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Leyendas: qué dijeron Parker, Duncan, Popovich y Oberto en el retiro de la camiseta de Ginóbili
Cada uno de los mensajes resultó especial. Cargados de emociones, recuerdos, vivencias. Los reconocimientos se multiplicaron en el homenaje de San Antonio Spurs a Manu Ginóbili. Todos querían decirle "gracias". Ahí estaban varios de los mejores de la NBA, la mejor liga de básquetbol del mundo. Ocupaban varias sillas en el centro del estadio AT&T Center. Por un lado, dos de los integrantes del Big Three, Tony Parker y Tim Duncan. El restante, claro, era el bahiense. Conformaron un trío que dejó una huella eterna, el más ganador de la historia: 701 victorias totales. Atentos los observaba el entrenador Gregg Popovich, que supo construir una relación especial con Manu, a quien dirigió a lo largo de 16 años. Finalmente aparecía Fabricio Oberto, prácticamente un hermano para el ex escolta, referentes de la inolvidable Generación Dorada.
El primero en tomar el micrófono fue Parker, de 36 años, y llenó de elogios al argentino. "¡Hola San Antonio! Estoy muy feliz de estar acá, en la noche de Manu. Te lo merecés, amigo. Primero quiero dejar algo bien claro: en la Argentina decían que yo no le pasaba el balón. Que quede claro que no había ningún problema entre nosotros. En todo caso, es culpa de Popovich, que decidía que yo termine la jugada", comenzó el francés entre risas. "Cuando pienso en la manera en la que trabajaste como jugador, solo puedo utilizar una palabra para definirte: sos único. Realmente sos único", destacó quien hoy juega en Charlotte Hornets y viajó especialmente para el homenaje.
"Manu Tenía dos pases, y lo ponía loco a Gregg. El real, y el que tiraba. Pero qué vamos a hacer, si nadie podía controlarlo. Lo dejaron ser Manu, y jugó años gloriosos con esta organización. Mi año favorito fue 2005, cuando se le fue todo el pelo. La otra cosa que se me viene a la cabeza es tu espíritu competitivo. Yo no sería el jugador que fui si no fuera por vos. Vos me ayudaste a ser un mejor jugador. Vos nunca fuiste un jugador egoísta. No hay muchos como vos, que jamás tuvo problemas en salir desde el banco de suplentes. Tu humildad nos sirvió de inspiración porque vos decidiste poner al equipo primero. Leyenda, ganaste campeonatos de Euroliga, selección argentina y Spurs. Un honor jugar a tu lado, Manu. Muchas gracias", cerró Parker y emocionó a todos.
Después llegó el turno para Oberto. Uno de sus grandes amigos, con quien compartió equipo en los Spurs entre 2005 y 2009 y juntos celebraron el anillo de 2007. Entre otras cosas, claro, porque con la Argentina consiguieron la gloria con la medalla dorada en Atenas 2004. Y más. "Este es uno de los momentos en los que uno nunca está preparado. El año pasado recibí una llamada a las 10 de la mañana y dije: 'upa, aquí hay problemas'. Terminamos llorando porque ahí me estaba enterando de su retiro. Podio olímpico, podio en Europa, podio en los Spurs. Pero el más importante logro que recibí fue cuando me acompañaste durante mi problema cardíaco. Ahí es cuando uno se da cuenta de lo grande que sos como amigo y como persona", dijo el cordobés oriundo de Las Varillas mientras lo aplaudía todo el estadio. "Fue un gran momento jugar delante de estos fanáticos. Resultó algo increíble. Muchas veces cuando se juega al básquetbol se esconden los sentimientos. Si alguien te golpeaba o golpeabas a alguien, uno trataba de seguir jugando, no te molestaba. Si había un error Gregg te llamaba la atención, pero había que seguir. Y Manu siempre te daba una mano. Bueno, después de ese llamado me dije: 'le voy a ganar en algo'. Y no pude: me ganó al ping pong, a las cartas, a todo", bromeó Oberto con una sonrisa. " Manu, ahora podés tomarte las cosas con calma y disfrutar a tu familia. Me hiciste una mejor persona y un mejor jugador. Tenés toda la vida para disfrutar de tu retiro y nosotros toda la vida para darte las gracias", finalizó Oberto.
Luego Popovich, de 70 años, habló sobre el bahiense y dejó en claro la admiración que tiene por el argentino: "Recuerdo cuando Manu llegó a nuestras vidas, recuerdo su primer año. En aquel verano le dije a Duncan que teníamos a un jugador nuevo, que se había hecho un buen trabajo, que ese chico debía hacerme el trabajo más sencillo, que tenía unas condiciones espectaculares. Duncan dijo "Ok". Y llegó Manu, que tenía una lesión en el tobillo. Lo sentamos y lo esperamos para enero. Cuando regresó, en una semana todos se preguntaban quién era aquel muchacho", dijo Popovich, que en su discurso además destacó al seleccionado argentino campeón en Atenas 2004.
"Me convertí en un mejor técnico porque aprendi a callarme y disfrutar de verlo jugar. Un rebote ofensivo, un triple, un recupero. Es un ganador, lo sabía desde temprano. Lo que le importaba era ganar. Le decía: 'Manu, ¿por qué hiciste eso?' Y el me respondía: 'soy Manu, esto es lo que soy'". Después miraba a Tim y a Tony, y con los hombros también me demostraban que no podía decir nada. El equipo se complementaba uno a otro. Si no hubiera sido así, no hubiéramos ganado nada. Y nada hubiera sucedido sin Manu. El increíble deseo de ganar, de exigirse, siempre me deslumbró", remarcó Pop. Y luego se dirigió a los Ginóbili. "Mas allá del gran competidor que fue, lo que más le importa y motiva son esas cuatro personas: su familia. Ahí es donde está su corazón, y eso es lo que lo hace tan especial. El entiende las prioridades de su vida. Con todos los intereses que tiene, política, física cuántica, economía, el espacio, etcétera". A esas alturas, todo el AT&T Center estaba invadido por distintas emociones. "La decisión más importante de la franquicia fue que haya llegado Manu Ginóbili, y que haya aceptado ir al banco al comienzo. Y desde allí construyó una carrera que lo llevará sin dudas al salón de la fama. Manu, te amo", cerró Popovich.
El final quedó en manos de Tim Duncan, uno de los mejores exponentes en la historia de la NBA. Ese con el que Ginóbili ganó cuatro campeonatos de la NBA (2003, 2005, 2007 y 2014). "No sé cómo seguir con este discurso después de media hora. Ellos se llevaron lo que yo quería decir. En fin, voy a contar una historia. Yo recibí una llamada de Pop en cuanto terminó ese draft. Terminé viéndolo y seleccionaron a alguien que jamás había escuchado. A un tal "Nanu Gino Bili"", dijo Duncan, de 42 años. El estadio estalló en risas. "Dos meses después yo lo recuerdo en el gimnasio. Y en los entrenamientos le pegaba, le tiraba todo el arsenal. Nunca se quejó y siguió mirando hacia adelante. Para lo que vino, año tras año estuve impresionado con vos. La mayor diversión fue tenerte como compañero y ver la desesperación de Popovich, cuando se enojaba y después se convencía de que lo que hacías estaba bien. Manu, fuiste un visionario porque te anticipabas a lo que iba a suceder. Es un honor estar aquí junto a vos. Te quiero", dijo Duncan. Palabras que quedarán guardadas para siempre.
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