CASTRO

ESSEN, Alemania.- Suena extraño el resultado final teniendo a Jorge Fernando Castro como protagonista. Es lógico: su historial no registraba por ningún rincón una derrota antes del límite. Ni ante Terry Norris, ni contra Roy Jones le había pasado. Pero le ocurrió al santacruceño, en su intento por llegar al título de los cruceros. Este Castro de 33 años y excesivos 83,200 kg no pudo con el cubano Juan Carlos Gómez, un hombre habituado a esta categoría y que tiene uno de sus pies prácticamente puesto entre los pesados: perdió por KO técnico en el 10° round y dejó trunca su ilusión de conquistar la corona de los cruceros del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Otrora potente y talentoso, ¡qué extraño lució Castro en su visita al peso previo al de los pesados! Muy gordo y escaso de movilidad, demasiadas contras para plantarse delante de un boxeador como Gómez, que sin ser una luminaria, confirmó la vistosidad de su estilo y el respeto que imponen sus manos. El cubano, que dejó su país natal para radicarse en Hamburgo y emprender una carrera profesional, ratificó su condición de imbatido: ganó las 31 peleas que efectuó (dos fueron ante otro argentino, Marcelo Domínguez) y consiguió su KO número 26, en el estadio Grugahalle, de esta ciudad.

La diferencia de tamaño fue otro de los factores que tuvo que soportar el argentino. Y de entrada comenzó a sacar ventajas Gómez con esa larguísima derecha adelantada, para darle paso a algún zarpazo de izquierda que obligaba al clásico tic de Castro, ese que indica que no pasó nada cuando recibe un golpe.

En el octavo asalto, Locomotora recibió una pequeña ayuda del árbitro, el inglés Larry O’Connell, que le descontó un punto al cubano por golpear a Castro por debajo de la cintura (el límite permitido).

El insólito rincón del argentino, conformado por sus dos hermanos, Walo y Lubi, fue protagonista en los asaltos siguientes. Tras el final del noveno round, cuando las manos del cubano habían arreciado en el rostro y el cuerpo de Castro, el árbitro entendió que desde la esquina del Roña habían decidido terminar con todo. Entonces, O’Connell hizo el gesto de "no va más", ante el desesperado intento de los tres hermanos Castro por explicarle -algo difícil, ya que ninguno habla inglés- que querían seguir con la pelea. La intervención del promotor argentino Hernán Santos Nicolini dio paso a la continuidad del combate.

Igualmente, la suerte del argentino estaba echada. El décimo asalto ofreció un par de buenas combinaciones de Gómez que conmovió, primero, y que envió a la lona, luego, a Castro. Se levantó enseguida el santacruceño, pero Larry O’Connell no quiso saber nada más y detuvo el combate. De nuevo entraron los hermanos de Castro, que entre insultos y empujones intentaban -sin éxito- hacer cambiar de opinión al referí.

Pasó sin pena ni gloria el capítulo del Castro engordado y lejos de su verdadera categoría. Chocó contra un boxeador de buen nivel y, lo que es peor, contra las improvisaciones y decisiones antiprofesionales que ya son marca registrada. Algo que hace rato dejó de darle réditos.

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.

Ir a Canchallena

Conforme a los criterios de

Conocé más