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Julio Arca, el campeón mundial que pasó 13 años en silencio en Inglaterra y ahora trabaja en una innovadora empresa
Años 1998 y 1999. Un joven Julio Arca se levantaba muy temprano, combinaba colectivo y tren para llegar hasta Constitución en 45 minutos y, a las 8.30, Rolando Schiavi o Pablo Sabagg se encargaban de levantarlo en auto antes de subir a la autopista para poder llegar a Ezeiza y entrenarse con la primera de Argentinos Juniors. Para el año 2000, en un abrir y cerrar de ojos, a los 19 años ya había firmado contrato en Inglaterra y en sus dos primeros partidos con Sunderland debió pellizcarse para sentir que no estaba soñando: debutó con un gol en un 1-1 como local frente al West Ham de Frank Lampard, Joe Cole, Davor Šuker, Paolo Di Canio y Michael Carrick; y su primer partido de visitante fue derrota 3-0 en Old Trafford contra el Manchester United de David Beckham, al que tuvo que marcar en la banda derecha.
"Eran jugadores que veías por la tele y jugabas con ellos en la PlayStation en la concentración con los chicos. Y un año después estaba compartiendo cancha. El primer partido con West Ham empatamos e hice un gol en el debut, y en el segundo jugábamos contra Manchester United de visitante, con un equipo de estrellas. Beckham, Giggs, Cole, Scholes, Barthez, Neville, Solskjær, Sheringham… y encima tuve que jugar contra Beckham, que estaba en la banda derecha y lo marcaba. Ese fue mi primer shock de ver a un modelo jugando al fútbol tan bien, le sobraba facha y jugaba muy bien, corría y trabajaba mucho lo físico. Perdimos 3-0", recuerda Arca en diálogo con LA NACION a 20 años de aquellos inicios.
Su vida es tan rica como poco contada. Hizo inferiores en Argentinos Juniors y debutó en primera en 1999, pero no duró mucho: tras 18 partidos, Sunderland desembolsó 3,5 millones de libras en 2000 después de que el DT Peter Reid lo descubriera en un amistoso Sub-20 entre la Argentina e Inglaterra. En 2001 fue campeón mundial Sub-20 en la selección de José Pekerman (jugó cinco partidos) y LA NACION lo definió como "un lateral con clase, de buen control de pelota y sentido táctico para ubicarse donde su equipo lo necesita".
Pasó seis temporadas en Sunderland (2000-2006) y otras seis en Middlesbrough (2006-2013), completó 362 partidos y marcó 32 goles entre la Premier, el Championship, la FA Cup y la Copa de la Liga. Se transformó en un referente, pero su carrera pareció transitar en silencio, sin el ruido que quizás hoy podría tener. Hoy, con 39 años, su mirada va más allá: armó una empresa para ayudar a los deportistas que necesitan mudarse en el exterior y ya trabajó con Javier Saviola, Carlos Tevez, Juan Román Riquelme, Diego Milito, Carlos Bianchi, Mario Yepes, Guillermo Burdisso y Matías Suárez, entre otros. Su último trabajo fue con José Basanta, quien en septiembre anunció su retiro y se trasladó de Monterrey (México) a la Argentina, pero ahora también ya tiene organizada la mudanza de otro jugador argentino que se trasladará desde Alemania al país.
-¿Cómo surgió el proyecto?
-Cuando volvimos hace un año y medio al país, nunca habíamos hecho una mudanza tan grande de un continente al otro. Es estresante y problemático, lleva su tiempo, muchos papeles. Y tengo un conocido amigo que está en rubro de mudanzas internacionales y decidimos emprenderlo. Nos enfocamos en que le resulte fácil mudarse al deportista, con gente de confianza y un seguimiento constante. Y la repercusión que tuvimos fue buena. Ya llevamos casi un año, la empresa se llama Premier Sport Division y trabajamos con Universal Cargo, con más de 35 años en el mercado.
-¿De qué se encargan?
-Hacemos todo. El trámite arranca contando las cosas que tiene y calculando el contenedor necesario por la cantidad de metros cúbicos que se ocupan. Después se tarda entre 3 y 4 días para sacar todo de la casa, se lleva a un depósito y se envía en un contenedor con seguimiento, que puede tardar entre 6 y 8 semanas. Nos encargamos desde que sale hasta que llega a la aduana y después hacer el transporte a la ciudad correspondiente. Yo llegué a traer 200 bultos y es un estrés. Entonces le sacamos esa presión al deportista.
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-Hoy estás trabajando desde la Argentina por la pandemia, ¿se vive muy distinto que en Inglaterra?
-Yo llevaba casi 19 años en Inglaterra y al irme tan joven hubo etapas que no viví con mi familia. Tengo hijos chicos y era el momento de volver unos años. Nunca le cierro la puerta a Europa porque vivimos una parte de nuestra vida muy linda. El cambio es grande. Allá teníamos calidad de vida, seguridad, se vive tranquilo… acá sabemos cómo está el país y lo que puede pasar, pero hay algunas cosas que allá no tenés y te adaptás. Uno nunca se olvida de donde salió y hoy mis hijos están con sus abuelos, tíos y primos. Mis viejos son grandes y el tiempo pasa rápido. Después si en algún momento surge volver, lo volveremos analizar.
-Si mirás para atrás, ¿qué análisis hacés de la carrera que hiciste?
-El fútbol se trata de tomar decisiones. Y yo las decisiones que tomé las volvería a tomar. En ese momento las sentí correctas. Antes de irme a Europa, se decía que podía ir a River si Placente se iba a Bayer Leverkusen, pero no se dio y viste que dicen que el tren pasa solo una vez. Yo quería jugar en Europa, vino una oportunidad y la tomé. Hay jugadores que la dejan pasar y les llegan otras cinco. A mí me vino a buscar Sunderland, que no era tan conocido, y crecí mucho. Nunca lo había pensado. Y encima en mi debut entré con 48 mil personas y un ruido que parecía un Mundial. Eso me marcó mucho cuando más lo necesitás para levantar.
-Era otro momento del fútbol inglés.
-Sí, la liga inglesa en ese momento no es la de ahora, que es la mejor. Antes competía atrás de España e Italia. Pero siempre fue muy buena. Había pocos argentinos cuando yo llegué y fue mejorando mucho técnicamente. Antes era más agresiva y física, con los extranjeros de los últimos 15 años mejoró mucho. Después pasé a Midelsbrough, jugué con jugadores de selección importantes como Mendieta, Mido, Rochemback y Viduka, me dirigió Gareth Southgate (NdR: actual DT de Inglaterra) que es una persona excelente y aprendí mucho de él. Mi experiencia fue muy positiva.
-Te retiraste en 2013 con 32 años. ¿Te hubiese gustado jugar más?
-Sí, tuve que dejar por una operación en el pie. Me resultó muy larga la recuperación, casi dos años, yo sentía que era mucho y despúes me di cuenta que no, porque estaba bien y me cuidaba. Pero empecé a hacer la carrera de DT para preparar el futuro y estuve en las inferiores de Sunderland y en escuelas de fútbol en Inglaterra. Terminé jugando tres años después como semiprofesional en South Shields, con otra exigencia, entre 2015 y 2018. Me llamaba jugar y subimos de la octava a la quinta división. Y el último año jugábamos la Copa FA Vase que si llegabas la final jugabas en el nuevo Wembley. Ganamos y subí las escaleras como capitán a levantar un trofeo. Como profesional nunca pude, y lo logré como semiprofesional. Eso es el futbol. Es hermoso. Impagable.
#OnThisDay in [R][R][R][R], we completed the signing of Julio Arca.120 appearances, 29 goals, three successive promotions, six trophies and enough memories to last a lifetime later, Julio departed as a South Shields FC legend.We hope you and your family are well, @julioarcaOK! pic.twitter.com/e7O24nC1Um&— South Shields FC (@SouthShieldsFC) September 4, 2020
-¿Cómo recordás tus inicios?
-Tuve la suerte de tener un técnico increíble como Chiche Sosa y estar amparado por un club de familia como Argentinos. Y también la ayuda de muchos jugadores, como el Flaco Schiavi. Nosotros entrenábamos en Ezeiza y me resultaba imposible llegar desde Quilmes. Al principio me llevaba un amigo remisero, pero era insostenible desde lo económico. Hasta que un día Schiavi se ofreció y me levantaba en Constitución. Él ya era conocido y yo iba sentado todos los días al lado, me resultaba hasta incómodo. Terminamos con una amistad y eso me marcó y me ayudó. Después con un contrato me compré mi primer auto chico para viajar y todo mejoró.
-¿Y el salto a la Premier con 19 años?
-Fue un cambio muy brusco y me costó. Una cultura totalmente diferente, un idioma distinto, que yo no lo conocía. Uno piensa que sabe y cuando llegás allá te chocás con la pared. Tuve la suerte de que firmé y llegó el brasilero Émerson Thome que venía del Chelsea y él me ayudó mucho con la adaptación. Después aprendés el idioma, la cultura y la forma de vivir. Apenas llegué, empecé a jugar de carrilero. Mucho ida y vuelta, centros, desbordes… me sobraba energía. Y el primer año fue uno de los mejores de la historia. Salimos séptimos. Fue una plataforma importante. No me conocía nadie, habían pagado una cierta cantidad de plata y todos se preguntaban quién era, pero anduve bien.
-¿Qué equipo rival recordás más y que fue lo que más te sorprendió?
-Y… en ese momento estaba el Arsenal de Henry, Vieira, Pirés, Bergkamp… ahora hay más potencias porque cambió la situación económica. Algo que me sorprendió mucho fue el derby Sunderland-Newcastle, una pasión impresionante del norte inglés, como si fuese Rosario con Central y Newell’s. También los estadios, hay muy buenos y muy antiguos como el Fratton Park de Portsmouth en el que los hinchas se sentían como si fuesen el triple. Yo pasé de debutar como local en Ferro, que encima era un estadio grande, a jugar en el Stadium of Light, que es un teatro con asientos, palcos y una infraestructura increíble.
-¿Cuánto te ayudó el Sub-20 y el trabajo con Pekerman y Bielsa?
-Yo había quedado afuera del Sub-17 y me llegó la segunda chance en el Sub-20. Ya jugaba en Europa, era un grupo bárbaro y veníamos haciendo sparring con la mayor. Trabajar con Pekerman y con Bielsa nos ayudó mucho. Marcelo era diferente, cómo entrenaba, los trabajos que hacía, la intensidad del entrenamiento, la perfección constante y la exigencia. Entrenar era jugar un partido, tenía que salir todo bien. Por eso Bielsa es lo que es. Es único. Y el cuerpo técnico de Pekerman era muy bueno. Mucha disciplina, sin egos, todos éramos iguales. Y el grupo tenía muy buenos jugadores y lo demostraron con el pasar de los años. No había muchas selecciones que nos podían ganar por lo fuerte del grupo, el CT y la calidad en campo.
-¿Por qué creés que pasaste 12 temporadas en Inglaterra y no volviste a la selección?
-Mirá, ahora tenés las redes sociales, la televisación… en ese momento mi viejos no podían ver ningún partido, acá no llegaba. Era más difícil mostrarse, pero en ese momento tampoco había muchos argentinos allá. Quizás tendría que haber sido 10 años más joven. Pero me tocó vivir una etapa linda del fútbol inglés, diferente, agresivo, rústico, de velocidad. Me ayudó mucho.
-Si tenés que elegir un recuerdo, ¿con cuál te quedás?
-Ganar un título siempre es importante. En 2005 ganamos con Sunderland la Championship con el irlandés Mick McCarthy en un equipo con jóvenes y sin tener mucha plata. En 2004 también llegamos a semifinales de la FA Cup semifinal. Y mi debut también, llegar tan joven y jugar y hacer un gol. Soñado.
-Estuviste cerca de River y de Boca, ¿te quedaste con las ganas de volver a jugar en el país?
-Lo de River era un rumor que nunca se hizo oficial. Y con el pasar de los años lo de Boca fue más fuerte. Yo tenía 31 años, seguía joven para venir acá, me contactaron y me dijeron que Falcioni estaba interesado, pensé que la chance estaba y era concreta. Pero después no sé qué pasó y se terminó cayendo. Poder o tener la chance de jugar en esos clubes, es algo que no tienen tantos jugadores. Y jugar en un equipo de esos abre puertas a muchos equipos y la selección, quizás en un club como Sunderland era más difícil llegar. Me hubiese gustado.
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