Jeremías Ponce y Alberto Zacarías: una dupla inseparable a un paso del objetivo

Hace más de una década un aspirante a boxeador, Jeremías Ponce -un chico de 16 años de edad nativo de José Mármol, conurbano sur del Gran Buenos Aires-, se presentó al entrenador del gimnasio zonal Alberto Zacarías haciéndole saber sus inquietudes para practicar este deporte y llegar a lo más alto.

Alberto lo escuchó con atención. El hijo del gran maestro pugilístico Santos Zacarías, gestor de los campeones mundiales Sergio Palma y Juan Martín Coggi, con formación futbolística en el club Lanús y participación en los seleccionados juveniles de Don Ernesto Duchini, que tuvieron a Diego Maradona y Ramón Díaz como estrellas allá por 1979, supo que había algo especial en aquella conexión.

Y no se equivocó. Constituyeron una dupla fiel, exitosa e inquebrantable hasta llegar a este momento sublime: la pelea por el título mundial. Nadie pudo interponerse en sus caminos pese al sinfín de dimes y diretes que debieron soportar en los últimos meses en torno a esta negociación.

La Federación Internacional de Boxeo (FIB) anunció, el martes pasado, la oficialización del combate por la corona mundial welter jr. -vacante- entre el argentino Jeremías Ponce, de 26 años, primero en el ranking y ganador de sus 30 cotejos (20 KO) y el puertorriqueño Subriel Matías, de 30 años, 18 victorias (18 KO), un revés y segundo en el escalafón, tras los resultados de la subasta reglamentaria ganada por la empresa estadounidense TGB Promotion con 510.000 dólares, a repartir en partes iguales. El match deberá realizarse en los próximas 90 días y cubrirá la vacante dejada por el escocés Josh Taylor, ex titular unificado, quién priorizó su desquite con el inglés Jack Catteral, salvaguardando el cetro (OMB).

¿Cómo llegó la dupla: Ponce-Zacarías a este momento? Deportivamente ganaron esta posición tras la notable victoria sobre el británico Lewis Ritson en Inglaterra, en 2021. Ello potenció una peculiar relación contractual con la con la empresa alemana Unviersum, refundada en el último lustro por ignotos empresarios europeos.

Sin embargo, los teutones incorporaron en esta gestión al veterano promotor inglés Frank Warren, de un recorrido inestable en esta profesión: actual manager de Tyson Fury, campeón mundial pesado; con tufillos de cercanías al irlandés Daniel Kinahan, un hombre buscado por “tráfico de todo” en Estados Unidos y recordado por recibir un disparo de arma de fuego de su primer campeón mundial: Terry Marsh, en los años 80. Asoma como un fantasma, aunque ajeno a la dupla argentina.

Ponce y Zacarías se mantuvieron firmes y autónomos. Contactados con la FIB -con sede en Springfield, New Jersey, Estados Unidos, y casi, en modo personalizado, lidiaron en esta resolución reglamentaria hasta el último día. Defendieron su posición deportiva y la integridad del dinero. Evitaron, además, las oraciones favoritas de los capitalistas de este negocio. Aquí y allá: “¡Esta todo difícil!” y “Pibe, ¿cuánto te gustaría ganar?”. Y a partir de allí sufrir grandes pérdidas y destrato.

La pelea será en Estados Unidos. Matías y equipo presionan por tener la Costa Este -Miami o Nueva York- como sede para sentirse locales. Aunque, en silencio, Al Haymon -el hombre fuerte de este ámbito- será quien decida todos los detalles. Se trabaja duramente por incorporar este desafío en una de las próximas carteleras televisivas de Showtime, en donde Terrence Crawford, Jermell Charlo o Erroll Spence, serán los protagonistas centrales.

Hasta el momento, Jeremías Ponce y Alberto Zacarías hicieron todo bien. Solo resta ganar la pelea para conseguir el gran objetivo.

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