A los 42 años, Omar Narváez responde con talento a cada crítica: le ganó por KOT al ruso Nikolai Potapov

Habrá que resignarse ante la realidad incontrastable. A cada duda por su veteranía, a cada reproche por la calidad de sus rivales, a cada crítica por los récords y cinturones mundiales obtenidos, Omar Narváez responde con talento arriba del ring. Anoche, con 42 años encima, derrotó por KOT en el 7° round al ruso Nikolai Potapov, en el estadio Obras, y se aseguró una nueva chance mudialista contra el sudafricano Zoloni Tete, monarca gallo de la Organización Mundial de boxeo .

El contundente triunfo logrado por el chubutense se convirtió en un guiño positivo a las dudas que despertaban los dieciséis meses que llevaba sin pelear de manera oficial. Con ánimos renovados y exhibiendo una buena forma física, el Huracán Narváez demostró ante Potapov que está en condiciones de lucirse en una categoría antinatural a su cuerpo, donde reinan boxeadores de mayor talla y alcance de brazos.

Contagiado por el clima de los 2500 espectadores que colmaron el estadio Obras, Omar sacó pecho de ser el argentino mejor dotado técnicamente de los últimos veinte años y demostró que está en óptimas condiciones para convertirse en el primer púgil nacional en lograr tres coronas mundiales en diferentes categorías. “No le tengo miedo al fracaso, yo quiero hacer historia y voy a trabajar duro para lograrlo. Espero que se arregle rápido el combate con Zoloni Tete”, expresó el Omar, apenas bajó del ring.

Desde que arrancó el combate, apostura de uno y otro marcó, visualmente, las diferencias. El oficio y el talento del chubutense fueron demasiado para la guapeza y las ganas de Potapov. Con mucha movilidad de cintura y piernas, Narváez se mostró ansioso en ataque y responsable en defensa durante los siete rounds que duró el combate. Lo del boxeador ruso fue digno hasta que el Huracán, en el 4° round, logró ganar el centro del ring y desplegar toda su artillería boxística.

En las vueltas siguientes, el ex campeón mundial mosca y supermosca salió decidido a ganar el combate. Con una serie de golpes ascendentes y descendentes minó por completa la resistencia de Nikolai Potapov, quien decidió no salir a combatir al 8° round. El árbitro estadounidense Celestino Ruiz, respetando el reglamente OMB (se tiene en cuenta el último round disputado), decretó el nocaut técnico a favor del argentino en el 7°. “La verdad nunca sentí el hecho de no haber combatido durante un año y medio. Me sentí muy fuerte y veloz”, expresó el púgil nacido en Trelew, que elevó su palmarés a 47 triunfos (25 KO), dos derrotas y dos empates.

Las dudas perdieron ante las certezas. A pesar de los años, las lesiones de antaño, la nueva categoría y los dieciséis meses de inactividad, Omar Andrés Narváez volvió a escena con un triunfo contundente y justificó su sueño de volver a ser campeón mundial.

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