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Diego Schwartzman es el llanero solitario de la excursión argentina en el US Open. En su galope, este sábado dejó en el camino al norteamericano Tennys Sandgren con suma facilidad (6-4, 6-1 y 6-3) y accedió a los octavos de final, tras un encuentro que resolvió en 1 hora y 55 minutos.
El Peque (20° preclasificado) viene cumpliendo objetivos uno a uno: en el debut se deshizo rápidamente del bielorruso Egor Gerasimov; en la segunda rueda se quitó el estigma ante el holandés Robin Haase, quien lo había superado en los cinco enfrentamientos previos, y ahora sacó de quicio a Sandgren (72° del ranking), que jugó siempre incómodo y se trabó con el umpire entre discusiones y comentarios irónicos. Lo mejor de todo: no perdió un solo set en lo que va del certamen.
Después del saludo -y con un tono amistoso-, el norteamericano le señaló la faja a Schwartzman, aludiendo a varias pelotas del argentino que tocaron la red y pasaron del otro lado con fortuna
Ahora, la vara de exigencia aumentará sensiblemente para el jugador formado en el Náutico Hacoaj: se medirá con Alexander Zverev, el preclasificado N° 6 del certamen, con quien está igualado 1-1 en duelos entre sí: el alemán le ganó el año pasado en el Masters 1000 de París, mientras que el Peque acredita una lejana victoria en Kitzbühel en 2014.
"Tenía un cuadro duro en este US Open, pero luego supe que tenía que aprovechar por la eliminación de Khachanov en la primera rueda y llegar a la segunda semana", comentó Schwartzman, que está muy conforme con su rendimiento: "Vengo creciendo mucho mi nivel y siento que ante Sandgren hice todo bien".
Respecto de Zverev, su próximo rival, comentó con sana ironía: "Le encanta jugar a cinco sets y me tengo que preparar. Es un top ten desde hace tres años y tengo una excelente relación, creo que si juego bien me tengo fe". Y en cuanto a sus virtudes y defectos a lo largo de este US Open, evaluó: "La parte positiva es la devolución, estoy incomodando a mis rivales y sacando muchos puntos. En cuanto a la faceta por mejorar elegiría meter más primeros saques, pero estoy evolucionando".
Frente a Sandgren, Schwartzman capitalizó 5 oportunidades de 10 breakpoints mientras que no sufrió quiebres. Si bien tuvieron una cantidad similar de tiros ganadores (29 contra 23), el norteamericano se frustró con 35 errores no forzados ante 24 del argentino.
Naomi Osaka acababa de ganarle a Coco Gauff. La japonesa le pasó por encima a la estadounidense en la cancha (fue 6-3 y 6-0), pero apenas terminado el juego le pidió a Mary Jo Fernández, la extenista a cargo de entrevistar a la ganadora, compartir el momento con su rival, de 15 años, la atracción del tenis femenino mundial, que necesita de medidas excepcionales por parte de los organizadores para poder ser aceptada en los grandes torneos.
Gauff lloró tras el partido y Osaka -defensora del título- la consoló compartiendo el momento de los aplausos, que devinieron ovaciones en el Arthur Ashe. Así, las lágrimas también le brotaron a la ganadora. El análisis del encuentro quedó en un lejano segundo plano.
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