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Dibu Martínez, íntimo: “Todo jugador necesita un psicólogo”
“Festejar después de parar un penal o hablarles a los rivales, no es el ejemplo que le quiero dar a los chicos”, mencionó el arquero de la selección respecto de aquel partido de la Copa América ante Colombia
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Emiliano Martínez (Mar del Plata, 28 años) se marchó de Argentina con 17 años. No había jugado ni un minuto en el primer equipo de Independiente. Destacó en el sudamericano sub-17 de 2009 y el Arsenal lo pescó para su cantera. Se mudó a Londres un año después, pero tardó nueve campañas en ganarse su lugar bajo el travesaño de Highbury.
El verano pasado, el Aston Villa lo fichó a cambio de 17,5 millones de euros. Fue el traspaso más caro de la historia para un guardavallas argentino. Ya en la órbita de Lionel Scaloni, en la Copa América 2021 se consolidó como el guardián del arco albiceleste, que este domingo visita a Brasil por las eliminatorias sudamericanas. Se ganó la confianza de Messi y el cariño de la hinchada después de parar tres disparos en la tanda de penales frente a Colombia en la semifinal. “Mira cómo te como, hermano”, les dijo a sus rivales antes de los lanzamientos. La frase se hizo viral y él pasó a ser uno de los símbolos de la nueva generación de Argentina, liderada por Lionel Messi, campeona de América después de 28 años.
-¿Cómo vive ser un meme?
-Es algo impagable. En ese momento, realmente no lo pude disfrutar tanto como sí lo hago ahora, la semifinal se jugó cuatro días antes de la final. Le dimos una alegría a la gente que es lo importante. Vimos muchos videos de hinchas celebrando y llorando en el Obelisco. También me enteré de que muchos jóvenes arqueros recibieron los videos con la frase de mira cómo te como.
-¿Se sintió cómodo en ese lugar?
-Festejar después de parar un penal o hablarles a los rivales, no es el ejemplo que les quiero dar a los chicos. Pero fue lo que me salió en ese momento. En un deportista, detrás de cada historia de éxito hay mucho esfuerzo y sacrificio. Me fui de mi casa con 12 años para vivir en la pensión de Independiente y tuve que superar muchas adversidades antes de llegar al lugar en el que estoy. Ese es el mensaje para los jóvenes, no un meme ni un festejo.
-¿Fue difícil su paso por las divisiones inferiores de Independiente?
-Fue un cambio muy duro. Normal para un chico mi edad, pero también por el entorno que me encontré. La comida no estaba buena, todo estaba muy sucio y éramos cuatro en una habitación. La verdad, muy flojo. Pero hoy, con perspectiva, lo analizo y entiendo que me fortaleció.
-¿Por qué se fue tan joven de Argentina?
-Me vino a buscar el Arsenal y Pepe Santoro [su tutor en las inferiores de Independiente] me dijo que el tren solo pasa una vez en la vida. Mi familia y mis agentes pensaban lo mismo. Así que la decisión fue más por ellos que por otra cosa. Yo no me quería ir. No me arrepentí, pero me quedé con ganas de jugar en Independiente. Durante un tiempo pensé: “Si me quedaba, en dos años debuto”.
-¿Necesitaba ayudar a su familia?
-Nos faltaba un poco a nivel económico. Lo hice más por eso que por lo deportivo. Sabía que podía llegar a primera en Independiente. El club confiaba en los arqueros de las inferiores.
-¿Cómo fue llegar a Londres con 17 años?
-No sabía el idioma. Y Wenger me dijo que el arquero tenía que hablar sí o sí en inglés. A mí cuando se me mete algo en la cabeza lo logro. En un año aprendí a hablar en inglés y hasta me saqué el carnet de conducir.
-En cambio, le costó ganarse su lugar en el primer equipo del Arsenal.
-Fui de préstamo en préstamo. Pasé por seis cesiones antes de llegar a consagrarme. Pasé por España y por la Championship. Experiencias muy buenas en la segunda inglesa, pero muy mala en el Getafe. Fue el punto más bajo de mi carrera.
-¿Pensó en dejarlo?
-No, pero sí dudé de si iba a poder lograr lo que quería.
-¿Y qué era lo que quería?
-Jugar en la selección argentina. Ese era mi sueño desde que empecé a atajar con seis años. Hay mucha gente que se apaga en el camino porque mentalmente se cansa y tira la toalla.
-¿Esa mentalidad la tuvo siempre o la ha trabajado?
-Siempre fui fuerte, pero se trabaja. Empecé con un psicólogo hace cuatro años. Me cambió mucho. Me prepara para cada partido.
-¿Puede poner un ejemplo?
-Son cosas muy personales. No sé si él quiere que saque a la luz su trabajo. Hablamos dos o tres veces por semana antes de un partido. Mi cabeza está más centrada que nunca, gane o pierda. Con lo que exige el fútbol a nivel mundial, creo que todo jugador necesita un psicólogo.
-¿A qué se refiere?
-Hoy en día, es muy fácil que te llegue un mensaje de alguien que te insulta o que te discrimina. En las redes sociales, te encuentras con gente te amenaza y que te pide que te retires del fútbol. Por eso, hay que tener la cabeza centrada y tener un objetivo.
-¿La Premier League es la competición más exigente?
-Es la mejor que hay. A todo futbolista profesional le gustaría jugar en Inglaterra. Y todos los que vienen de otras ligas te dicen lo difícil que es adaptarse.
-¿Por qué?
-Otro nivel de juego y otra estructura física. Competís cada tres días y todos los equipos te pueden ganar. Pero te pueden ganar en serio. En cuanto te relajas te meten cuatro goles.
-¿Duro para un arquero?
-Para mí está buenísimo. Mucho juego aéreo, mucho juego con los pies. Es mi juego. Estás todo en tiempo en contacto con la pelota, nunca te enfrías.
-¿Es lo mismo jugar contra el City que contra el Liverpool? ¿O prepara cada partido de una manera diferente?
-Siempre veo con el psicólogo lo fuertes que pueden ser los rivales y lo que puede suceder en el partido. Y hago la misma rutina para jugar contra el Crystal Palace, ante el City o frente al Warford.
-¿Antes de cada partido usted trabaja con el psicólogo, con el entrenador de arqueros y con el técnico?
-Sí, tengo tres preparaciones. La mental, la del juego individual y la de todo el equipo.
-Brasil no puede contar con nueve futbolistas por la decisión de la Premier League de no ceder jugadores para las eliminatorias sudamericanas. ¿Cómo se destrabó su situación?
-Las negociaciones las llevaron adelante la AFA con los diferentes clubes. No sé cómo fue cada cosa en particular. Yo le estoy agradecido al Aston Villa, que me permitió viajar.
-¿Hay alguna diferencia entre jugar contra Brasil en la final de la Copa América y hacerlo en las eliminatorias?
-Poca diferencia. Al final, siempre les querés ganar. Será lindo volver a jugar contra ellos, pero nosotros solo tenemos que pensar en seguir sumando para clasificarnos al Mundial lo antes posible.
-¿Argentina dejó de jugar para Messi y Messi pasó a jugar para Argentina?
-No estuve en otras etapas. Lo que yo he vivido con él es increíble, un compañero más y una locura de capitán. Extraordinario.
-Por ejemplo...
-Antes del partido daba una charla en la que explicaba las debilidades de los rivales y lo que nosotros teníamos que hacer. Después nos pedía cantar el himno todos juntos y abrazados. Detalles como esos que nos entusiasmaban cada vez más. Además, lo obvio: es un referente total en el juego. El mensaje, sin embargo, no era que había que darle la pelota al 10. Era que había que trabajar para el 10. Si teníamos que correr 12 kilómetros por partido, se corrían. Pero no había que pasarle la pelota y esperar a que él resuelva todo. En esta estructura, la idea era dejar la vida por él. Y eso lo entendieron todos los que jugaron.
-Funcionó con la conquista de la Copa América...
-De corazón se lo digo, yo estoy más contento por él que por mí.
-¿Cómo es eso?
-Soy argentino. ¿Qué argentino no quería que el mejor jugador de la historia levantara la Copa? Y todo el plantel entendió eso. Cuando estaba por levantar la Copa le gritábamos: “Es tu día”. Ahora, vamos a intentar ganar más cosas. Pero ya quedó en la historia el día que el 10 ganó en Maracaná. Eso es para toda la vida.
-¿Cómo vivió la salida del Messi del Barcelona?
-Nadie podía imaginarlo. Ahora, en estos días en la selección, yo le vi bien. Está metido en el PSG. El hecho de que juegue con Ángel [Di María] y Leandro [Paredes] es positivo para la selección argentina. Están todos los días entrenándose juntos.
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