Conflicto sin fin: Boca insistirá hasta el límite con tal de no jugar ante Banfield y San Lorenzo en inferioridad

El escándalo tras la eliminación de Boca en la Copa Libertadores ante Atlético Mineiro, en Belo Horizonte, cuando integrantes del Consejo de Fútbol, cuerpo técnico y jugadores del Xeneize se pelearon con personal de seguridad privada en los pasillos del Mineirao, repercute por estas horas en el ámbito local. Los 24 jugadores aislados durante una semana –reclusión que se inició el miércoles–, por entender las autoridades sanitarias argentinas que se había roto la burbuja, trae derivaciones sin límite. Boca se siente perjudicado y no quiere jugar hoy con Banfield (programado para las 20.15 de este sábado). Las gestiones para que entiendan su situación sólo han acumulado caos y negativas: al cierre de esta edición, Boca jugó una nueva carta y le envió otra nota a la Liga Profesional.

En la misma, Boca expresa que no quiere exponer a los juveniles y hace énfasis en la certificación de la Conmebol y del embajador argentino en Brasil de que la burbuja no se fracturó. Insiste en que los PCR (dos desde que volvió al país) dan negativos en su totalidad. Sin embargo, la Liga ya tendría decidido rechazar nuevamente el pedido de postergación porque considera que “comete errores técnicos graves y confunde reglamentos”, según le contaron a LA NACION. Entonces, la pelota vuelve al Xeneize: el mismo día del partido, hoy, deberá decidir si utiliza a los juveniles o si no se presenta. Boca intenta no jugar.

¿Qué sucede si no asiste al Florencio Sola? Quita de tres puntos por el partido perdido y otros tres puntos más –una vez que finalice el torneo– por no haberse presentado. También, sanciones económicas.

La solicitud para postergar aquellos encuentros comenzó el jueves, estallando el cruce de versiones: mientras Boca sacó un comunicado exponiendo una promesa de suspensión por parte de Tinelli, éste lo negó vía Twitter y explicó que aún debía reunirse con sus pares de la mesa directiva. Claro, ayer era el día de la verdad, en la que se oficializaría la determinación del tema, tanto desde la Liga como desde el Ministerio. Y fueron duros reveses para Boca.

Un juego de presiones, promesas y rumores constantes que orientaron la noticia para un lado y para otro. Aún sin saber la decisión de Tinelli y compañía –ni tampoco qué dictaminarían desde Salud–, en el club no tuvieron la previsión de preservar a los principales juveniles como resguardo ante fallos adversos: no los hubiese desgastado en el compromiso de la Reserva y los tendría listos para enfrentar a la primera de Banfield. Fuera a modo de presión, o bien por un alto grado de confianza debido a las versiones positivas que circulaban, Boca se equivocó al mandarlos a jugar.

Porque en simultáneo a ese partido, Carla Vizzotti, ministra de Salud, salió públicamente por la mañana del viernes a agregar algo más de misterio: “No recibimos ningún pedido de Boca. Rompió la burbuja con la pelea en un área de distinta burbuja y luego volvió a romperla al ir a la comisaría. El aislamiento que se recomendó es preventivo, de bajo riesgo. Porque no es lo mismo, por ejemplo, a lo que le pasó a River en su momento, cuando tuvo 15 casos positivos”. Que sí, que no. Puerta cerrada, puerta abierta.

Inmediatamente, desde Brandsen 805 enviaron el pedido para que el Ministerio le aprobara un corredor sanitario y que sus titulares pudieran jugar.

Sin embargo, pasado el mediodía llegaron las negativas. Primero, desde la reunión de los directivos de la Liga: “Boca tendrá que jugar los partidos en los días y horarios programados. Sí haremos excepciones para que puedan completar la nómina. Reglamentariamente no hay nada que permita poder suspender”, lanzó Cristian Malaspina, vicepresidente de la Liga.

Luego, la del corredor sanitario. “Teniendo en cuenta el riesgo que implica la introducción de nuevas variantes, la situación epidemiológica nacional, el esfuerzo realizado por la sociedad en su conjunto y el potencial riesgo para los jugadores del equipo contrario, la autoridad sanitaria considera que no se puede autorizar la excepción”, fue la conclusión del ministerio de Salud.

En Boca, claro, creció el malestar que viene desde la aventura en Belo Horizonte. Ahora ya es con las autoridades nacionales, pero sobre todo con los dirigentes de los demás clubes.

“Boca no tiene por qué no jugar con su primer equipo. No rompimos la burbuja. Dicen que la policía brasileña no estuvo testeada y por eso también rompimos la burbuja, pero si no estuvieran testeadas esas personas no entrarían al estadio. Parece el VAR: buscan de qué agarrarse porque no tienen de qué”, comienza el descargo de un integrante del Consejo de Fútbol ante este medio.

“Estamos con bronca porque vemos que nadie dijo ‘che, que macana lo que les pasó... con lo que cuesta todo, quedan afuera sin entender por qué’. Nos volvimos sin cometer ningún error y ahora Banfield quiere sacarnos ventaja. Encima, la mayoría de los titulares de la Reserva están aislados y tenemos que poner los suplentes de ellos”, agregaron acerca de la solidaridad que creen en Boca debería existir. Y remataron fuerte: “Si le pasó a Boca, imaginate a otro club del país cuando le toque ir a Brasil. Y la verdad, es coherente: el fútbol de Brasil está más fuerte porque acá no hay unión”.

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