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Colin Kaepernick, el jugador que ya lleva un año exiliado de la NFL por su lucha contra el racismo
Es considerado uno de los mejores en su puesto; sin embargo, ninguna franquicia lo contrata
WASHINGTON, (dpa) - La ovación fue cerrada cuando Colin Kaepernick terminó su discurso en Nueva York al recoger, a principios de diciembre, el Premio Legado Muhammad Ali, que la revista "Sports Illustrated" otorga anualmente a figuras del deporte cuyo liderazgo considera un vehículo para cambiar el mundo.
"Uso mi plataforma para protestar por la opresión sistemática, las injusticias raciales y las consecuencias directas del racismo contra los negros en Estados Unidos", manifestó el mariscal de campo. "Con o sin la plataforma de la NFL, continuaré trabajando por la gente".
El deportista cumplirá el 1 de enero un año sin saltar al césped en un partido de la Liga de Fútbol Americano (NFL), donde en agosto de 2016 inició un movimiento de protesta que continúa, aunque ya sin él. Porque desde que puso fin en marzo al contrato con los San Francisco 49ers, ningún equipo intentó ficharlo.
La protesta de Kaepernick que inició todo
Kaepernick fue el primer jugador en hincar la rodilla en el suelo durante el himno nacional. "No voy a levantarme para mostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a la gente negra y a la gente de color. Para mí, esto es mayor que el fútbol y sería egoísta de mi parte mirar a otro lado", explicó entonces.
Kaepernick es mestizo, hijo biológico de un padre negro que se fue antes de que él naciera y de madre blanca que lo dio en adopción. Desde entonces es hijo de Rick y Teresa, un matrimonio blanco de Wisconsin, y el más joven de tres hermanos.
Aquel domingo 1 de enero de 2017 tampoco se puso en pie antes del encuentro que enfrentó a los San Francisco 49ers con los Seattle Seahawks. Aún no lo sabía, pero sería el último en al menos un año.
El hombre que en 2013 condujo al equipo californiano al Super Bowl, la gran final del fútbol americano, era entonces uno de los mejores quarterbacks de la liga. "Está siendo boicoteado por la NFL", ha dicho el astro del baloncesto LeBron James, una de las voces políticamente más activas en el deporte estadounidense.
El precio a pagar por su activismo silencioso sobre el césped puede aún ser mayor: los 30 años que ya tiene son una edad avanzada para un deportista, sobre todo cuando lleva uno sin competir.
"Va a convertirse en el primer atleta estrella desde la era de Vietnam en perder su carrera por sus convicciones", escribió la revista "Time" al designarlo como uno de los finalistas del título de Persona del Año. "El impacto de este acto en la carrera de Kaepernick ha sido letal", certificó "Sports Illustrated".
El himno nacional es sagrado en un país que tiene el patriotismo como uno de sus principales valores y que cuenta con un código para escucharlo: en pie, mirando a la bandera, los civiles se llevan la mano al corazón y los militares hacen el saludo castrense. La sociedad se dividió ante el gesto de Kaepernick y en los campos de fútbol se escucharon fuertes los abucheos al mariscal de campo.
Dos tercios de los jugadores de la NFL son negros, pero el fútbol americano es un deporte visto más por blancos. Ningún equipo ha dicho públicamente que haya desistido de pujar por Kaepernick porque su protesta genera críticas y puede ahuyentar anunciantes. Pero no pocos lo dan por sentado.
"Aproximadamente 90 hombres están actualmente contratados como quarterbacks en la NFL, como jugadores principales o como reservas, y Colin Kaepernick es indiscutiblemente, indudablemente, de plano mejor que al menos 70 de ellos", afirmó la revista "GQ", que lo eligió hombre del año.
Su protesta comenzó en la estela de un verano que había estado marcado por nuevos episodios de violencia policial contra hombres negros. Para entonces ya se había dejado crecer como reivindicación el pelo a lo afro. "Tal vez debería buscarse un país que se adapte mejor a él", dijo Donald Trump , entonces candidato presidencial.
Un año después, ya como mandatario, Trump llamó literalmente "hijo de puta" al mariscal de campo y a quienes lo siguieron en su protesta e instó a los clubes a echarlos.
Kaepernick llevaba seis meses sin equipo cuando el movimiento alcanzó su mayor apogeo: dos centenares de jugadores de la NFL se levantaron durante el himno como respuesta al presidente y los incendiarios tuits de Trump generaron reacciones más allá del fútbol americano.
LeBron James llamó al mandatario "holgazán" y cuando los Cleveland Cavaliers jugaron en octubre el partido de inicio de temporada, las miradas estuvieron en él por la posibilidad de que se arrodillara, iniciando en la NBA una nueva protesta racial.
Ni LeBron ni sus compañeros ni los jugadores de los Boston Celtics hicaron la rodilla aquella noche en el Quincken Loans Arena, pero todos entrelazaron sus brazos durante el himno en una cancha a la que la estrella de los Cavs había saltado con unas zapatillas con la leyenda "equality" (igualdad) en letras mayúsculas y doradas. Lanzaron su mensaje sin romper las reglas, porque en la NBA las normas obligan a escuchar en pie el himno; en la NFL lo aconsejan.
La víspera de ese partido, Kaepernick denunció una confabulación en la NFL para impedirle conseguir equipo y presentó una queja formal."Su objetivo siempre ha sido, y sigue siendo, ser simplemente tratado con justicia por la Liga en la que ha jugado al más alto nivel y poder volver al campo de juego", dijo su abogado.
El comisionado de la NFL, Roger Goodell, negó públicamente en diciembre que exista un boicot. Fue menos de un mes antes de que este 1 de enero, Kaepernick cumpla un año sin pisar el césped.
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