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Imane Khelif fue, en forma contundente, una de las protagonistas de los Juegos Olímpicos de París 2024. La boxeadora argelina ganó la medalla dorada en la categoría de peso welter femenino en medio de una gran polémica luego de que la Asociación Internacional de Boxeo informara que había sido descalificada del Campeonato Mundial en 2023 por no cumplir con los criterios de elegibilidad de género. La atleta africana quedó en el ojo de la tormenta y recibió críticas, sin embargo adelantó que su objetivo es competir en Los Ángeles 2028 y que no se dejará intimidar por nadie, ni siquiera por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
“Voy a responderles de manera directa: el presidente de Estados Unidos ha publicado un decreto sobre la política de los transgénero en Estados Unidos. Yo no soy transgénero, no me afecta y no me intimida”, declaró la boxeadora en la cadena británica ITV News. En febrero pasado, Trump firmó un decreto que prohíbe a los atletas transgénero a participar en deportes femeninos, luego de que durante los Juegos de París, el ahora presidente acusara a la argelina de ser un hombre.
Sobre Los Ángeles 2028, Trump advirtió: “Mi administración no se quedará cruzado de brazos para mirar cómo los hombres baten a deportistas femeninas”. De 25 años, Khelif se proclamó campeona olímpica y durante su participación en París tuvo que soportar acusaciones en referencia a su género. Consultada por ITV News sobre sus objetivos deportivos, Khelif respondió: “Una segunda medalla de oro, por supuesto. En Estados Unidos, en Los Ángeles (...) Aprendí mucho en París. Creo que la antigua Imane estaba al 50% de su potencial; la Imane Khelif de hoy está más motivada y determinada”.
Los títulos olímpicos de Khelif y de la taiwanesa Lin Yu-ting (-57kg.), ambas acusadas de ser transgénero, abrieron un debate en el que participaron personajes públicos como Trump o Elon Musk. Las deportistas, asimismo, estuvieron apoyadas por el Comité Olímpico Internacional (COI) y ambas pudieron competir en la categoría femenina. Las dos boxeadoras fueron excluidas del Mundial 2023 por la Federación Internacional de Boxeo (IBA), quien a su vez fue apartada por el COI de la organización del torneo olímpico por sus problemas financieros y de gobernanza.
En París 2024, la italiana Angela Carini abandonó a los 46 segundos del primer asalto en la pelea del estreno ante Khelif y apuntó a la potencia de los golpes de la africana como una sospecha de su género. Cuando ello ocurrió, la famosa escritora J.K. Rowling (autora de Harry Potter), escribió en la red social X que la argelina estaba “disfrutando de la angustia de una mujer, a la que ÉL acaba de golpear en la cabeza”. A propósito de este comentario virtual, Khelif confesó: “Cuando vi que incluso jefes de Estado, figuras famosas y ex deportistas hablaban de mí sin haber verificado los hechos, me sorprendió. Y prosiguió: “Hablaban solo por hablar, sin información fiable ni documentada. También noté en redes sociales que la gente discutía el tema sin fuentes fiables. Eso fue lo que más me afectó al principio: ¿por qué yo, Imane Khalif, era el blanco de semejante campaña?”.
Could any picture sum up our new men’s rights movement better? The smirk of a male who’s knows he’s protected by a misogynist sporting establishment enjoying the distress of a woman he’s just punched in the head, and whose life’s ambition he’s just shattered. #Paris2024 pic.twitter.com/Q5SbKiksXQ
— J.K. Rowling (@jk_rowling) August 1, 2024
La boxeadora reveló que la experiencia a partir de lo generado en París 2024 fue “increíblemente perturbadora” para ella, su familia y amigos; incluso, provocó que su madre sufriera un estrés severo. “Me afectó mentalmente, así como a mi familia -dijo en la misma entrevista-. Incluso mi madre quedó profundamente afectada; iba al hospital casi a diario. Mis familiares también se vieron afectados y todo el pueblo argelino sintió el peso de la situación. Esto trascendió un asunto deportivo o un partido; se convirtió en una gran campaña mediática que podría haber tenido un grave impacto negativo en mí, mi familia y mi bienestar psicológico (...) Me sentí profundamente afectada mentalmente y desanimada, pero permanecí consciente de lo que estaba sucediendo. Incluso durante los Juegos Olímpicos conté con un equipo de médicos especialistas que me brindaron apoyo y asistencia. Sin su apoyo, podría haber caído en una depresión”.