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Florencia Lamboglia: la madurez de la atleta argentina que se abrió camino donde no había nada
Ternada para los premios Jorge Newbery de la Ciudad de Buenos Aires, la velocista, de 30 años, atraviesa uno de los mejores momentos deportivos de su carrera
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“En los días previos, no pienso en la carrera. La carrera se corre una sola vez, porque sino la cabeza ya te mató. Si venís pensando voy a correr de tal o cuál manera, perdés. Hay pensamientos aislados, sí. Pensás: ‘el que llega primero, gana’, y el error tiene que ser mínimo, sí. Pero, creo que uno está más relajado, con más confianza, si toma conciencia real de todo el camino que lo llevó hasta ahí.”
Algunos años atrás, estas palabras no hubieran sido su primera respuesta. No porque no lo sintiera, sino porque todo fue parte de un proceso. Florencia Lamboglia hoy se siente a gusto, plena y con el disfrute a flor de piel. Aprovecha sus oportunidades, se enfoca, comparte y se entrena. Se entrena como nunca, o como siempre, pero con una madurez -que ella misma confiesa- alcanzó en el último tiempo. “Maduraste como atleta”, le dijeron hace unos días, y ella se lo apropió. Lamboglia es velocista argentina, y pocos conocen el atletismo y el deporte argentino amateur, como ella.
“Todos tenemos todo a mano. Los conocimientos están en los libros, no hay secretos. Creo que todo está en cómo se aplica. Está en uno en cómo se lo toma, lo trabaja y se va a destacar el que mejor aplique ese libro a su cuerpo”, explica al otro lado del teléfono Lamboglia, de 30 años.
Comenzó a los 12 años a practicar el deporte de la mano de su hermano. En busca de un futuro deportivo, a modo recreativo, encontraron sobre la pista un mundo nuevo que los atrapó. Al poco tiempo su hermano dejó, pero ella, fascinada por la disciplina, intensificó sus horas de entrenamiento. Más tarde comenzó a competir, asistió al Mundial junior de Bressanone, fue campeona del Nacional de mayores con 17 años, y así alcanzó las marcas para el Mundial, al cual fue por los 100 y 200 metros. Y su recorrido tuvo otro color.
Empujada por su convicción y su ganas de progresar, su enfoque se volcó ciento por ciento al atletismo. Sin un referente argentino en velocidad, y sin muchos compañeros de su edad alrededor, encontró su camino, se hizo fuerte y creció. A nivel nacional, es de las pocas atletas que ganó las medallas de 100, 200 y los relevos en un campeonato de mayores. Fue medalla de plata en el Campeonato Sudamericano bajo techo en Cochabamba en los 60 metros con vallas, con un tiempo de 8s67. En Sudamérica alcanzó medallas de oro en los 100 y 200 metros, y superó sus mejores marcas personales. Es campeona argentina. Y si bien el Juego Olímpico sigue siendo su mayor sueño, toma todos sus logros y agradece.
Lamboglia es primera en el ranking argentino en los 100 y 200 metros, puesto que ocupa desde 2020. En el ranking argentino permanente está tercera con su mejor marca de 11s59 (100 metros) y sexta con su plusmarca de 23s83 (200mts). Además, está tercera en el ranking argentino permanente indoor de60 metros llanos con un tiempo de 7s54, y cuarta en los 60 metros con vallas. Fue campeona nacional en 2009, 2019 (100m con vallas), 2020 (100m con vallas, 100 y 200m), 2021 (100 y 200m) y 2022 en los 100 y 200 metros. También fue medallista de bronce en la posta 4x100 en los Sudamericanos de Lima 2019.
“No tengo nada de qué quejarme, ni de mi preparación, ni nada. Siempre que fui seleccionada me preparé de la misma forma que cuando no lo fui. Y, siempre que tuve este tipo de oportunidades estuve a la altura. Pero sí, los recursos son escasos. Hay veces, como esta gira por Europa, que voy con mis ahorros y el dinero que fui juntando de los premios que entregan los Grand Prix. Vine ahorrando, monedita por monedita, más la ayuda de mis sponsors y todo fue ayudando”, describe, la velocista antes de partir rumbo al Iberoamericano en Alicante, que se corre del viernes al domingo próximos.
Lamboglia, debutará el viernes, a las 14 de nuestro país, en la prueba de los 100 metros. Es un torneo con fuerte participación argentina: también estarán Belén Casseta, Florencia y Mariana Borelli, Franco Florio, Fedra Luna, Federico Bruno, Carolina Lozano, Daiana Ocampo, Martina Escudero, Micaela Levaggi, Julián Molina, Joaquín Gómez, José Zabala, Germán Chiaraviglio, Joaquín Arbe, Maximiliano Diaz, Carlos Layoy, Ignacio Carballo, Juan Manuel Cano, Ignacio Erario, Antonio Poblete, Diego Lacamoire y Elian Larregina.
“En cuanto a los europeos, ellos también pasan por un invierno, y creo que los dos estamos en condiciones. Tal vez, en Europa pueda haber mayor competencia, pero estoy contenta con lo que tengo en Buenos Aires, con mi entrenador, con mi equipo, con todo. Todos dimos lo mejor para que yo esté acá compitiendo, a este nivel. Para mí, es un sueño lo que estoy haciendo, hace unos años no podía ni imaginar estar haciendo esto”, añade entusiasmada, quien durante la gira europea también participará del Chania International Meeting y del de Madrid; además de competir en junio en el Grand Prix de Cochabamba. Recientemente, en el Grand Prix Orlando Guaita, en Chile, ganó la carrera de los 100 metros, al igual que en 2021.
-¿Cómo llegás físicamente al Iberoamericano? ¿Cómo fue tu preparación de cara a la seguidilla de competencias?
-Me siento bien, vengo de competir en Chile, estoy contenta. El rendimiento en Chile me dejó segura de dónde estoy, mi marca fue buena, si bien no fue validada por el tema del viento permitido. El límite es de 2.0 pero allá salimos con 3.0 a favor y eso no es válido. Pero más allá de eso, y viendo la calidad de competencia que había y viendo a dónde estamos apuntando, me dejó tranquila y viajo segura de mi preparación. Son periodos largos los que venimos haciendo de entrenamientos, con competencias en el medio, sin descargar al ciento por ciento. Voy con el objetivo de meterme en la final, sin dudas. Además quiero mejorar mis marcas.
-¿Cómo es ser velocista argentina?
-Ser velocista no es lo mismo que ser corredor, tenemos menos visualización por una cuestión de popularidad. Los recursos siempre estuvieron, y mal no me fue estudiando, trabajando y entrenando. De hecho, creo que si viviese al ciento por ciento de esto, me gustaría seguir estudiando. Me saca de la rutina, me lleva a pensar y hablar de otras cosas que no sean de atletismo. Ahora viene una camada interesante. La verdad que se vieron buenos resultados en Rosario. Durante la previa los chicos estaban muy nerviosos, asustados, pero los fui a ver y les dije que ojalá nos veamos en otras categorías…. Son pocos los que pasan por todas las categorías. Hay pruebas en el atletismo que no tienen camadas atrás, pero en la velocidad sí, hay pero hay que motivarlos, acompañarlos para que no abandonen y sigan. Ahora, se armó una comisión de atletas donde la idea es acompañar a estos chicos, que sepan que hay alguien con quién hablar, a quién pedirle, a quién escuchar. Se forma, para que los ayudemos en sus preparaciones y que eso les genere confianza, seguridad para seguir creciendo.
-¿Cómo fueron tus comienzos?
-En mi caso no hubo nada de apoyo y orientación. Fue mi familia al cien y mi entrenador. Yo empecé hace 20 años y era otro atletismo. Todo fue evolucionando dentro del marco. Ahora hay más recursos, se crean estas comisiones, hay más diálogo entre dirigentes y atletas, todos aprendemos. Porque a veces nos vamos metiendo en un mundo donde no sabemos cómo nos va a ir. Pero mientras que la comunicación exista y vaya creciendo todo va a ir funcionando cada vez mejor.
-A nivel sudamericano, ¿el atletismo nacional dónde se posiciona?
-El rey es Brasil y atrás están Colombia, Ecuador. Siempre está Brasil, y siempre que te toca correr con un brasileño al lado decís ‘wow, bueno acá estoy, vamos con todo’. Me ha tocado que al lado tengo a una corredora olímpica y es tremendo. En ese momento me pongo orgullosa, estoy llegando… A nivel sudamericano está Brasil, Colombia, después viene Chile… y siempre buscamos crecer. Creo que estamos, y vamos creciendo. Hay diferentes visiones del atletismo. Por ejemplo, viene a veces un belga amigo a los entrenamientos y ellos ven el atletismo trabajado con la tecnología, como que el atleta es un robot. Van a un laboratorio, les miden esto, les miden lo otro. Y, la verdad que ves a otros atletas que han tenido mejor rendimiento que ellos sin tanta tecnología. Si bien la tecnología ayuda un montón, creo que también se puede hacer atletismo -y tener muy buenos rendimientos- sin depender totalmente de ella y hacer un gran papel. Tenemos otro tipo de mediciones, o trabajamos de otra forma que nos sirve y mucho, les hacemos frente.
La realidad de un atleta amateur argentino cambia y es diferente para cada uno. Lamboglia comenzó en una época en la que el acompañamiento y la estructura del deporte no estaban. Fue de las primeras en comenzar este camino. Hoy habla con la voz de una experimentada, segura que sus elecciones fueron las correctas. Intenta transmitir sus experiencias y contagiar entusiasmo.
Estudia, trabaja y entrena. Está casada con su entrenador, Javier Morillas, con quien viaja a las competencias. Y mezcla sus horas sobre la pista, con sus estudios a distancia de Nutrición, su trabajo en la Universidad de Buenos Aires y sus sesiones de osteopatía. Además, ayuda en un comedor de la Villa 31, ayuda a un refugio de animales rescatados a darlo en adopción y colabora con donaciones de material deportivo a escuelitas de interior, entre otras actividades. Evita el conflicto.
Tuvo un momento de inflexión, que la llevó a dejar la actividad. Y, mientras ella en su interior batallaba por saber qué quería y hacia dónde apuntar, en su interior se estaba gestando su nueva versión. Reapareció renovada.
“Hubo dos años en los que dejé 2016 y 2017. No podía ver una pista, no quería ver gente corriendo, no quería saber nada. No tenía más ganas. No me arrepiento de haber dejado esos dos años, creo que por algo suceden las cosas y mal no me está yendo. Indirectamente me persuadían para que vuelva, pero nadie me lo quiso imponer, ni mucho menos. Era tiempo en el que necesitaba descomprimir y necesité alejarme. En 2017 volví y ya estaba representando a la Argentina en un sudamericano”, comentó sobre ese momento, quien la semana que viene asistirá a la ceremonia de los premios Jorge Newbery, ternada como deportista del año.
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