CARLOS ROA

Aunque pareciera insólito, Carlos Roa pasó buena parte del día de ayer levantando el teléfono de su casa para asegurar que aceptó la convocatoria de Marcelo Bielsa y que el 31 del actual estará en el arco del seleccionado argentino, que enfrentará a Holanda, en Amsterdam. Muchos se preguntarán, con razón, por qué podría ocurrir lo contrario, o cuál es la causa para pensar que el guardavallas del Mallorca quedaría al margen.

Para ubicar esta información hay que remitirse a una nota que ayer publicó el diario deportivo Olé, bajo el título "¿Se va?". El texto da cuenta que el arquero "ya decidió que no jugará en el amistoso contra Holanda. Le va a avisar a Bielsa". Y que también "podría dejar el fútbol porque se lo exigen sus convicciones religiosas. Lechuga pertenece a la Iglesia Adventista, que obliga a descansar los sábados".

Su testimonio fue uno de los más requeridos ayer en las Islas Baleares. Ante el llamado telefónico de La Nación , Roa puso como condición de diálogo que el fútbol fuera el único tema de la charla, sin que hubiera consultas sobre su vida religiosa. Descartó cualquier rechazo a la citación de Bielsa. "El lunes (por mañana), a las 8.10, tomo el avión con Pineda y Siviero para incorporarme al seleccionado en Holanda. Estoy muy ilusionado y tengo muchas expectativas con este nuevo ciclo que comienza", expresó.

Primera incógnita despejada: está firme su asistencia en el amistoso desquite de la eliminación argentina en el Mundial `98. Incluso su representante, Alejandro Caamaño, se mostró sorprendido cuando atendió el llamado del diario Baleares: "Me extraña mucho esa información. No me resulta creíble".

El otro punto es su retiro del fútbol supuestamente anticipado, y sustentado en sus convicciones religiosas, que le exigen más tiempo que el que le deja el fútbol. En alguna oportunidad, en comentarios más íntimos que públicos, Roa admitió que no se ve atajando hasta una edad muy avanzada. Tiene 29 años, pero vale apuntar que la vida útil de un arquero profesional es más prolongada que la de cualquier compañero del resto del campo. Su longevidad en el puesto puede extenderse más allá de los 35 años.

Roa no piensa en convertirse en un guardavallas vitalcio ("no voy a aguantar hasta los 40 años", se le escuchó en conversaciones privadas durante septiembre y octubre últimos), pero eso no significa que en alguna mañana próxima anuncie su abandono. "No pienso retirarme por ahora", expresó fuera de los micrófonos.

Es cierto que su fe religiosa ocupa una parte importante en su vida y que hace un hábito de la lectura de la Biblia. Un alejamiento inminente terminaría con una carrera que lo encuentra en un muy buen momento. Consolidado y reconocido en Mallorca, donde es un pilar del equipo que da pelea en la Liga y está en las semifinales de la Recopa de Europa. El llamado de Bielsa es un sinónimo de titularidad para enfrentar a Holanda.

En España le quedan dos años de contrato y un emisario del Manchester ya viajó varias veces para evaluarlo y tender las primeras líneas de una futura contratación. Otra pauta que chocaría contra un retiro inminente es la negociación que mantiene con Mallorca para extender el contrato. Roa solicitó una sustancial mejora económica; a cambio, el club le propone un vínculo de varios años. Un compromiso a largo plazo, justo un límite temporal que sólo la intimidad de Roa sabe si valdrá la pena comprometerse tan a futuro.

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