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Camino de exceso
Cómo advertir cuando se padece de sobreentrenamiento, una trampa frecuente que puede arruinar el éxito del atleta
NUEVA YORK.- Hasta la primavera última, Erik Kraus, de 15 años, se dedicaba a correr con buenos resultados. Había estado entrenándose sin pausa durante 18 meses y cada vez corría más rápido. Pero cuando empezaron las competencias de primavera algo empezó a andar mal: cada vez que corría 1500 metros era 15 segundos más lento que en la carrera anterior.
El padre de Erik, el doctor William Kraus, también corredor y cardiólogo de la Universidad de Duke dedicado a estudiar el ejercicio, estaba preocupado. Erik estaba todo el tiempo cansado, sentía las piernas pesadas, se lo veía frustrado e irritable. ¿Podía estar padeciendo esa afección tan temida por los atletas, el sobreentrenamiento?
El sobreentrenamiento es la desventaja del entrenamiento, la trampa que puede arruinar el éxito de un atleta. Se trata de una afección física real, causada por esforzarse demasiado durante demasiado tiempo. Puede darse debido a un exceso de ejercicio, por ejercitarse con demasiada intensidad o por ambas cosas. Se manifiesta produciendo mal desempeño, agotamiento y apatía.
"Uno simplemente se siente mal -dijo el doctor William O. Roberts, especialista en medicina interna de la Universidad de Minnesota, que se dedica a entrenar atletas y es ex presidente del Colegio de Medicina del Deporte-. La chispa se extingue."
Puede presentarse de manera tan insidiosa que los atletas se encuentran atrapados en una espiral descendente sin darse cuenta. Cuanto más se esfuerzan, peores son sus resultados.
Pero hay otra trampa: el sobrediagnóstico del sobreentrenamiento, dijo el doctor Steven Keteyian, director de Cardiología Preventiva del Hospital Henry Ford, de Detroit. Keteyian, que ha escrito trabajos enteros sobre la afección, advierte que en realidad se trata de una dolencia rara. Pero muchos atletas temen padecer sobreentrenamiento cada vez que no tienen un desempeño tan bueno como esperan.
"No ocurre en dos semanas -dijo Keteyian-. Y es improbable que afecte a alguien que corre unos 30 kilómetros semanales o que practica una cantidad equivalente de algún otro deporte de resistencia.
"Treinta kilómetros no es nada -agregó Keteyian-. Podemos empezar a hablar cuando alguien corre 70 kilómetros semanales. Si se trata de un corredor que ha estado corriendo entre 60 y 90 kilómetros semanales, y ahora ha aumentado hasta 100 o 140 kilómetros semanales, y sus tiempos son mayores y se siente agotado, entonces empiezo a prestarle atención."
Si se ha producido sobreentrenamiento, "el camino de regreso es largo", dijo Keteyian. La única cura es interrumpir la actividad durante semanas o meses. "Y ningún atleta quiere eso", añadió Keteyian, así que es importante no apresurarse a sacar conclusiones.
Kraus sabía que era improbable que su hijo padeciera de sobreentrenamiento. Pero sin embargo, todos sus síntomas parecían apuntar a eso. Empezó a buscar datos creíbles acerca del sobreentrenamiento, pero pronto se decepcionó: el sobreentrenamiento era una dolencia poco estudiada y pobremente entendida. No existe una prueba definitiva para el sobreentrenamiento. Se llega a ese diagnóstico por descarte.
Además de peores tiempos y fatiga, según explican Keteyian y otros especialistas, los atletas pueden advertir que sus músculos están más débiles y que su coordinación ha empeorado. El ritmo cardíaco puede ser más elevado de lo que debería ser haciendo un ejercicio moderado. Y el ritmo cardíaco en descanso, controlado a primera hora de la mañana, también puede ser más elevado.
El sobreentrenamiento es una consecuencia imprevista de la única manera conocida de progreso atlético: exigir el cuerpo y esforzarse para correr más rápido o durante más tiempo de lo que le resulta cómodo a cada atleta. "Entrenarse un poco más allá de la propia capacidad es la única manera de mejorar -aclaró Kraus-. Pero hay que equilibrar eso con el descanso y la recuperación. Es una frontera muy tenue. ¿Cuál es el límite y cómo se hace para llegar lo más cerca posible sin traspasarlo?"
Los atletas de elite y sus entrenadores tienen muy en cuenta el sobreentrenamiento, dijo Frank Busch, el entrenador jefe del equipo de natación de la Universidad de Arizona y entrenador asistente del equipo olímpico masculino de natación de Estados Unidos. Y se han convertido en expertos en su prevención.
Malos resultados
Hasta hace poco, los entrenadores creían que el volumen -horas y horas de entrenamiento- era la clave para lograr un desempeño sobresaliente, dijo Busch. "El resultado era una suerte de carrera armamentista entre los nadadores y otros atletas de resistencia para ver quién podía entrenarse más -agregó-. Los atletas empezaron a padecer de sobreentrenamiento."
Ahora, entrenadores y nadadores saben que hay un punto a partir del cual los resultados empeoran. Los entrenadores buscan signos de que sus atletas se están entrenando demasiado. El desempeño es un indicador, por cierto, pero también lo es algo tan simple como que un nadador ha dejado de sonreír.
Roberts dijo que entre sus recientes pacientes sobreentrenados había un joven que era una estrella del esquí. Un año y medio más tarde recibió a otra paciente: la madre del joven, una mujer de mediana edad, que también era una esquiadora premiada. "Los dos se entrenaban demasiado -dijo Roberts-. Ambos regulaban su entrenamiento por sí mismos en ese momento." Nadie los controlaba.
"Los atletas son obsesivos y crédulos -añadió Keteyian-. Harán cualquier cosa que puedan para mejorar su desempeño, y no saben cuándo deben detenerse."
Roberts sugirió que los atletas que se sienten fatigados todo el tiempo deben tomarse primero un tiempo sin hacer deporte, tal vez un lapso que oscila entre unos pocos días y dos semanas. Si después de eso no se sienten mejor, deben consultar a su médico de cabecera y decirle que les preocupa la posibilidad de padecer sobreentrenamiento. O tal vez prefieran consultar a un especialista en medicina del deporte.
En cuanto a Kraus, le dijo a su hijo que se tomara un descanso de dos semanas. Eso no ayudó al joven. Le hizo hacer un análisis para evaluar el nivel de ferritina, una proteína de almacenamiento de hierro. Los atletas sobreentrenados pueden tener bajos niveles de hierro y anemia, aunque el sobreentrenamiento no es la única causa de esto.
Pero aunque los niveles de ferritina de Erik estaban un poco bajos, y aunque aumentaron un poco cuando el joven tomó suplementos de hierro, siguió sintiéndose tan fatigado y apático como antes. Finalmente, Erik Kraus se tomó un descanso de dos meses. No fue fácil. Al igual que otros atletas quería entrenarse, quería correr y temía perder su nivel competitivo. Ahora por fin ha vuelto a correr.
"Cuando volvió a la actividad, comentó: Ahora sí, qué suerte, qué bien me siento ", recordó Kraus. Luego Erik fue a correr 11 kilómetros con el más rápido de su equipo. No sólo se mantuvo al nivel de su compañero, sino que acabó por batirlo.
Erik volvió a su casa sonriente. "Me dijo: Papá, hoy tuve un gran progreso ", añadió Kraus.
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