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El altar no puede esperar
Diego Moyano jugará hoy la semifinal de la Copa Ericsson; por la noche, se casa en Venado Tuerto; un día que el santafecino no olvidará
En estos momentos, Diego Moyano debe de estar pensando en cómo conjugar los dos momentos más importantes de su vida. Uno tiene que ver con la parte profesional, porque merced a su excelente participación en la Copa Ericsson de tenis, ya logró el pase a la semifinal. Y a esto se agrega una vivencia muy especial: su casamiento.
Estos acontecimientos no serían más que una anécdota. Pero lo realmente destacable es que ambos hechos ocurrirán hoy, y en lugares muy distantes. Luego de jugar su encuentro ante el alemán Oliver Gross, a las 11, en el court central del Tenis Club Argentino, Moyano viajará hacia Venado Tuerto, su ciudad natal, donde contraerá enlace en la catedral, con Patricia Vicente, a las 22.
"La verdad es que todavía no sé bien qué es lo que voy a hacer. Se dieron un montón de coincidencias, ya que la fecha de casamiento la habíamos fijado hace mucho. Cuando termine el partido, veremos", expresó Moyano, sin reflejar preocupación alguna.
El porqué de su serenidad tiene explicación: "Siempre me manejé de la misma manera, tanto en mi carrera como en mi vida. Soy un tipo muy tranquilo, y me gusta hacer las cosas paso por paso. Lo que sucedió esta semana no cambia nada. Pienso cumplir los dos compromisos porque entiendo que el orden es algo primordial".
Apenas terminó el match entre Moyano y Garizzio, Patricia ingresó rápidamente en la cancha para saludar a su esposo (ya están unidos por civil). "Estoy muy feliz por la victoria de Diego. Todo esto es muy importante para nosotros", señaló mientras abrazaba a su cónyuge. En medio del festejo, Moyano dijo: "Tengo la suerte de que mi mujer me banca todo. Hace cuatro años que vivimos juntos; nos entendemos muy bien y tiramos para el mismo lado".
Un regreso con todo
Semanas atrás, Diego Moyano era casi un desconocido. Después de mucho tiempo en Europa, donde jugó cinco temporadas en los torneos interclubes de Francia, volvió a la Argentina dispuesto a una nueva aventura: meterse dentro del circuito de la ATP. Comenzó bien, porque en poco tiempo se adjudicó el torneo Satélite II. Y en mérito a su éxito, recibió una invitación especial para ingresar en la Copa Ericsson, en la que está cumpliendo una actuación más que meritoria.
Mucho tiene que ver en esto la tarea de su entrenador, Francisco Yunis, con el que Moyano se mostró muy agradecido: "Más que coach, es un amigo. Me conoce desde mi niñez y he aprendido mucho a su lado. Cada partido lo encaro del modo en el que Francisco me lo señala, porque tengo plena confianza en lo que él planifica".
En la misma jornada, Moyano está a un paso de la final... y del altar. El santafecino que sorprendió a todos en la Copa Ericsson cumplirá hoy con dos compromisos. Pero el más importante, desde luego, es el que tendrá, con Patricia, ante la fe. Quizá mañana, en Venado Tuerto, se vivan festejos por partida doble.
Tres argentinos en las semifinales
Tres argentinos (Franco Squillari, Martín Rodríguez y Diego Moyano), y un alemán (Oliver Gross) ya están en las semifinales de la Copa Ericsson, con buenas posibilidades de adjudicarse este certamen que otorga 100.000 dólares en premios y puntos para el ATP Tour.
En el primer cotejo, ante unas 500 personas, Squillari (3°), derrotó a Marcelo Charpentier por 2-6, 6-1 y 6-4, en 1h48m. Otra vez, como ante Costa, a Squillari se lo vio inseguro. En el duelo de zurdos, comenzó mejor el Chapulín, con su nuevo look capilar azul Francia, quien ganó el primer parcial con facilidad. Algo similar, pero a la inversa, se vio en el segundo set. Charpentier erró mucho y cedió el juego en pocos minutos. En el todo o nada del tercero, el tenista ya retirado igualó el score tras ir 4-1 abajo. Sin embargo, Squillari mantuvo su servicio y quebró el de su adversario para llegar a la semifinal.
En esa instancia se medirá con Martín Rodríguez, que superó por 6-3, 3-6 y 6-2 al chileno Gabriel Silberstein. La potencia y la precisión del servicio del argentino fueron demasiado para un errático Silberstein. Sin demasiadas procupaciones, Rodríguez se quedó con el primer set.
Las cosas cambiaron en el segundo. El chileno tuvo más regularidad, sus contraataques funcionaron a la perfección, y le encontró la vuelta al saque plano de Rodríguez.
Pero, además del saque, el argentino tiene dos virtudes interesantes: las variantes de juego y la capacidad de elegir el momento exacto para utilizarlas. El tercer set fue un calco del primero. Con un juego más agresivo, Rodríguez fue en busca del triunfo. Arrinconó a Silberstein en el fondo de la cancha y lo obligó a equivocarse.
Squillari y Rodríguez repetirán hoy la final del Nacional de 1996, ganada por el primero.
En la otra semifinal se encontrarán Gross y Moyano. El alemán, 2° favorito, no tuvo problemas para eliminar al santafecino Francisco Cabello por 6-2 y 6-2, en 1h5m. Con un buen drive, a Gross le bastó para meterse entre los cuatro mejores del torneo.
El sorprendente Moyano, en tanto, batió a Agustín Garizzio por 6-4 y 6-2, en una hora y media. El buen estado físico del venadense y su táctica de alargar cada punto al máximo, fueron determinantes para seguir en carrera.
El dobles, mañana, tendrá una final nacional: Lobo-Albano v. Del Río-Orsanic.
La Copa Ericsson ya ingresó en su etapa decisiva. Y con perspectivas de disfrutar un final atrayente. El tenis argentino lo necesita.
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