Fiesta en La Bombonera: el festejo final de la selección, un Messi feliz y Pekerman testigo del producto de su obra

Hay fiesta en La Boca. Lionel Messi volvió a mostrar toda su magia. El genio tuvo su rapto de inspiración y la Argentina cumplió con lo que era previsible, una goleada frente a un equipo venezolano en etapa de reconstrucción. Tres conquistas para cerrar como locales unas eliminatorias soñadas. Al grito de “¡dale, campeón!”, en un ambiente de fiesta de principio a fin. Todo frente a una concurrencia que no asistió a la Bombonera con más exigencias que la de pasar un buen momento. Y disfrutaron al astro que hizo todo y de todo.

El clima fue especial. Antes, durante y después del encuentro. Los motivos, claro, eran varios. Por un lado, porque el éxito de anoche marcó la despedida del seleccionado de nuestro país. Ya no habrá partidos en este suelo en la antesala de la cita mundialista. Por eso se vivió de una forma rara, diferente: todavía restan ocho meses para el Mundial Qatar 2022.

“Olé, olé, olé...”

Por otra parte, porque en la otra vereda estaba nada menos que José Pekerman, el hombre que dejó un legado enorme. En pleno calentamiento, cerca de uno de los rincones de la cancha, el técnico presenció los primeros movimientos de los jugadores argentinos. Allí, el DT recibió abrazos de Messi, Ángel Di María y Leandro Paredes. Tras eso, acudió a la mitad de la cancha, mientras era muy aplaudido y ovacionado por la platea. y recibió una plaqueta que le entregó Claudio Tapia.

Una curiosidad: cuando la voz del estadio comenzó a presentar al equipo argentino, el director técnico de Venezuela aplaudió con entusiasmo cuando se mencionó a “La Scaloneta” de Lionel. Se sabe: la relación entre ambos es extensa, y data de antes de aquella coronación mundial en el Sub 20 en Malasia 1997.

El color y los fuegos artificiales no faltaron en la Bombonera. Apenas saltaron los equipos a la cancha, tras el himno, en los bancos llegó al afectuoso abrazo de Pekerman con todo el cuerpo técnico argentino: Lionel Scaloni, Pablo Aimar, Roberto Ayala, Walter Samuel y Martín Tocalli (entrenador de arqueros). En el aire flotaba esa rara sensación de recibir y enfrentar al hombre que formó a muchos de ellos. Al cabo, el entrenador que supo darle un salto de calidad enorme a los seleccionados juveniles. Una noche de reconocimiento para el entrenador que marcó a fuego a quienes en su momento resultaron sus dirigidos, y ahora se encaminan como colegas. Apenas algunas de las huellas de la obra que el DT de 72 años marcó en la Argentina.

En lo previo, cuando se anunció la formación del equipo, el podio de los vivados fue ocupado por Messi, Rodrigo De Paul y Scaloni. También se aclamó a Di María. La Bombonera fue levantando temperatura tras el gol de Nicolás González. Sonó el clásico “¡Argentina, Argentina!”. También, algunos de los cánticos estuvieron destinados a los clásicos rivales: Brasil e Inglaterra. Y un nuevo hit en el repertorio que bramaron las tribunas: “De la mano de Leo, vamos a ganar, de la mano de Leo, vamos a ganar… y la vuelta, y la vuelta vamo’ a dar”, se escuchó. Se vivió con intensidad y entusiasmo.

Al rato, otra vez los gritos fueron destinados al capitán argentino: “¡Meeessi, Meeessi!”. Casi todo giraba en torno al futbolista de PSG. ¿Habrá sido su último compromiso en el país con la camiseta celeste y blanca? Es una de las posibilidades, por supuesto, y la respuesta estará después del Mundial. “Me voy a replantear muchas cosas”, anticipó.

Otra dosis de emoción y más aplausos envolvieron a Pekerman cuando caminó hacia el banco de suplentes en el segundo tiempo. Más de 50 mil personas observaban expectantes sin perder ni el más mínimo detalle. Se encendieron los teléfonos en la popular cuando Messi se preparó para patear un tiro libre que terminó en las manos de Wuilker Faríñez. “Y vamos, selección; queremos la copa…”, bajó de las tribunas. A esta altura, la identificación de los hinchas con el conjunto de Scaloni es absoluta.

Messi contagió. El astro se expresó con vértigo, velocidad, espacios. “El que no salta, no va al Mundial”, cantan. Los hinchas, envueltos en banderas y camisetas celestes y blancas, coronaron la noche en los últimos 15 minutos. El pico del éxtasis. Primero con el golazo de Di María y luego con la conquista del Nº 10, su gol número 81 en la selección.

“Que de la mano de Leo Messi...”

Sonríe el rosarino. Ahí está el mejor jugador del mundo en el medio de una ovación inolvidable, con flashes que procuran inmortalizarlo. Se va por el túnel de la Bombonera ovacionado como pocas veces. Es el cierre de una noche que el público disfrutó en pleno. Ya con la mira en Qatar 2022, las sensaciones se confundieron entre la nostalgia y la emoción.

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