoria la evolución en los últimos dos años. El deporte crece año a año, ya sea con nuevos fanáticos de la NFL, como así también en otras provincias, donde empiezan a jugar fútbol americano equipado, más allá del Flag Football que se desarrolla en el país desde la década del ‘90″.
Franceschetti agregó que el próximo objetivo es “ir a Charlotte a buscar un pasaje al Mundial de Finlandia 2024″. Y también afirmó que “haber perdido la final del Sudamericano 2022 por un punto fue duro, hubiese sido un sueño cerrar el torneo con la copa en la casa del organizador y creo que fue el hito más importante en la historia del fútbol americano en Argentina”.
En la misma sintonía que Franco, uno de los directores de la FAARG, Juan Manuel Sesto, opinó: “El fútbol americano viene creciendo con solidez. Todos los años se suman nuevos jugadores, los equipos de Buenos Aires, Córdoba y Rosario agrandan sus planteles y las selecciones argentinas vienen dando batalla a nivel internacional”.
Siguiendo esta línea, Sesto añadió lo siguiente: “Falta que nos conozca más gente en sí. Todos los años crecemos porque hay más jugadores, tenemos más equipamientos, y otra provincia comienza a competir en ambas modalidades”. Y de cara al torneo continental en Charlotte, comentó: “Nos estamos preparando seriamente para conseguir la plaza del Mundial de Finlandia 2024. El equipo está muy bien, muy mentalizado en su objetivo y es gran parte de la base que consiguió la medalla plateada en Brasil”.
Un flashback
En 1996 se fundó el primer ente de la disciplina denominado AAFA (Asociación Argentina de Fútbol Americano). La misma contactó a los comentaristas de ESPN Álvaro Martín y Benny Ricardo para informarles que se formaría una asociación para jugar fútbol americano a nivel nacional. Para darle impulso al deporte, el paraguayo Ricardo viajó rumbo a Argentina y se juntó en Parque Sarmiento con distintos hinchas de la NFL en Buenos Aires.
Al poco tiempo, se disputó el primer torneo, que consagró a Demonios Negros. En los años posteriores, la embajada de Estados Unidos brindó clínicas y sponsors para el crecimiento posterior del deporte en la región latinoamericana. Actualmente, la AAFA sigue desarrollando su histórico torneo en la primavera y verano en la Capital Federal.
Regreso al Siglo XXI
Desde 2018, existe un nuevo ente y otra liga llamada BAFF. Creada por Leandro Swietarski, Alejandro Brunacci y Flavio Fumagalli, el primero de ellos le contó a LA NACION cómo nació este proyecto: “Siendo hincha de los Green Bay Packers, compartía una pasión con gente sin conocernos. Formamos un grupo de WhatsApp, lo vivía todo solo y, de repente, me encontré con un montón de gente que lo sentía como yo”.
Al respecto, Swietarski prosiguió su relato: “Después de dos años, con los que tuve más afinidad, Ale y Tati, decidimos organizar un partido, preguntamos en el grupo quiénes querían jugar y alquilamos una cancha de fútbol 5 en Liniers un sábado a la tarde. La gente nos miraba raro, entramos 15 personas con camisetas de fútbol americano con una pelota ovalada a pasárnosla entre nosotros. De hecho, ese partido está filmado: el primer touchdown es un pase mío. Fue el primero no oficial de la liga que fundamos”.
El primer touchdown
Un día alquilamos una canchita de fútbol 5 y vinieron los del grupo de Whatsapp. Fué una puta locura.
— leito (@leitosw) July 8, 2022
La pasamos increíble. Queríamos más. Necesitábamos más.
Ése fue el primer pase completo del partido. El QB (el que tira la pelota) soy yo. pic.twitter.com/ssGNnC9Cg9
Tras aquel partido inaugural, el fundador de la BAFF finalizó su discurso de esta manera: “Al día siguiente, con Ale y Tati, nos juntamos a tomar un café y decidimos hacerlo de vuelta un poco más profesional. Y ahí fue cómo empezó la idea de armar la liga BAFF. Le dimos forma: pensamos el nombre, el formato y la estrategia fue poner algo de plata cada uno colocando anuncios en Instagram. El resultado fue buenísimo: pensamos que no vendría nadie un sábado a la tarde, y llegaron 25 personas. Empezamos a jugar amistosamente, luego hicimos camisetas, después éramos más; dos dirigían mientras otros jugaban, rotábamos los roles, y así creció hasta tener hoy seis equipos, árbitro, televisación, datos, Mundial, Juegos Panamericanos, etc...”.
Por último, en sintonía con Swietarski, el tesorero de la BAFF Uriel Zalba dio su punto de vista acerca del fútbol americano argentino en la modalidad Flag: “Hay que dividir la popularidad en tres partes: influencia cultural, visibilidad como deporte, y nivel de crecimiento en jugadores participantes. Su difusión se debe a lo simple de su juego, menos cantidad de jugadores y staff necesarios, poco costo para llevarlo a cabo y para evitar lesiones comunes”.
En base a las diferencias y similitudes de las dos modalidades de la disciplina que conviven en Argentina, el Flag es la primera que se introdujo en el país porque no se necesita equipamiento y el número de jugadores necesarios son 10. Al respecto de esto, Zalba aclaró: “Vamos por el camino correcto, y el crecimiento constante redunda en una mejora de juego y conseguir nuevos desafíos. La pandemia no nos frenó: cuando bajaron las restricciones, nos entrenamos en plazas e hicimos torneos”.
Con la misma fe del sueño olímpico, el avión de la selección argentina ya pasó por su escala en San Pablo en 2022. Con el pasaje listo para Finlandia 2024, el destino final de los “Halcones” es aterrizar en los Juegos Olímpicos Los Ángeles 2028, el mismo sueño que tenían aquellos chicos que empezaron a ver la NFL en la década del ‘90.
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