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Juegos Panamericanos en el balance: impactos aislados y una estrategia deportiva poco clara
En Santiago 2023, la Argentina bajó del 5º puesto al 7º en el medallero respecto de Lima 2019 y redujo su cosecha de oros de 33 a 17
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SANTIAGO, CHILE.– De las 33 medallas doradas en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 a estas 17 del mismo color en Santiago 2023. De aquel rutilante 5° puesto en la capital peruana, con 101 preseas, a este retroceso al 7° puesto definitivo, con 75 metales totales. Un lugar asegurado en el medallero general a partir del envión experimentado el sábado pasado, cuando se consiguieron nueve oros, cuatro de ellos provenientes de los deportes de equipo. Hasta allí y durante toda la competencia, la Argentina venía figurando por debajo de Chile, pero pudo terminar en una colocación que es el promedio desde Santo Domingo 2003. Claro, tampoco es un argumento tranquilizador.
El análisis más simple es que hubo una marcha atrás con respecto al boom dorado en la capital de Perú, hace cuatro años. Sin embargo, la lectura está llena de asteriscos. Primero debe evaluarse el contexto: los Panamericanos se están transformando cada vez más en un festival del país organizador, porque el programa de deportes cambia continuamente y a gusto del anfitrión. Al compás de las citas se han agregado muchísimos deportes, esta vez el doble de los 20 originales que hubo en Buenos Aires 1951. Algunas disciplinas le aportan algún beneficio al local, desde el marketing y los sponsors. Y entonces, saca ventaja el que se acomoda más rápido a las novedades del calendario. En este punto, la Argentina falló.
En la merma de medallas, la delegación nacional exhibió debilidad en los deportes básicos (atletismo, natación y gimnasia) y sobre todo en varios deportes individuales, principalmente en el boxeo. Es cierto que hubo formidables excepciones, como el oro de Belén Casetta en los 3000 metros con obstáculos; la plata en maratón (Florencia Borelli), y el bronce en la posta 4x100 masculina, con récord nacional. Además de la vigencia de Germán Chiaraviglio en salto con garrocha (plata), hay que apuntar la medalla de plata del joven nadador de 17 años Lucas Saravia en 100m espalda y el bronce de la ascendente Macarena Ceballos en 100m pecho. Y el gimnasta Daniel Villafañe cumplió con creces en anillas.
Más allá de dos muy buenos impactos como el de la esgrimista Isabel Di Tella (oro en espada) y de la judoca de 22 años Brisa Candelaria Gómez (-57 kg), el panorama fue en general deficiente en los deportes individuales y comprometió el balance final del medallero, porque ellos configuran el 90% de las medallas. En este ítem no encaja del todo el tenis, un deporte completamente profesional que tuvo un muy buen paso por Santiago. Y mientras que en el agua hubo buenas noticias con el yachting, el esquí acuático (un mundo aparte) y el canotaje (dos oros de Agustín Vernice en K1 1000 y K4 500), el remo cedió demasiado terreno tras haber aportado cuatro oros en Lima, en buena medida por el recambio y tembladerales en la conducción en los últimos años.
Después, la mayoría de los deportes de equipo hicieron lo suyo, ya que la Argentina siempre fue competitiva, por lo menos a nivel panamericano. Incluso, sorprendieron los Yacarés del waterpolo y las Gigantes del básquetbol, con dos bronces históricos. Pero el fútbol dejó un agujero: ausente en los varones y cuartos con las mujeres, no dio mayores muestra de interés de participar en este certamen.
Queda la sensación de un estancamiento de una política sostenida y sostenible en el tiempo. Las decisiones políticas son las que más están pesando, mientras que en otros países, el político solamente aparece para definir cuál será la inversión del Estado, ya sea en infraestructura, en deporte social o en el alto rendimiento. Después de esa decisión, allí prosiguen los expertos, que adquieren relevancia al diagramar la estrategia de cómo se va a utilizar esa inversión.
En la Argentina no hay una política deportiva en continuado ni tampoco un gerente técnico deportivo titular que diseñe el programa madre. Una presunción de acefalía. El lineamiento y el diseño general no están claros, ya no proyectándose a París 2024, sino a Los Angeles 2028 y Brisbane 2032, con la detección de talentos. Preguntas básicas como adónde apuntar en el deporte, cuáles son los elementos disponibles y quién lo va a instrumentar.
Tampoco se puede depender del nivel que presenten potencias regionales y quedar sujetos a los rendimientos de Estados Unidos, Canadá, Brasil y México, por citar a los principales. La estructura del Enard para el alto rendimiento es extraña, con diez coordinadores técnicos deportivos que se reparten siete deportes cada uno, en muchos casos muy disímiles entre sí. Más allá de honestidad y buenas voluntades, no siempre pueden acertar con el diagnóstico de sus disciplinas a cargo.
Inés Arrondo, Secretaria de Deportes, calificó como “positiva” la actuación de la Argentina en Santiago 2023 y enfatizó ante LA NACION el incremento del presupuesto que ordenó el Ente Nacional de Alto Rendimiento: “Particularmente el Enard tuvo por decisión política de este gobierno un incremento del 100%, pasando de 5250 millones de pesos a más de $ 10 mil millones, unos 20 millones de dólares en total, que permitieron abarcar y mejorar el esquema de alto rendimiento nacional tras el profundo desfinanciamiento que dejó el gobierno anterior”.
Mario Moccia, titular de Comité Olímpico Argentino, dijo sentirse “satisfecho” y explicó: “Suponíamos que podíamos llegar a estar un par de puestos por debajo de Lima en el medallero porque tenemos mucho recambio, con atletas jóvenes. Estuvimos dentro de lo previsto y es normal que el local aparezca potenciado. Hay que trabajar mucho en algunos deportes rumbo a los Juegos de Barranquilla 2027, porque si están los mejores canadienses, norteamericanos, brasileños y mexicanos, como ocurrió en Santiago, conseguir medallas es mucho más difícil. En muchas disciplinas éramos candidatos al oro y nos quedamos con plateadas y muy cerca. Y los deportes colectivos han cumplido largamente las expectativas”.
Los clasificados a París 2024
El valor de la cosecha de las medallas cobra tanta importancia como las clasificaciones olímpicas, que fueron varias en Santiago 2023. La primera en obtener el pasaje fue la tiradora Fernanda Russo, segunda en la prueba de Rifle de aire 10 metros, con el beneficio de que la campeona, la estadounidense Saggen Maddalena, ya tenía su lugar en París. Federico Gil, el mismo que se encargó de construir el polígono Pudahuel en Santiago con su empresa, también aterrizará en Francia gracias a su medalla plateada en la prueba de skeet.
El pentatlonista Franco Serrano finalizó 5° y se apoderó de uno de los dos cupos para América del Sur, mientras que el tenis aprovechó su jerarquía para obtener otros dos tickets: la finalista Lourdes Carlé conservará el derecho de estar en la cita olímpica si después de Roland Garros se mantiene entre las 400 primeras del ranking –ahora figura 146°- mientras que Facundo Díaz Acosta la tiene más complicada, más allá de que fue el campeón panamericano: la prioridad la tienen los cuatro tenistas mejor ubicados en el ranking. Aunque lógicamente, el jugador de La Lucila tiene bastante margen de crecimiento para aspirar a alguno de esos lugares.
Antes de Santiago 2023, el yachting ya tenía asegurado el acceso olímpico del Nacra 17 integrado por Mateo Majdalani y Eugenia Bosco, después de haber logrado el cupo en el Mundial de La Haya, pero igual marcaron su supremacía en las aguas de Algarrobo Norte. Y Lucía Falasca ya se había apoderado de un lugar en los Juegos en ILCA 6. La vela, finalmente, se aseguró otros tres boletos: Catalina Turienzo, segunda en kite, además de Francisco Saubidet Birkner y Chiara Ferretti, cuartos en windsurf.
La equitación le dio derecho a un clásico exponente como José María Larocca, mientras que el sábado llegó la puerta de entrada a París para las Leonas, quíntuples medallistas olímpicas, los Leones, campeones en Río 2016, y los Gladiadores, que derrotaron a Brasil en la final y tienen el enorme mérito de haber accedido por cuarta vez consecutiva a los Juegos. El rugby seven ya contaba con un lugar asegurado por la plaza directa obtenida en la Serie Mundial, mientras que el básquetbol ya había quedado fuera de todo.
Cabe recordar que la nadadora Macarena Ceballos ya vino a los Panamericanos con la marca A en los 100m pecho en el Mundial de Fukuoka, mientras que el palista Agustín Vernice –dos oros panamericanos- también se había garantizado un pasaje después de concluir noveno en la final del k1-1000 en el Mundial de canotaje. Además, el ciclismo tendría cuenta con un espacio para París, que debe oficializarse.
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