Enzo Copetti: del “es mentira” cuando se enteró que lo quería Racing al aliento que recibe del Turco García y Gustavo Bou

El 19 de enero, cuando Lisandro López anunció su salida de Racing, Enzo Copetti todavía masticaba la bronca por el empate 0 a 0 entre Atlético de Rafaela y Sarmiento, de Junín, que dejaba a la Crema sin chances de pelear por el primer ascenso. Luego fue Platense el que le puso el freno al camino a Primera que parecía desandar Rafaela, con la dupla Copetti-Claudio Bieler como estandarte. Ese ascenso nunca llegó, pero la Primera sí. A finales de enero, su representante Martín Sendoa le dijo que su destino no sería Unión ni Colón. Tampoco Vélez. Ni un equipo de Paraguay. Lo quería Racing. “Mentira”, le respondió Copetti.

Poco más de dos meses después, el chaqueño de 25 años será el delantero de punta con el que la Academia saldrá a jugar el clásico de Avellaneda. Con tres goles en ocho partidos, una potencia que contagia y una entrega que parece levantar aplausos incluso en épocas de tribunas vacías, Copetti se ganó el lugar de inamovible en el equipo. La noticia del contagio de coronavirus de Cvitanich parece cargarlo con buena parte de las responsabilidades ofensivas en el que será el partido más trascendente de su carrera. Eso no parece ser un problema para Copetti, que de entrada sorprendió a sus compañeros por sus ganas en la cancha y su ‘caradurez’ en el día a día.

Tampoco tuvo problemas para agarrar la camiseta N° 9, cuando llegaba como una apuesta desconocida por la que Racing pagó 100 mil dólares de préstamo, con una opción de 1,5 millones de dólares por el 80% del pase. Opción que después de cuatro partidos Racing ya había decidido usar. “Estamos muy contentos con él, fue un acierto traerlo”, dijo el presidente Víctor Blanco. Cuando Palmeiras de Brasil no pudo cerrar la contratación de Borré, puso sus ojos en el punta académico. No pasó de un sondeo.

Apenas cuatro meses antes de que un dirigente le gritara a Juan Antonio Pizzi que Copetti debía “jugar de 9″, los periodistas rafaelinos le preguntaban al propio Copetti si se sentía cómodo de delantero. Es que desde su aparición en 2016 la mayoría de los partidos en la Crema los había jugado como volante por derecha. Al regreso de los cinco meses de entrenamiento virtual durante la cuarentena, fue el técnico Walter Otta quien lo convenció de que esa sería su posición. Los secretos del puesto ya se los había enseñado en Reserva Marcelino Galoppo, el padre de Giuliano, el mediocampista que brilla en Banfield. Eso explica su bajo promedio de gol en la Crema: siete gritos en 52 partidos.

Cuando Otta lo ubicó de punta, llegó la explosión: cinco goles y dos asistencias en el campeonato relámpago que armó la Primera Nacional para definir los ascensos. Aunque Racing ya lo venía siguiendo y generaba ciertas dudas si tendría esa misma capacidad para aprovechar su potencia en los espacios reducidos de Primera, el hombre que convenció a Pizzi que había que confiar en Copetti fue Rafael Maceratessi, actual segundo ayudante, ex9, un conocedor del fútbol santafesino ya que en los últimos años venía de trabajar en el área de captación de Rosario Central.

La adaptación no le costó al chaqueño, aunque confesó que en los primeros minutos de su debut ante Aldosivi le costó dominar la pelota porque los pases de sus compañeros llegaban más fuertes por el riego abundante que tienen los campos de juego de Primera. Apenas 11 minutos de su estreno en el Cilindro le alcanzaron para convertir. Fue un nuevo aviso de que si se lo precisaba, él estaba ahí. El buen nivel de Copetti coincidió con los interrogantes que generaba el equipo en la cancha. Su entrega y sus goles sirvieron como alivio.

La planificación que tenía Pizzi en la cabeza durante la pretemporada fue mutando fecha a fecha. Contagios masivos mediante, ya usó 30 jugadores en apenas 10 fechas. Con las bajas de Piatti y Cvitanich por Covid, más la ausencia de Sigali por una molestia muscular, el DT deberá salir a jugar el clásico con al menos medio equipo que no estaba en sus pensamiento cuando imaginaba cómo jugaría su Racing.

Ni Cáceres, ni Novillo, ni Facundo Gutiérrez ni el propio Copetti aparecían en el mapa inicial. Esos nombres deberán suplir la ausencia enorme de Lisandro López, el gran especialista en clásicos de los últimos años que se fue del club. Tampoco estarán Iván Pillud, Marcelo Díaz, Cvitanich ni Sigali, otros de los protagonistas de los últimos dos triunfos ante el Rojo.

Sin poder aplaudir sus corridas en la cancha, los hinchas le hacen sentir su cariño a través de Instagram, donde Copetti es muy activo. El chaqueño admite que no puede creer la cantidad de mensajes que le llegan. Ni la calidad. No solo son hinchas. Claudio “Turco” García, a quien conocía más por su faceta mediática que por haber sido ídolo de Racing y delantero de la selección, suele alentarlo por esa vía. También Gustavo Bou, el jugador que eligió como espejo en su presentación cuando llegó a Avellaneda.

Tanto el Turco como la Pantera tuvieron sus noches de gloria contra Independiente. El chaqueño confía que el cariño que llega a través de esos mensajes también le haya traspasado la clave para convertir en un clásico, el salto que le falta a estos meses a pura explosión.

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