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El amo y señor del green
Tiger Woods lo hizo otra vez. Se impuso en el Bridgestone Invitational, en Ohio, y agiganta su dominio en el PGA Tour. Ya son 70 los títulos que atesora en el circuito, aunque su objetivo es conquistar más Majors. Tiene 14 y pretende quebrar la marca de Jack Nicklaus (18).
-¿Por qué triunfó Tiger el domingo?
-Nadie como él posee un control tan extraordinario con el juego corto y el putter. Allí termina marcando la diferencia. En el golf de hoy, el green es todo. Y Woods es amo y señor de ese sector del campo.
-En el par 5 del hoyo 16 de la última vuelta pasó de todo entre el campeón y Padraig Harrington?
-Precisamente ahí se definió el torneo y quedó fijada la distancia que les saca el N° 1 al resto de los jugadores. La foto del campeonato fue ese tercer tiro de Tiger que quedó a 10 centímetros del hoyo para birdie. En cambio, el irlandés cometió ese desastroso tiro de recuperación desde una loma del green que aterrizó en la laguna y que condujo al triple bogey. Si queríamos una síntesis, allí la tuvimos: el hombre que todo lo puede (Woods) y la víctima, en este caso Harrington, que no pudo soportar la presión.
-Tratándose de un campeón de Majors, es difícil de entender ese error de Harrington en el 16.
-Diría que es incomprensible, inadmisible. Pero el deporte también es capaz de presentar estas situaciones insólitas. El irlandés no venía jugando bien la última vuelta, aunque estaba controlado. Es evidente que se vio sumamente comprometido cuando observó que Tiger contaba con una chance inmejorable para birdie, entonces se desequilibró.
-¿Qué pasa por la cabeza de un jugador, en este caso Tiger, cuando ve que su rival se derrumba enfrente suyo? ¿Cómo disimula esa certeza de que va a ganar el torneo?
-Hay un pensamiento interno muy recurrente: creés que tu oponente de turno es un león, y de repente lo ves que se convierte en un gatito. En el golf, el que afloja pierde. Cuando el que tenés al lado se cae, irremediablemente cambia toda la percepción de lo que te rodea.
-Angel Cabrera redondeó un gran torneo; finalizó 4°. ¿Qué opina de su actuación?
-Muchos tropezaron en los últimos cuatro hoyos de la vuelta final, pero él se mantuvo sólido hasta el 18. El Pato pudo haber ganado, si bien es cierto que arrancó la última jornada un poco lejos de la cima. Igualmente, en este punto volvemos al concepto anterior: Cabrera no mete en el green lo que sí mete Tiger. Si no, el cordobés sería el mejor de todos por lejos.
-¿Es así?
-Sí, porque para mí posee mejor juego desde el tee de salida y hasta las 200 yardas que el propio Woods, que a veces falla en el primer tiro con sus swings erráticos. Después de esa distancia aparecen las diferencias: Cabrera se mantiene siempre en la línea de la bandera, aunque no la deja pegada, sino un poco corta o larga. En cambio, el N° 1 tira desde los extremos del fairway, arrima mucho más y después resuelve los putts sin mayores problemas.
-El último torneo del Pato había sido el Abierto Británico, en Turnberry, un diseño de campo completamente distinto respecto del de Firestone Country Club. ¿Es difícil adaptarse al cambio?
-Sucede que esta cancha donde se disputó el Bridgestone Invitational está creada con un concepto antiguo, sin mayores peligros en los alrededores de los hoyos. Yo la jugué muchas veces y si pegás bien el drive, el panorama se te facilita mucho. Esto fue lo que, afortunadamente, atravesó Cabrera, sobre todo el último día. Ahora, a esperar lo mejor de él en el PGA Championship.
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