Emotivo homenaje a Rojas, ídolo de Boca de los años sesenta

A más de treinta años de su último partido en la Primera División de Boca Juniors, Angel Clemente Rojas, o simplemente Rojitas, gran ídolo del club en los años sesenta y cuatro veces campeón, tuvo su partido de homenaje en la Bombonera.

El homenajeado, de 57 años, apenas pudo participar durante 18 minutos del encuentro, porque en ese momento, aquejado por un fuerte dolor en la boca del estómago y por un alza de presión, producto del deterioro físico pero más de la emoción que lo embargaba, tuvo que retirarse y ser atendido.

Afortunadamente se recuperó y, ya cerca del final del partido, regresó al campo, cuyo perímetro recorrió saludando a las aproximadamente tres mil personas que se dieron cita.

Explicó después Rojitas que "no tendría que haber jugado, lo hice por compromiso. Pido disculpas si defraudé a la gente, pero es difícil con 57 años".

Por supuesto, nadie se sintió defraudado, lo importante era que él se sintiera agasajado y el objetivo se cumplió debidamente. Confesó Rojitas que "estos son momentos que no me voy a olvidar nunca. Entrar a la cancha con mis hijos vestidos con la camiseta de Boca. Y según supe, al final hicieron goles. No pude seguir jugando porque no podía ni caminar pero fue, más que nada, por lo mucho que me emocioné".

Rojitas había vuelto a pisar el césped donde forjó su gloria, el de la Bombonera, pasadas las 15.30, acompañado por sus hijos Pablo y Martín y por sus nietos, mientras los jugadores que iban a participar del encuentro le hacían un corredor.

Luego de recorrer la cancha saludando al público, dio comienzo el juego, que se extendió por setenta minutos y en el cual un equipo denominado "Glorias de Boca" terminó venciendo por 6 a 5 a otro al que se llamó "Equipo de Estrellas".

La formación inicial de Boca, antes de que se perdiera la cuenta de los cambios, la compusieron Rubén Sánchez, Vicente Pernía, Roberto Rogel, Enrique Hrabina, Luis Lúquez, Marcelo Bachino, Norberto Madurga, Nicolás Novello, Oscar Pianetti, Rojitas y Hugo Perotti, dirigidos técnicamente por José María Silvero.

Por el rival se alinearon Esteban Pogany, Horacio Insaurralde, Juan Amador Sánchez, Juan Carlos Marenda, José Basualdo, José Luis Villarreal, Carlos Carrió, Ricardo Bochini, René Houseman, Juan Ramón Fleita y Claudio Sponton, con Roberto Perfumo como entrenador.

Del informal desarrollo cabe destacar que Norberto Madurga, a los 57 años, fue uno de los que pareció conservarse mejor y abrió el marcador con un derechazo desde fuera del área, como si siguiera viviendo su gloria de 1969.

Houseman, otro de los más muy bien recibidos, marcó poco después el empate transitorio tocando por encima de la cabeza de Sánchez.

Por su parte, Villarreal fue silbado e insultado cada vez que tomó contacto con la pelota.

Entre quienes ingresaron después en Boca se contaron Osvaldo Escudero, Aldo Villagra, Carlos Rodríguez, Juan Simón, Hugo Paulino Sánchez y Jorge "Potro" Domínguez.

Otros, como Silvio Marzolini, Antonio Ubaldo Rattin y Carmelo Simeone, se contentaron con mirar desde el costado. Por el otro bando entraron, entre otros, Juan Carlos Padra (el actual jugador de Huracán), Dante Sanabria y Héctor Sosa.

A los 19 minutos del segundo tiempo, cuando las Glorias de Boca perdían por 5 a 3, ingresaron los dos hijos de Rojitas y dieron vuelta el marcador: Pablo marcó a los 26 y a los 28 mientras que Martín, de penal, había establecido el transitorio empate a los 27.

Con tres décadas de retraso, Boca saldó una deuda con uno de los grandes de su historia, Angel Clemente Rojas. O mejor, Rojitas.

Fuente: DyN

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