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Del récord mundial a las lesiones, y del karma a portar la bandera argentina: el logro de Germán Chiaraviglio
Germán Chiaraviglio nunca abandonó la lucha. No fue fácil. En 2006, con un salto de 5,71 metros, fue campeón mundial juvenil en Pekín. En un país sediento de éxitos deportivos y donde los logros de otras disciplinas son vividos intempestivamente con la lógica del superclásico Boca-River, su figura se cargó de sentido como el nuevo "salvador" del atletismo nacional. Una mochila excesiva para aquel jovencísimo garrochista, en un deporte que en una Argentina pre Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) dependía de enormes esfuerzos individuales.
Después de superar lesiones y por su pasión por el atletismo, llegó otra recompensa, cuando en los Juegos Panamericanos Toronto 2015 consiguió la medalla plateada y superó su marca de China al saltar 5,75 metros, tras casi nueve años. El ambiente deportivo y los atletas saludaron por las redes sociales a Chiaraviglio, que ahora, a los 31 años, suma otro premio: por primera vez portará la bandera de la Argentina en una ceremonia inaugural.
Ocurrirá mañana, en los 11os Juegos Odesur, que se desarrollarán en Cochabamba, Bolivia, hasta el 8 de junio y en los que la delegación nacional estará integrada por 535 deportistas. "Es un gran orgullo. Desde hace muchos años voy a los Juegos. Lo siento como un reconocimiento a mi trayectoria. Sé que hay deportistas que tuvieron mejores resultados que yo. Creo que tiene que ver más con volver al nivel después de muchas dificultades que tuve, como las lesiones", cuenta a LA NACION el atleta santafesino sobre el hecho de ser elegido como abanderado.
Chiaraviglio viajó a Brasil, al sur de San Pablo, donde suele entrenarse junto a garrochistas brasileños. Allí, por ejemplo, conoció al actual campeón olímpico, Thiago Braz Da Silva, que en Río de Janeiro 2016 perforó el récord olímpico, con 6,03 metros. Da Silva no estará en Cochabamba, pero sí competirá Augusto Dutra (campeón en los Odesur 2014), con quien Chiaraviglio también practica en São Caetano Do Sul y con quien luchará por el podio. "Pretendo traer una medalla", afirma el santafesino.
Después llegarán otros desafíos, como el campeonato iberoamericano que tendrá lugar en agosto en Trujillo, Perú. Además, Chiaraviglio se esperanza con competir en alguna fecha de la Liga de Diamante, algo que depende de su desempeño en los próximos certámenes y de la presencia o no de otros garrochistas del circuito. "Tengo que estar con el bolsito siempre listo", se entusiasma el abanderado argentino.
Su primera escala será Cochabamba. Y espera que sus garrochas lleguen a salvo: la semana pasada, luego de otro viaje, el implemento deportivo arribó aplastado a su casa. Se trata, en definitiva, de inconvenientes a los que Chiaraviglio se acostumbró a lo largo de su carrera. Mientras, el santafesino comenta ante LA NACION su satisfacción por ayudar al Club Velocidad y Resistencia, institución que lo formó en La Guardia, cerca de la ciudad de Santa Fe. Gracias a uno de sus patrocinadores (Weber), entregó materiales al club para que construyera alojamientos que luego serán alquilados. Se pretende financiar con ese ingreso viajes de competencia para los jóvenes atletas. "Ahora me falta juntar fondos para pagar mano de obra. Es todo a pulmón. Pero bueno, es un poco mi aporte al atletismo, que tanto me dio", apunta.
Las becas a los deportistas
En tanto, a un día del inicio de los Juegos Sudamericanos, el portal Olímpicos Argentinos dio a conocer una quita de las becas de nivel sudamericano por parte del Enard e informó que casi la mitad del total de los atletas que competirán en los Odesur no tiene beca. En diálogo con LA NACION, una semana atrás, el presidente del Enard y del Comité Olímpico Argentino, Gerardo Werthein, afirmó que se está estudiando "un reordenamiento" de las becas y que las relativas a logros sudamericanos serán otorgadas y "monitoreadas" por la Secretaría de Deporte.
Por el apoyo que brinda al alto rendimiento, el Enard nunca apuntó como una prioridad a los Juegos Odesur. Vale decir, no lleva sus mejores atletas. A veces, en algunos deportes, como lo será este año el handball, sí lo hace. Es que en Cochabamba se pondrá en juego las plazas clasificatorias para los Juegos Panamericanos de Lima, un premio mayor para el handball argentino, cuyo objetivo es la clasificación para los Olímpicos Tokio 2020. A su vez, según se supo, la preocupación sobre la quita de las becas de nivel sudamericano existe en quienes planifican el alto rendimiento en la Argentina. Ese nivel es el trampolín para el salto panamericano y, luego, el mundial.
No es la primera vez que se plantea cuál es el sentido de los Juegos Odesur y si estos deben tener un perfil más juvenil para formar a los atletas que se inician en el alto rendimiento. Paralelamente, surge una pregunta: ¿debería la Argentina desistir de contar con, por ejemplo, nadadores y atletas de altísimo rendimiento solo porque unos pocos tienen alto nivel mundial u olímpico? Por otro lado, los principales logros argentinos de los últimos 50 años en Juegos Olímpicos llegaron luego de la implementación del Enard, mucho después de la creación de la Secretaría de Deporte.
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