Gervonta Davis, el heredero de Floyd Mayweather: la industria del boxeo necesita de él para generar show y producir ganancias millonarias

Entre tantos campeones y figuras fugaces que arroja desde sus múltiples entidades la actual industria boxística, el norteamericano Gervonta Davis es cosa seria. Lejos de las presiones que puede insumir ser nombrado por el propio Floyd Mayweather su heredero, pelea tras pelea consolida sus condiciones con prestancia y efectividad. Este sábado derrotó por KOT, en 11° round, al texano Mario Barrios, y se consagró como nuevo campeón regular superligero AMB, en el State Farm Arena de Atlanta.

En un deporte en el que la conversión de una promesa en estrella requiere de un promotor influyente, el ascenso de Davis como uno de los mejores púgiles libra por libra sucede a ritmo vertiginoso sostenido puramente en su enorme talento. Dueño de una personalidad irreverente, una técnica exquisita y una pegada fulminante, con tan solo 26 años acumula un récord de 25 triunfos (24 KO) y tres cinturones mundiales. Por ahora, no hay probadores ni figuras encumbradas que resistan la contundencia de su estilo.

El espectacular triunfo ante el duro texano Mario Barrios no hizo más que reforzar las cualidades que la industria necesita de él para generar show y producir ganancias millonarias. Sin especular con las diferencias físicas y las condiciones boxísticas de su oponente, Davis aplicó sobre el ring de Atlanta todo lo aprendido en las horas de gimnasio que comparte con su amigo Floyd Mayweather y obedeció cada una de las órdenes que éste le espetaba desde el rincón.

“Cuenta con mucho potencial y no tengo dudas que puede ser uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos. Él tenía 14 o 15 años cuando lo conocí por primera vez, y yo le dije que lo convertiría en un campeón mundial. Hoy estoy orgulloso de él”, expresó el Money, quien se pasó todo el combate al borde del ring dándole indicaciones tácticas y algunos retos por desobediencias. “Floyd me dijo que estaba decepcionado y debía mejorar. Le hice caso y todo salió bien. Le agradezco su guía, quiero mucho y voy a seguir sus pasos”, comentó Tank Davis.

Es que hasta la sexta vuelta, Barrios fue el dominador absoluto del combate y con la potencia de sus golpes logró poner en aprietos a Davis. Fue en ese momento que Floyd saltó de su butaca y se puso al mando del rincón y los resultados llegaron rápido: en el octavo, Davis logró conectar a Barrios y lo mandó dos veces a la lona. Parecía que el texano no terminaría la vuelta, pero sí lo hizo. Incluso, más allá de mostrar algunas heridas en su rostro, aguantó intercambiando golpes hasta el 11º capítulo, en el que Davis aceleró y con un zurdazo a la boca del estómago, sentenció el triunfo.

Con esta victoria, Gervonta Davis, que en 2018 noqueó al argentino Jesus Cuellar, sumó un nuevo cinturón a su colección que ya incluye las fajas Superpluma y el campeonato regular Ligero AMB. En tanto, el “Azteca” Barrios, que perdió su invicto, quedó con un récord de 26 triunfos (17KO) y una derrota.

El pasado de Gervonta Davis está lleno de sinsabores y dramas. Muy distante del dulce presente que atraviesa. Se crió en las peligrosas calles de Baltimore, padeció a una madre adicta y vio morir a un hermano de sobredosis. A los 10 años, el boxeo se transformó en la excusa perfecta para canalizar algo de esa violencia que vivía. “Baltimore es peor de lo que vieron en The Wire”, admitió en una entrevista. Sin embargo, lo que le cambió la vida fue haberse cruzado con Floyd Mayweather, quien hoy es su padrino boxístico y lo nombró como su verdadero heredero.

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