Hay algo que conviene no olvidar cuando se habla del nuevo presidente de la UEFA : el hombre cruzó el desierto del Sahara cuatro veces en auto y en moto y es cinturón negro de karate. Con ese background, y observando su andar confiado y ágil entre la siempre inquietante fauna del fútbol mundial en un hotel de la congelada Moscú, da la impresión de que es difícil intimidar al esloveno Aleksander Ceferin , la gran novedad de la política deportiva en los últimos tiempos. Difícil, o incluso inconveniente. Porque además de piloto y karateca, es abogado. Un combo que permite entender por qué llegó de la nada -sí, de la nada, porque realmente nadie lo conocía- a la presidencia de una organización que factura tres veces más que la propia FIFA y cuenta con los clubes más poderosos del planeta y con cinco países campeones del mundo. Bien asentado ya en el poder, Ceferin, que se curtió como dueño del mayor estudio de abogados de su país, ofrece respuestas que combinan una impecable amabilidad con la velocidad y la fuerza propias del karateca que es. Un ejemplo: Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol desde hace dos años, dijo meses atrás durante una entrevista con LA NACION que está en condiciones de convertir la final de la Copa Libertadores en algo incluso “mejor que la Champions”. A Ceferin, que tiene una buena relación con el paraguayo, no le gustó el desafío: “Me parece bastante atrevido”.
Para atrevimiento, el suyo. El 14 de septiembre de 2016, el día que lo eligieron, la sorpresa fue enorme. Su caso no se podía comparar con el de Gianni Infantino, presidente de la FIFA, que llegó al cargo desde la secretaría general de la UEFA. Ceferin lo hizo desde la presidencia de la diminuta federación eslovena. Aprovechó la crisis global del fútbol y se llevó por delante a la vieja guardia. Con 15 meses en el cargo, el nuevo presidente demuestra durante una entrevista con LA NACION -una de las muy pocas que concedió a nivel mundial- que no se anda con chiquitas: uno de sus proyectos estrella es imponer un “impuesto al lujo” a los grandes clubes europeos, toda una amenaza para el futuro de clubes como el Paris St. Germain, conocido por su nivel de derroche. Ceferin tiene 50 años, pero parece de 40.
–¿Hay demasiado dinero en el fútbol europeo?
– No, no hay demasiado dinero. Y espero que haya más, porque nosotros lo distribuimos en forma justa. Las reglas de la economía son las que son... Si alguien está dispuesto a pagar la cifra que sea, la paga. Lo importante es la redistribución equitativa. Yo quiero tener mucho más dinero para desarrollar aún más al fútbol, pero algunos de los clubes grandes, de los clubes de la elite, van a tener que comenzar a entender que si desaparecen los jugadores de los países pequeños o de fuera de Europa no va a haber más fútbol. ¡Vea el fútbol inglés en algunos clubes! No tienen jugadores ingleses, apenas uno o dos.
– Cuando usted habla de estos temas, lo que surge de inmediato es el PSG y la enorme cantidad de dinero que fluye hacia ese club. ¿Qué puede decir de esto?
– ¡Todos me preguntan por esto! Hay una investigación abierta y es difícil para mí hablar del tema.
– Lo entiendo, ¿pero podría decir que no está del todo feliz con lo que ve en ese club?
– A ver: nosotros no abrimos una investigación todos los días. Lo hicimos y estamos viendo que hay. Creame: no hay equipos grandes o chicos en este tipo de investigaciones. No me importa quién sea, si hizo algo malo hay que sancionarlo. Esta investigación va a estar lista antes del inicio de la próxima temporada.
– Usted tiene un gran desafío con la Eurocopa 2020, que se jugará en 12 países. ¿Le gusta ese esquema?
– Para ser honesto, creo que es un desafío complicado. En el futuro no volveremos a hacerlo, pero fue decidido antes de que me eligieran. Tenemos 12 países, 12 legislaciones, cuatro o cinco monedas. El anfitrión no está clasificado, porque no podemos clasificar directamente a 12 países. ¡Imagínese una Copa Libertadores en Argentina sin equipos argentinos! Van a tener que volar de Bakú a Dublin, que es como de Dublin a Nueva York, pero mucho más complicado. Pero, bueno, vamos a tratar de ser optimistas.
– México, Estados Unidos y Canadá como sede del Mundial 2026, ¿le parece algo realizable?
– Sí, porque recibir a 48 equipos en un Mundial es algo que muy pocos pueden hacer, En Europa son Inglaterra, Alemania, España y ahora Francia gracias a la Eurocopa que albergó. Ni siquiera Italia tendría infraestructura suficiente hoy. Para 2026 tenemos también a Marruecos, que es un candidato muy serio para organizar el Mundial. Veremos qué decide el congreso de la FIFA.
– ¿Y qué opina de la candidatura de la Argentina, Uruguay y Paraguay?
– Es un lindo intento, pero tenemos que ver si se presenta Inglaterra. Si lo hace, yo como presidente de la UEFA la tengo que apoyar. China, por ejemplo, no se puede presentar, porque si fuiste sede, por los siguientes dos Mundiales no te puedes presentar, y Qatar va a ser sede en 2022
– ¿Le gusta ese Mundial en Qatar?
– Vamos a ver qué pasa... El timing es diferente, se va a jugar en noviembre y diciembre, va a ser todo un desafío. Creo que están listos para hacer las cosas bien, han invertido un montón de dinero.
– ¿Qué espera del Mundial de Rusia?
El país es enorme, el tráfico es terrible, pero creo que son buenos organizadores, vamos a esperar y ver. Cada Mundial es un desafío.
– Usted tiene una buena relación con Domínguez, ¿en qué están trabajando juntos?
– En muchos temas. La Conmebol quisiera jugar la Liga de Naciones, lo que es lógicos y natural. Estamos analizando hacer algo en conjunto. La Liga de Naciones es fantástica, porque todos van a poder jugarla. Venimos conversando con Alejandro y Gianni para crear algo para todos. Es una linda idea, pero todavía está en fase preliminar. La idea sería jugar algo así una vez cada dos años.
– La Liga de Naciones significa el final de los amistosos internacionales entre países de Europa y de Sudamérica, toda una tradición.
– Los amistosos ya no tienen el mismo significado, peso y valor de antes. Debíamos hacer algo. Habrá amistosos, pero menos. Lo que queremos es crear una competencia entre países europeos y sudamericanos. La Liga de Naciones no canibaliza la Eurocopa, la fortalece, porque es la clasificación para la Eurocopa. Va a haber fechas libres en las que jugaremos con los sudamericanos.
– Domínguez quiere una final entre el ganador de la Eurocopa y el de la Copa América. ¿Apoya esa idea?
– Sí, es una idea interesante, me gusta, Lo hemos discutido con Alejandro, también la idea de jugar una final entre el ganador de la Champions League y la Champions League de ustedes, la Libertadores. Me gusta, pero el problema es el calendario, siempre el calendario. Acordamos con Infantino que nos vamos a sentar a debatir el calendario, hay que modernizarlo. Porque, además, hay algo clave: el fútbol europeo ya no es europeo. Hay que superar la concepción tradicional. Messi no es Europa, Neymar no es Europa: son globales.
– Y a la vez, Messi es argentino, pero también europeo.
– Absolutamente. Y probablemente genera más dinero para nosotros que cualquier otro jugador. Es el mejor del mundo, un genio. Los niños eslovenos no visten la camiseta de jugadores eslovenos, sino de Messi o Cristiano. Y eso sucede en todos lados. El fútbol es global, pero el centro del fútbol sigue siendo Europa. En China tienen mucho dinero, pero sólo Tevez fue ahí.
– Y no con mucho éxito...
-Sí, sí, ya vi su foto (risas).
–El Mundial de Clubes no funciona del todo bien, ¿qué opina del proyecto de un Mundial de 24 clubes con cinco sudamericanos?
– Es un tema más para la FIFA, pero hay conversaciones en ese sentido, aunque no exactamente con ese reparto...
– Hay una tendencia a que las selecciones sean cada vez menos importantes y los clubes más y más.
– Estoy de cuerdo en que los clubes son cada vez más poderosos. La final de la Liga de Campeones es el mayor evento deportivo que se celebre en un sólo día. Así y todo, hablo con gente y sienten lo mismo: no es lo mismo cuando juega tu club que cuando lo hace tu selección y escuchás el himno nacional. Y hay gigantes dormidos desde el punto de vista económico como India o Indonesia. India tiene más de mil millones de habitantes. En fútbol estamos atrasados en el aspecto digital. La NBA, la NFL... Ambas son muy fuertes digitalmente. El fútbol, no. Algunas de las selecciones sudamericanas, europeas y asiáticas no clasificarán jamás para el Mundial. Nunca jamás. ¿Por qué no crear una competencia en la que se midan entre ellos?
– El Mundial de Clubes está mostrando distancias enormes entre los equipos europeos y los sudamericanos, tanto San Lorenzo como River Plate lo sufrieron recientemente. Los hinchas de Boca aún recuerdan que derrotaron al Real Madrid, pero pasaron ya demasiados años. ¿Usted advierte el problema?
– Sí, claro que sí. Es un problema, no tanto nuestro, porque lo que nosotros buscamos es crear un equilibrio interno en Europa, no entre Europa y el resto. Suena egoísta, pero es así. La FIFA es responsable del mundo entero, pero para la FIFA es imposible hacer algo. Europa es desde siempre el area económicamente más fuerte, esto es así. Pero estoy de acuerdo con usted. Recuerdo también cuando Ajax o Estrella Roja de Belgrado eran campeones de la Champions.
– O el Porto.
– Exacto. Ahora ganan los grandes siempre. Un club en Eslovenia, por clasificarse a la Champions, recibe 15 millones, si lo sumamos a los cinco que ya tenían presupuestado, son 20. Y eso, internamente, hace que ese equipo gane este año y el siguiente y el siguiente... Porque se van a comprar a todos los mejores jugadores.
– Es decir que usted tiene en Eslovenia sus propios Real Madrid o Bayern Munich.
– ¡Claro! No es sólo Francia, España, Almania... Es en todos lados. Y 20 millones de euros para los clubes en Eslovenia son como 200 para los clubes en otros países.
– Este tema podría definir su presidencia, ¿no? Es quizás lo más importante que tiene para encarar.
– Es una de las cosas más importantes que tengo entre manos, por supuesto. Y vea el tema de los agentes, otro asunto muy grande. Los agentes ganan muchísimo, es una locura. (Joseph) Blatter desreguló eso y ahora cualquiera puede ser un agente. No se sabe qué puede pasar, si ahí hay lavado de dinero o qué. No estoy acusando a nadie, pero son cosas que creo que debemos controlar.
– ¿Qué le puede enseñar la Champions a la Libertadores?
– Muchas competencias deberían aprender de la Champions. Es difícil decir que podría tomar concretamente la Libertadores, pero el problema en Sudamérica es que los equipos no pueden retener a los mejores jugadores. Y no podés ser una Champions League si tus mejores jugadores se te van a Europa. Esta globalidad del fútbol debería ser más fuerte aún. Tenemos que dejar los egos de lado y dejar de pensar en qué competencia es más importante, quién es más importante... Tenemos que generar fluidez entre los torneos, que nosotros invitemos a algunos equipos, que ustedes inviten a otros. Tenemos que conectarnos. Creo que la Champions es una competencia que no puede replicarse en otros lado, porque tenemos una tradición única.
– La Libertadores y la Champions son muy diferentes. Mientras el Real Madrid ganó tres de las cuatro últimas ediciones, en las últimas diez finales de la Libertadores jugaron 20 equipos diferentes
– ¿En serio? Yo creo que eso es bueno.
– ¿No es exagerado?
– No lo creo. En todo caso, eso vuelve a demostrar que la calidad de jugadores se concentra en Europa, en una docena de clubes.
– Domínguez dice que va a crear una nueva Libertadores que, en la final, superará incluso a la Champions, porque en Sudamérica hay un nivel de pasión que es imposible encontrar en Europa.
– No estoy de acuerdo con que en Sudamérica haya más pasión que en Europa. Muy lejos de eso. Quizás Alejandro no conozca lo que es el fútbol europeo... Me parece bastante atrevido decir que va a crear una competencia mejor. A ver... Lo estoy esperando.
– Bueno, ahí tiene una buena competencia
(ríe)- Sí, es cierto. A ver... Quizás ustedes manifiestan la pasión de un modo diferente, pero el nivel de pasión en Europa es increíble. Por eso es que el deporte estadounidense puede vender tickets por 2.000 dólares para las finales, nosotros no. Si dijéramos que para la final de la Champions, los tickets de primera clase en vez de 400 euros pasan a costar 5.000, los venderíamos todos, pero tendríamos violencia en las calles. Porque Europa siente pasión por el fútbol, el fútbol es nuestro. Creo que la pasión en Europa y en Sudamérica son similares. En Estados Unidos es un tanto diferente, está más orientada al negocio. Si podés pagarlo, lo comprás. Y ya está.
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