Chilavert fue víctima de la barbarie en otra jornada negra

Las imágenes son las de siempre. Los sonidos estruendosos, también. Un protagonista repetido, José Luis Chilavert. Una hinchada, la de Lanús, que hasta ahora no tenía muchos antecedentes violentos. Comenzarán las hipótesis sobre si el arquero paraguayo exageró, si hubo infiltrados en la tribuna de Lanús, si la policía lo pudo evitar, si...

Lo único cierto es que apenas se habían jugado 35 segundos del partido entre Lanús y Vélez cuando una bomba de estruendo, que cayó desde la tribuna local, aturdió a Chilavert. En el instante de la explosión el arquero se derrumbó con las manos en la cabeza. Después se incorporó levemente y se alejó gateando del área donde fue agredido. Lo atendió el médico de Vélez, Ricardo Coppolecchia, y fue retirado en el carrito para lesionados. El árbitro Sergio Pezzotta conversó con los entrenadores, Miguel Angel Russo y Julio César Falcioni, y les comunicó que suspendió el partido, como indica el reglamento.

Con filmadoras y cámaras fotográficas en la manos, un grupo de chicos de la selección Sub 17 de la Florida (EE.UU.), que llegó en la noche del sábado para conocer el fútbol argentino, observó lo ocurrido con sorpresa. Desde la euforia de las hinchadas cuando salieron los equipos hasta los gestos y las palabras del entrenador Roberto López -es argentino-, que intentó explicarles que el partido se había suspendido. Que es algo que en la Argentina sucede a menudo.

Pero algo diferente pasó esta vez: el agresor está identificado gracias a la utilización del circuito cerrado de televisión. "Es un menor de 17 años, que confesó haber tirado el explosivo", dijo el comisario Horacio Modola, de la Seccional 2a de Lanús, que además desmintió la versión que indicaba que la bomba fue ingresada por una mujer.

• El operativo. La gente de Vélez comenzó a retirarse y por los altoparlantes se informó a la parcialidad de Lanús que debía permanecer en la tribuna. Más de cuarenta policías formaron un cordón en la salida de la popular local y 30 minutos después de la suspensión comenzó una lenta e intensa identificación que duró más de una hora.

El comisario Módola se detuvo frente a la puerta. Por handy recibía la información sobre las personas que habían sido filmadas y ordenó los pasos por seguir. Hubo 31 detenidos, aunque cuando el agresor confesó, fueron quedando en libertad a última hora de la noche.

A raíz de este hecho, el fiscal Eduardo Germán Bauche, de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 10 de Lomas de Zamora, actuó de oficio. En principio, la causa se caratuló como "lesiones leves". Pero más tarde tomó intervención el juzgado Nº 2 de menores de Lomas de Zamora. El joven arrestado deberá prestar declaración hoy.

En lo deportivo, quedará esperar la decisión del Tribunal de Disciplina. Es casi seguro que el partido continuará, habrá una quita de puntos y una multa para Lanús, y la AFA reprogramará la fecha del encuentro. Yentre trámite y trámite, se demorará al menos un mes para volver a ver algo de fútbol entre Lanús y Vélez.

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