Colombia, Paraguay y un 0-0 cantado: dos equipos que se olvidaron de llegar al gol

Colombia sumó una nueva decepción en una jornada que pintaba para ratificar su candidatura para llegar al Mundial del año próximo. Pese a contar con las mejores ocasiones de gol, empató 0 a 0 con Paraguay (la octava igualdad en 14 encuentros) y su juego continúa sin alcanzar el vuelo que se le supone.

El espinoso camino que colombianos y paraguayos vienen recorriendo en estas eliminatorias no sabe de escalas plácidas. Los partidos son estaciones de sufrimiento, para hinchas, jugadores y técnicos, y jugar bien se convierte casi en una quimera, una pauta que esta vez se repitió punto por punto y de principio a fin.

Cero goles en los cuatro encuentros previos era la marca con la que ambos equipos arribaron a Barranquilla, y cada entrenador intentó solventar el déficit a su manera. Reinaldo Rueda, el técnico local, decidió recurrir a James Rodríguez, un ilustre de presente dudoso (llevaba un año sin ser titular en su selección), pero con la calidad intacta para descubrir compañeros libres y lanzar centros exactos. La intermitencia y algunas imprecisiones del ex jugador de Banfield le dieron la razón a quienes criticaron la decisión de Rueda; los destellos de una zurda privilegiada justificaron su presencia.

Fue James quien mejor entendió que el negocio para su equipo estaba ahí donde se encontrara Luis Díaz, por momentos imparable para los rivales. Fueron sus aciertos los que le dieron a Colombia la marcha extra que se le hacía necesaria a medida que el conjunto de los Barros Schelotto iba abandonando la inicial pretensión de presionar bien arriba y nutría cada vez más la zona defensiva.

La velocidad para desmontar la telaraña guaraní en su campo fue el gran problema de los locales. Cuando lograron imponerla Díaz, Miguel Borja o Luis Muriel, la estructura visitante tembló. Pero fueron pocas veces y además le faltó final. Falló dos veces el cabezazo Borja en posición muy favorable, y no encontraron hueco para el remate Muriel y Juan Cuadrado en un par de visitas al área.

Por su parte, Guillermo apostó por la vía directa para inquietar al adversario. Pero una vez más, Paraguay demostró ser Miguel Almirón-dependiente. El ex Lanús es el único faro de fútbol de los suyos. Se le fue muy ancho un zurdazo cruzado a los 23, y el palo le devolvió otro zapatazo cercano a los 44. Fuera de esto, la idea del técnico argentino está a años luz de ser mínimamente eficaz.

El carrusel de cambios en el segundo tiempo apenas modificó el escenario. Dominio sin efectividad para Colombia; espera con la ilusión de una contra que nunca llegó para Paraguay. Estuvo cerca James, el más lúcido de todos, con un disparo desde la media luna a los 12; pifió el suyo Díaz a los 19; cabeceó alto a los 33 y arañó el palo izquierdo con un zurdazo Duván Zapata ya en tiempo de descuento; lo perdió Diego Valoyes en la acción final.

El 0 a 0 definitivo fue la derivación lógica de aquello que se sabía de antemano. Que la larga racha sin gol de uno y otro no es casualidad, y que para colombianos y paraguayos el trayecto hacia el Mundial continuará siendo un suplicio hasta el último suspiro.

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