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Emiliano Bergamaschi: “El scrum argentino es irregular por la falta de experiencia”
Luego de Inglaterra 2015, el scrum de los Pumas sufrió una sonante recaída no acorde con su estirpe de dominador mundial en el rubro. Las críticas inmediatamente recayeron en el entrenador principal, Daniel Hourcade, por haber priorizado un estilo que requiere primeras líneas ágiles antes que firmes en las formaciones fijas, y en Emiliano Bergamaschi, el entrenador de scrum de los seleccionados, por haber cambiado una técnica que caracterizó históricamente a los argentinos.
Pero Bergamaschi niega que el scrum haya perdido su preeminencia en los equipos nacionales y aduce causas más profundas. "Si algo intentamos respetar y transmitir siempre a los chicos es nuestra cultura de scrum en la Argentina", afirma. "La obtención es el primer principio del rugby. Es muy importante para nosotros, y por eso nos cuesta tanto la parte mental cuando no nos va como queremos", explica.
Surgido de Estudiantes, de Paraná, jugó también en Atlético del Rosario, Bristol, Saracens (ambos, de Inglaterra) y Rouen, club francés en el que tuvo como director técnico a Hourcade, y vistió una vez la camiseta de los Pumas, frente a Estados Unidos en el Panamericano de 2001. "El año pasado tuvimos altos y bajos, tanto en los Pumitas y Argentina XV como en los Pumas y Jaguares", admite. "Por ahí tenemos scrums buenos y por ahí tenemos scrums horribles. Podemos dominar a los mejores, como Nueva Zelanda, Irlanda e Inglaterra, y dos scrums más tarde terminar todos desarmados. Esa es la realidad, que va de la mano con la falta de experiencia de nuestros jugadores en este nivel de competencia", analiza.
–¿Cuánto tiempo de entrenamiento dedican al scrum?
–Tenemos que adaptarnos dentro de un equipo de trabajo. Son muchas las facetas del juego que hay que abarcar, y hay que agregarle el tema de la fatiga de los jugadores, que se incrementó mucho a partir del ingreso al Súper Rugby. Para el primer Rugby Championship que nos tocó [2014] podíamos hacer entrenamientos de 40 minutos, pero esos tiempos se redujeron en función de las cargas que nos marcan los preparadores físicos. Tenemos que respetarlos, porque, si no, los jugadores empiezan a romperse.
–Se cuestionó mucho la técnica de tomarse por debajo...
–El problema va mucho más allá de la técnica. En el rugby internacional está bastante estandarizado, va de la mano de las nuevas tecnologías. Dentro del sistema de los seleccionados empezamos a captar a los chicos a los 17 años pensando en futuros pumas. Además de que el jugador cumpla el rol específico que le demanda el puesto, miramos su estructura física para ver si va a poder ser internacional. Muchas veces los que pueden desempeñar medianamente bien su rol primario están muy lejos de la estructura o el potencial necesarios para ser internacionales.
–¿Cómo influyeron los cambios reglamentarios en la Argentina?
–Es un tema que viene de hace tiempo. En pos de la seguridad de los jugadores, en los últimos 15 años en las competencias locales de juveniles se dejó de disputar el scrum. En mi opinión, todos los entrenadores hicimos una mala interpretación: ante la frustración de que no nos permitían jugar el scrum como queríamos, dijimos "¿para qué voy a practicarlo?". En eso cometimos un error. Pensando en la seguridad de los jugadores, hay que trabajar más y desde más temprano todo lo postural. Eso va a hacer que haya una competencia leal y que se pueda disputar el scrum.
–¿Por qué eligieron jugadores jóvenes para un puesto que requiere experiencia, el de pilar?
–Del M-20 salen los jugadores que siguen nutriendo al sistema, con una preparación no adecuada para ese nivel. Muchos se formaron jugando en otra posición y no tuvieron competencia internacional en la que pudieran foguearse. Cuando asumimos apostamos por esos chicos porque entendíamos que tenían el potencial de ser pumas a largo plazo. Si agarráramos a un jugador de 24, 26 años que no tuviera el potencial físico y que nos llevaría más tiempo desarrollar, no estaríamos invirtiendo correctamente el tiempo. Obviamente hay que tapar agujeros. A partir de la creación de Argentina XV trajimos chicos que estaban fuera del sistema y empezamos a ver en qué nivel estaban realmente recién cuando comenzamos a subirlos de nivel de competencia.
–Así y todo, no salen primeras líneas de Argentina XV para los Pumas...
–Argentina XV es netamente de desarrollo, pero cuando a ese jugador se lo pone en Súper Rugby, se lo pone en una situación muy difícil, porque por ahí no está preparado para esa exigencia. En 2014, cuando asumimos en la primera ventana, llamamos a [Lucas] Noguera Paz, [Ramiro] Herrera, [Nahuel] Tetaz Chaparro. Está el caso de [Enrique] Pieretto también: fue a los Pumitas, no tuvo lugar en ningún seleccionado y después de dos años tuvimos que volver a llamarlo. Con eso uno se da cuenta lo que pasa con la curva de desarrollo del jugador: desde los 17 años hasta los 20 crece y crece, y cuando va a los clubes se estanca. Es entendible: son amateurs, tienen que estudiar, tienen que trabajar.
–¿Qué cosas están haciendo para revertir la situación?
–Con los "pladares" y los centros de rugby podemos detectar antes a los jugadores y darles pautas de alimentación y hábitos de entrenamiento. Este año, con Raúl Pérez como director deportivo, la idea es ir mucho más específicamente a la formación de primeras líneas y dedicar más tiempo a técnicas de scrum en los "pladares". Se agregó una competencia intercolegial para los M-18. De a poco se va haciendo cosas.
–¿Se puede imitar el modelo neozelandés, que tiene una línea que va de los All Blacks a los colegios?
–El año pasado tuve la suerte de hablar bastante con Mike Cron, que es el que se encarga de eso. Ellos hacen una serie de videos muy orientados a la seguridad del jugador, vinculados con la técnica y la postura, que mandan a las uniones y desde ahí llegan a clubes y colegios, los encargados de llevarlo adelante. Ellos bajan una forma de hacerlo, pero cada entrenador tiene su impronta y cada región tiene su cultura. El área de Rugby Seguro de la UAR está haciendo algo de eso.
–¿Cómo tomaste la llegada de Ledesma, que tuvo que ver en parte con mejorar el scrum?
–Para mí es buenísimo. Seguramente todos los conocimientos de Mario y la impronta que él le dé van a hacer que nuestros jugadores sigan mejorando.
–Ledesma introdujo cambios en la técnica del scrum. Cuando los jaguares jueguen como los Pumas, ¿van a formar como lo hacían antes?
–Estamos evaluándolo. Hay algunas cosas que vamos a cambiar y otras que no. Si antes lo hacíamos de una manera, lo hacíamos porque estábamos convencidos. Pero estamos expectantes de cómo está haciéndolo Jaguares y del feedback de los jugadores con los entrenadores.
–Ahora que pueden volver los "europeos" a los Pumas y que se habla de que muchos pueden ser primeras líneas, ¿vas a tener injerencia en la convocatoria?
–Todavía es una decisión que se está tratando, no me gustaría opinar sobre eso. Siempre seguimos a la mayoría de los jugadores que están afuera.
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