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El Sub 20, otra vez campeón del mundo
El fútbol argentino, nuevamente con un seleccionado que conduce José Pekerman, alcanzó la cima mundial: batió por 2 a 1 a Uruguay y se consagró en Malasia, como ya ocurrió en 1995 en Qatar. Además, por su comportamiento, sin una sola tarjeta roja en el certamen, el equipo fue distinguido con la Copa Fair Play que otorga la FIFA.
SHAH ALAM, Malasia.- Un nuevo ciclo a nivel juvenil murió y con él nació un nuevo campeón. La Argentina es, una vez más, el mejor equipo del mundo y el fútbol todo se rinde a sus pies. Sin el lujo y los aplausos que derrochó en el Sudamericano de Chile, pero con personalidad y oportunismo, la Argentina reaccionó a tiempo, dio vuelta el resultado y se quedó con el festejo final a costa de la tristeza ajena.
Uruguay fue un digno adversario. Y teniendo en cuenta que en el Sudamericano la Argentina había perdido y empatado con Uruguay, Pekerman decidió colgar los smoking y vistió a sus jugadores de overol. Dejó en el banco de suplentes a Markic y a Aimar y apostó al despliegue de Scaloni y Cubero para equiparar fuerzas en el mediocampo.
De arranque nomás, cuando la gélida mañana argentina se contrastaba con el caluroso atardecer malayo, el equipo de Pekerman estuvo a punto de hacer historia. Al minuto de juego, Munua desvió un exquisito tiro libre de Riquelme y a continuación Pellegrín salvó en nombre del todo el pueblo uruguayo un cabezazo de Placente sobre la línea.
Sin embargo, ese electrizante comienzo gaucho fue perdiendo cotización a medida que Cubero y Samuel quedaban desairados ante cada arranque de Zalayeta y Olivera. La negra pareja uruguaya -un verdadero acertijo sin resolución- teñía del mismo color la actuación de la defensa argentina.
Uno de los tantos ataques comandados por Zalayeta terminó en una infracción de Placente. Con un preciso remate y pese al esfuerzo de Franco, Pablo García convirtió el gol uruguayo más importante de los últimos años. Así, los 47 aciagos inviernos sin éxitos mundiales pasaban a formar parte del más dolido recuerdo. El pueblo uruguayo volvió a ocupar el lugar de privilegio que de buen modo se supo ganar.
Y cuando todo hacía suponer que la Argentina no tenía otra alternativa que morir en manos de Zalayeta y Olivera, el travesaño se apiadó del último campeón, mientras que Franco sostuvo de pie a su equipo al quedarse con el primer duelo que tuvo con Zalayeta.
Sin Aimar en la cancha, a la sinfonía que podía tocar Riquelme, le faltaba un concertista. Entonces la Argentina estaba expuesta a los pelotazos para llegar al área rival o a los remates de larga distancia del volante de Boca. Y en uno de ellos, Munua envió el balón al corner y una vez que la pelota se puso en juego Cambiasso convirtió la igualdad con un cabezazo.
La tranquilidad reinó en el banco argentino, que por ese entonces apaludía más cada intervención de Scaloni que los intentos aislados de Quintana y Romeo. Con un árbitro sumamente permisivo y poco respetuoso de las reglas del Fair Play, el partido se fue metiendo en un terreno de fricción. Y en una de las tantas faltas que cometió Cubero, Franco se tomó su desquite y le atajó un comprometido tiro libre a García. Sin el juego que acostumbra a mostrar el Sub 20, la Argentina se convirtió en campeón del mundo a cuatro minutos del final del primer tiempo. Scaloni desbordó por la derecha y, como en aquellos partidos de las inferiores de Newell´s, le dio el pase atrás a Quintana que definió cruzado. Y su pequeña figura se hizo gigante en un estadio colmado.
Sin lugar a dudas, el destino ya había elegido a la Argentina como campeón. Y como en ningún otro certamen, la suerte jugó de su lado. Tal como lo había previsto, Pekerman tenía todo a su disposición para que su equipo, con Aimar en el campo, se despida de Malasia con la mejor música. Pero no fue así. El volante de Río Cuarto poco aportó y mucho tuvo que ver el equipo, que, lejos de realizar una loable actuación, basó su poderío físico para superar a Uruguay.
La Argentina es campeón. A quién le preocupa que el árbitro no le haya sancionado un penal de García a Riquelme. Lo importante es que el seleccionado con personalidad y sacrificio cumplió el objetivo que se había propuesto. Para otro momento quedarán los lujos. Salud campeones.
Los equipos
El partido se jugó en el estadio Nacional Shah Alam, con la asistencia de 40.000 espectadores; dirigió Saad Kameel Manei, de Kuwait (regular), y los equipos formaron de la siguiente manera:
Argentina: Franco (8); Serrizuela (6), Cufré (7), Samuel (5) y Placente (8); Riquelme (capitán, 7), Cubero (5), Cambiasso (8) y Scaloni (6; 38 del ST, Rodríguez); Quintana (6; 9 del ST, Aimar) y Romeo (6; 31 del ST, Pérez). Suplentes: Muñoz, Markic, Diez y Romero. DT: José Pekerman.
Uruguay: Munúa (5); Díaz (5), Rivas (5), Meloño (6; 22 del ST, Cartagena) y Pellegrín (5; 33 del ST, Regueiro); Callejas (capitán, 5; 11 del ST, López), Perea (4), García (6) y Coelho (5); Olivera (7) y Zalayeta (6). Suplentes: Carín, Podestá, Lembo y Abreu. DT: Víctor Púa.
Primer tiempo: 14 minutos, García (U); 25, Cambiasso (A), y 41, Quintana (A).
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