Un futbolista descansa en la concentración para jugar al otro día y no se despega de su celular, un tenista de primer nivel está a punto de entrar a la cancha y todavía le da vueltas en la cabeza y se llena de bronca por un tuit que leyó hace unos minutos en el vestuario, un piloto de autos se siente herido por lo que se dice de él en las redes sociales, otro tenista argentino de elite pide que sus notas sean cerradas a comentarios en un diario digital.
Parece algo invisible, que corre por otros caminos, pero no lo es. A los deportistas argentinos de elite cada vez los afectan más las opiniones y reacciones que se generan en las redes sociales ante cada acontecimiento. Muchas veces, las mismas redes terminan atrapando a los protagonistas y quitándoles tiempo de descanso, de entrenamiento invisible, como lo describen los especialistas consultados por LA NACIÓN. Es un fenómeno social y universal, sí, pero en los deportistas de máximo nivel se convierte en un arma de doble filo, un constante y peligroso equilibrio en la cuerda floja.
Hay algunos que parece que son ganadores desde que se levantan hasta que se van a dormir (Mascherano, ayer, en relación a las críticas que llovieron tras perder la final de la Copa América
Tras la final de la Copa América perdida por la selección argentina ante Chile en Estados Unidos, Gonzalo Higuaín quedó casi exclusivamente como único blanco para los dardos dañinos del anonimato luego de fallar una clara situación de gol, como ya le había pasado en la definición del Mundial 2014 ante Alemania dos años atrás. Memes, cargadas, la mayoría de las bromas apuntaron al Pipita, quien aún no volvió a pisar la Argentina desde entonces. Esa suerte de bullying global se vuelve incontrolable y no atiende causas justas o injustas. Una vez que un tema se vuelve “tendencia” empieza a recorrer los caminos del Whatsapp, Twitter y Facebook. Generalmente, las cuestiones que más impactan están relacionadas con las emociones, las buenas y malas. Le pasó a Higuían, le ocurrió también a Rodrigo Palacio y a otros protagonistas.
¿Dónde están los límites, quién debe ponerlos, cómo se trabaja esta delicada situación emocional que amenaza las 24 horas del día en los dispositivos móviles?
Me morí #meme#Messi#DiMaria#Higuaín#Biglia#KunAguero#Martino#Palacio#Lavezzi#Pocho#Simpsonpic.twitter.com/Ct4oqUsNW2&— Puerco Araña (@puercopotter9) 29 de junio de 2016
La mirada de dos especialistas
“Se habla bastante del tema y nos estamos ocupando, es difícil de manejar”, dice Pablo Pécora, psicólogo de deportistas y quien en su momento atendía a Gastón Gaudio, David Nalbandian, entre otros.”Las redes generan dispersión y le quitan tiempo de descanso, foco mental y tranquilidad al deportista. Se pierde el entrenamiento invisible, es decir lo que hace un profesional cuando no está practicando. Antes, a Gaudio y Nalbandian los hacía jugar dos horas al ajedrez para que desarrollaran la mente, ahora hacer eso es inviable”, explica Pécora, quien recientemente hizo un trabajo con un cuerpo técnico de Primera División para intentar ponerle límites al uso que los jugadores de ese equipo les daban a las redes.
“No es el motivo por el que los jugadores se acercan a mi consultorio para hacerme una consulta, pero a medida que vas trabajando con ellos el tema de las redes sociales aparece”, cuenta Marcelo Roffé, psicólogo que se desempeñó en la selección argentina y colombiana junto a José Pekerman y autor del libro El Partido Mental. “En las redes, a los jugadores los agreden desde el anonimato por su rendimiento o lo que sucede en sus vidas privadas. Hay quienes se la bancan y logran ignorar todos esos comentarios. Si no pueden hacerlo, les aconsejo que cierren las cuentas. Contestar a esos comentarios disminuye las energías, la potencia, la concentración, no vale la pena”, se explaya quien es presidente de la Solcpad (Sociedad Latinoamericana y Caribeña de Psicología de la actividad física y del deporte).
“La redes dan mucha libertad de expresión a gente anónima, que muchas veces termina canalizando allí su frustración”, señala Pécora y sigue: “Muy pocos deportistas entienden el juego de Internet sin que los afecte emocionalmente y que no influya en ellos. La cabeza de los chicos no está preparada para esto y por eso es un juego peligroso que puede afectar emocionalmente al deportista”.
“Ya hace 15 años el futbolista se dormía con el celular en el oído. Hoy en las concentraciones se mata el aburrimiento con el celular o la Play Station. El jugador es ansioso y las redes potencian esa ansiedad de ver qué dicen de mí, qué me contestan”, expone Roffé y enumera soluciones: “Mi trabajo apunta a que estén menos tiempo con el celular para que la ansiedad no se potencie. Sé que hoy los protagonistas tienen presencia en las redes porque está en juego su imagen, su opinión. Pero el jugador no es un experto en el uso de la tecnología. Por eso, los que no logran manejar este juego es preferible que contraten a alguien para que se encargue de sus cuentas sin que ellos se involucren”.
"Higuaín vive errando" y "Palacio define por abajo"
En los últimos dos meses, hubo fotomontajes y todo tipo de chistes con respecto a Higuaín que circularon por miles de grupos de Whatsapp. El delantero de Juventus, de primer nivel y por cuyo pase pagaron 90 millones de euros hace pocos días, fue objeto de todo tipo de burlas por haber fallado tres situaciones de gol en tres finales consecutivas. “La gente piensa que cada vez que el delantero queda mano a mano con el arquero tiene que terminar en gol. Para mí, definió excelente, se fue por 10 centímetros. No hay ningún delantero que no se pierda goles”, explicó su padre Jorge, en declaraciones a “El Exprimidor” en Radio Latina días después de aquella final perdida contra Chile. “La gente tiene derecho a hacer lo que quiera, opina sentada en la casa y sin conocer la profesión del futbolista a fondo. Deberían opinar desde otro punto de vista. No suma si son irrespetuosos”, lo defendió el Pipa padre.
En ese sentido, Raffo amplía: “Es parte de la mala educación y la falta de respeto de un país exitista que suele buscar un culpable por una frustración. Higuaín terminó siendo el blanco porque Messi al mismo tiempo anunciaba su renuncia de la selección. Es entendible y lógico que Higuaín se tome un tiempo”.
Gonzalo Higuaín nunca habló directamente de este fenómeno viral que lo tuvo como protagonista. Sin embargo, la semana pasada se despachó en Italia con una frase que esconde cierta bronca contenida: “Que me sigan diciendo gordo, así hago más goles”. Se refería a las críticas que recibió de los hinchas de Napoli desde que se concretó su millonario pase a Juventus. Pipita no formó parte de la primera convocatoria en la selección de Edgardo Bauza para las eliminatorias, aunque el Patón dejó en claro que está entre sus elegidos. "No lo llamé porque no está en su mejor momento", explicó el lunes el DT.
Pécora analiza: “Pensemos que Higuaín todavía no volvió al país después de la Copa América y no sabemos por qué, pero seguimos metiendo el dedo en la mella por él. La gente no tolera perder una final por muy poquito, que alguien no haga un gol por 10 centímetros. Se habla de fracaso, pero hubo muchos errores. Martino dijo horas antes de esa final con Chile que había que ganar como sea y cambió su discurso, son importantes los mensajes que vienen de arriba”.
Los memes y humoradas en las redes no son de ahora. Rodrigo Palacio fue otro que debió soportar las cargadas maliciosas después de haber errado, en la final del Mundial 2014, una clara situación de gol en la final ante Alemania. Al instante, cientos de fotos, comentarios, dibujos y fotomontajes hacían mención a esa jugada: algunos, con un sano humor y otros directamente con malicia. "Son cosas que pasan. Fue un error, el deporte tiene estas cosas", explicó luego el delantero bahiense.
Lavezzi, el que se ríe de sí mismo
No me esperen que a las olimpiadas @Rio2016 no llego. Claramente tumbé la barra y terminé con el codo roto jeje pic.twitter.com/l2cjRzlsYd&— Ezequiel Lavezzi (@PochoLavezzi) 26 de junio de 2016
Cuando el vestuario ya no es un sitio sagrado
“Los jugadores de la selección también se faltan el respeto por el mal uso de las redes sociales y se exponen a que los increpen. Al vestuario no se entra con una cámara y menos se publican fotos de su interior como hacían varios de los integrantes del equipo durante la Copa América", dice Pécora y toca un tema particular, que involucra a muchos deportistas, principalmente a los futbolistas.
Con Menotti, Bilardo o Basile, conductores del seleccionado durante más de dos décadas entre los tres, con dos ciclos cada uno, nadie se hubiese imaginado ver imágenes del interior del vestuario de la selección, ese sitio de culto para muchos. "El vestuario es parte de los valores del deporte y en el fútbol siempre fue un sitio sagrado. Pero subís una foto del interior del vestuario y al otro día te matan si perdés, te exponés”, cierra Pécora y describe una época, las de las redes, los memes, las cargadas, nuevos protagonistas del deporte.
Terminas un partido y tipo... ?? gentileza de @marcosrojo
Una foto publicada por Ezequiel Lavezzi (@pocho22lavezzi) el
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