Río 2016: campeón sin la bandera de su país

RÍO DE JANEIRO (DPA).- Vestido todo de negro y sin bandera, el tirador Fehaid Aldeehani entró de cabeza en la historia. A sus 49 años, el doble medallista de bronce (Sydney 2000 y Londres 2012) se colgó la presea dorada en el doble trap y consiguió, así, el primer metal de ese color para la delegación que representa al movimiento olímpico y a ningún país.

"No puedo describir mi sensación en el podio", dijo Aldeehani luego de vencer al italiano Marco Innocenti por 26 a 24 en el duelo por el oro. La medalla de bronce quedó para el británico Steven Scott. "Estoy ganando la medalla de oro, el mayor logro de los Juegos Olímpicos, sin levantar la bandera de mi país. Realmente me duele, no puedo evitar mi llanto", lagrimeó el veterano tirador.

Aldeehani, militar, podría haber sido el encargado de portar la bandera olímpica en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos. Pero se negó. "Soy militar y voy a llevar sólo la bandera de Kuwait", contó en declaraciones a medios de su país. El comité olímpico kuwaití fue suspendido en octubre del año pasado por reiteradas interferencias del gobierno en sus asuntos.

Apenas se supo vencedor, Aldeehani se pegó con un puño en el pecho. "Estamos aquí y logramos la medalla", quiso decir el tirador con su gesto, según explicó luego del triunfo. La suya fue la primera medalla dorada de la historia para el equipo olímpico. Y habría sido, también, la primera de ese color para su nación.

Aldeehani tampoco pudo escuchar el himno de su país y debió conformarse con el del movimiento olímpico. En su misma condición hay otros nueve atletas, todos kuwaitíes. Esta delegación es diferente a la de los refugiados que tambié participa en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Los atletas que componen esta última son nacidos en naciones como Sudán del Sur, Siria, Etiopía y Congo. En total son diez representantes, que compiten en atletismo, natación y judo.

A fines de octubre pasado, el Comité Olímpico Internacional (COI) resolvió castigar al pequeño país del Golfo Pérsico y lo dejó afuera de todas las actividades del movimiento olímpico. Kuwait respondió con una demanda por mil millones de dólares ante la justicia suiza.

La suspensión a los deportistas kuwaitíes excede el ámbito de los Juegos Olímpicos. Una decisión similar tomó la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA) en su congreso de México, de mayo último. Pese al lobby y las reuniones de dirigentes, jugadores y representantes del gobierno, la entidad con sede en Zúrich confirmó la expulsión al fútbol kuwaití de toda competición internacional.

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