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Diego Maradona: cómo lo recuerdan quienes lo acompañaron en las distintas etapas de su carrera y su hermano Lalo
Fernando Signorini, el “Negro” Héctor Enrique, Raúl Maradona y Abelardo Carabelli, cuatro personas que lo conocieron bien de cerca, cuentan anécdotas del 10 y lo que sintieron cuando falleció
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La extensa carrera futbolística de Diego Maradona atravesó diversas etapas, desde sus inicios en el equipo Cebollitas, previo a debutar en la primera de Argentinos Juniors, hasta sus últimas apariciones como director técnico. Pese a la soledad que caracterizó sus últimos años, en el resto de la carrera estuvo acompañado de muchos amigos que lo apoyaron en sus triunfos y derrotas.
Entre ellos se encuentran Fernando Signorini, su preparador físico de toda la vida; el “Negro” Héctor Enrique, su compañero en la selección y en sus primeros años como entrenador; su hermano Raúl “Lalo” Maradona, y Abelardo Carabelli, uno de los primeros futbolistas que jugó con el excampeón del mundo en La Paternal. Los cuatro fueron contactados por LA NACION y lo recuerdan con mucha tristeza, pese a haberlo visto poco en sus últimos años de vida, y cuentan lo que sintieron con su fallecimiento, al cumplirse un año.
El “profe” Signorini
En la mañana del 25 de noviembre de 2020, Fernando Signorini había terminado de hacer su footing matutino en un parque de Belgrano, cuando llegó a su casa y recibió el llamado de un amigo que había sido muy cercano a Diego Maradona de su época en Barcelona. Con una voz grave y muy sentida, le comunicó que el excapitán de la selección argentina había fallecido. “Apagué el teléfono, fui a ver el televisor y en ese momento había un zócalo que decía que un grupo de terapeutas lo intentaba recuperar de un paro cardíaco. Al minuto, apareció otro zócalo rojo con letras blancas que decía que se confirmaba el deceso de Diego -cuenta quien fue el preparador físico de Maradona durante casi 20 años-. Inmediatamente, le hice mi propio homenaje: estuve 10 días sin responder el teléfono, como un símbolo de lo que él representaba. Cuando lo volví a abrir, había 1632 llamadas y mensajes de todos lados del mundo, hasta de un amigo de Finlandia, Juha Tamminen, que había estado como fotorreportero cuando estábamos en Nápoli”.
Signorini hacía tiempo que no hablaba con Maradona, pese a haberlo acompañado muy de cerca durante la época de jugador en Barcelona y Nápoli y cuando fue entrenador de la selección argentina, en 2010. Este alejamiento, sin embargo, no hizo menos duro el primer año sin el excampeón del mundo.
“La última vez que había estado con él fue en el velatorio de su papá, de Don Diego, en 2015. Ahí le di el último abrazo. Cada tanto hablábamos algo por teléfono, pero no mucho. A veces recuerdo con una sonrisa cuando me dijo ‘hace cuánto no me llamas’. Le dije que no correspondía ningún llamado suyo. Yo le decía ‘¿quién te creés que sos, Maradona?’ Siempre tuve una relación de mucho afecto con él, pero también muy directa, como si fuera lo que era: un queridísimo amigo, el que mejor jugaba al fútbol de todos mis amigos”, contó.
El “Negro” Enrique
El “Negro” Héctor Enrique, el jugador que le dio el pase a Maradona antes de hacer el famoso gol a los ingleses en el Mundial 86′, recuerda con “mucho dolor, tristeza y bronca” el momento en que se enteró de la noticia del fallecimiento. “El Diego era muy joven, tenía mucho para dar, para seguir viviendo cerca de sus hijos y de sus nietos. Lamentablemente, por descuido o no sé por qué perdemos a Diego, un genio del fútbol y una excelente persona. Me entristece muchísimo, todavía no lo puedo creer”, dice.
A partir de ese momento, materializó una idea que tenía pensada hace tiempo: bautizó el quincho de su casa como Diego Armando Maradona. En la entrada, cuelga un cartel que pintó José Luis Lodico, también exfutbolista de Lanús, con los colores celeste y blanco. “Las personas que vienen al quincho no saben si en la casa vive Maradona o yo, porque hay más fotos de él que mías. Tengo colgada una sola remera de entrenamiento de la selección argentina de 2010 firmada por los jugadores y dedicada por Diego a mi hija Belén por el cumpleaños”, cuenta.
Además de haber jugado con Maradona, Enrique lo acompañó en su experiencia como entrenador en la Selección y cuando dirigió a los equipos árabes Al Wasl, en Dubai, y Al Fujairah, en Emiratos Árabes. “Con Diego podías estar en cualquier lugar del mundo, era el hombre más noble y simple que había. Si te tenía que decir algo, te lo decía sin soberbia y con mucho respeto”, describe.
La última vez que habló de manera tendida con Maradona fue un día en el que el Dorados de México había ganado y Enrique ya no lo acompañaba en la dirección técnica. “Yo lo quería llamar ese día, pero me tenían bloqueado. Entonces agarré el teléfono de Belu y le hablé. Atendió él y estaba muy contento. Le dije que me llenaba de felicidad que le estuviera yendo bien. También le conté que lo llamaba del teléfono de mi hija porque tenían mi número bloqueado y él me dijo que de eso no entendía nada. Lo último que le dije es que no quería que pensara que lo abrazaba cuando él me daba trabajo, sino que lo quería siempre. Él me contestó: ‘Negrito, vos sabes lo que siento por vos y sé lo que vos sentís por mí; el resto que diga y haga lo que quiera. Te quiero mucho, te deseo todo lo mejor’. Esa fue una de las últimas charlas más largas que tuvimos”, dice.
El exjugador de River, quien por estos días se destaca en la cocina de Master Chef, recuerda que Maradona le decía que no existía ni un jugador de fútbol tan maradoniano como él. “Todavía siento mucho dolor y tristeza. Cada vez que le tocó jugar para la selección lo hizo con mucha entrega y mucho respeto. Ese amor que le ponía a cada partido es el mismo que tenemos que poner al recordar al gran Maradona, al gran Diego”, reflexiona.
Lalo Maradona
Raúl “Lalo” Maradona, el hermano menor de Diego, dice que para la familia “es muy difícil vivir sin él”, más allá de que se habían acostumbrado a tenerlo lejos por sus compromisos laborales. “Lo recordamos todos los días. Con mis hermanas hablamos siempre de las cosas que vivimos con él. Fue muy lindo el festejo de cumpleaños que le hicieron el mes pasado en Argentinos Juniors. Estuvo muy bueno, había mucha gente que hacía mucho no veía. Es muy lindo ver cómo la gente siempre lo tiene presente y lo quiere”.
Lalo cuenta también que Diego estaría muy contento por la Copa América que obtuvo la selección y sobre todo porque la pudo ganar de la mano de Lionel Messi. Al explicar por qué Maradona fue tan querido en todo el mundo, dice: “Él fue muy especial, era un marciano. Lo veías e irradiaba luz, tenía un ángel especial. La gente lo quiere por lo que él era, siempre iba de frente. Por sus locuras, siempre defendía al más débil. Yo viajé mucho tiempo con él y, si bien sabía el cariño que le tenían, me sorprendió mucho el reconocimiento que tuvo cuando falleció. Lo que hicieron por él y lo que siguen haciendo es increíble”, dice en tono de agradecimiento.
Abelardo Carabelli
Abelardo Carabelli conoció a Maradona desde que jugaban juntos en las inferiores de Argentinos Juniors, en los famosos Cebollitas y también con la selección juvenil que salió campeona del mundo en 1979 en Japón. En total, compartieron cancha durante casi una década.
“Es muy duro que no esté. Por cosas de la vida habíamos perdido contacto en el último tiempo. Hace poco, cuando fue el partido homenaje, nos juntamos antes con los juveniles en la que fue la primera casa que le dio Argentinos Juniors a Diego, cuando vivía con Doña Tota. Me pasó algo raro, yo iba mucho ahí cuando éramos pibes, porque dejaba mi auto e íbamos en el de él a entrenar con la selección juvenil. Entonces recordé cuando bajaba la escalera para irnos o cuando estábamos en la cocina y tomábamos unos mates. Me impactó bastante después entrar a la cancha de Argentinos Juniors, donde compartíamos los entrenamientos y la vida”, dice.
Carabelli lo describe a Maradona como una persona que tenía “la camiseta de la selección pintada en la piel, lo sentía de una manera distinta”. Y señala que representaba el sueño de cualquier argentino: “Fue alguien que se hizo bien de abajo y logró imponerse, superar la adversidad y llegar a ser el mejor jugador. Además, nadie te va a hablar mal de él, era un compañero excepcional. Te bancaba siempre, ponía a todos los compañeros delante de él”.
Como ejemplo, cuenta una anécdota de un partido de local entre Argentinos Juniors y Talleres de Córdoba: “Yo jugaba de lateral y recibí una pelota de frente al arco mío. En vez de dársela al arquero (en esa época la podía agarrar con la mano), quise salir jugando. José la Pepona Reinaldi, jugador del equipo visitante, no se comió el amague, me robó la pelota y le hice penal en mi desesperación. Íbamos 0-0, de local, y el técnico me quería clavar puñales. Diego fue el único que vino a abrazarme y a decirme que no me caiga y me dio una tranquilidad enorme. Por suerte, Mario Alles, el arquero uruguayo que teníamos, atajó el penal”.
De tanto conocerlo a Maradona, dice que no se sorprendió cuando hizo su famoso gol a los ingleses. “Yo jugué con él desde los 11 o 12 años. Era normal ver el gol que hizo a los ingleses, ya lo había visto hacer mil goles así. Obviamente, era otro contexto, pero no me asombró el gol en sí; sí a quien se lo hizo”, comentó.
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