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Víctor Ramírez, el campeón del candidato
Daniel Scioli apadrina al Tyson del Abasto, Víctor Ramírez, que se consagró monarca interino crucero en La Ñata, el reducto del gobernador; entretelones de una noche político-deportiva
Alguien podría decir que la campaña obliga a meter los pies en el barro, pero no es precisamente lodo lo que pisa Daniel Scioli . Está en su casa, en Villa La Ñata, un club con instalaciones de primer nivel y un gimnasio que fue adaptado para recibir a 3000 personas que ingresaron de manera gratuita para ver la consagración de su ahijado deportivo: el Tyson del Abasto. El hombre cuyo objetivo es que a fin de año Cristina Fernández de Kirchner le entregue la banda presidencial en el Congreso está parado ahora junto al ring side, en el rincón del aspirante al título, apoyando el mentón en la lona que parece arder en ese anaranjado furioso que lo identifica en el mundo político. Ahí, a un par de pasos, el británico Ola Afolabi y el bonaerense Víctor Emilio Ramírez se juegan la vida –literalmente–, en una pelea encarnizada. Se golpean con salvajismo y después de cada puñetazo el sudor de los boxeadores cae en forma de spray sobre uno de los candidatos del año.
La noche del viernes, en el Sporting Club La Ñata, no pareció ser una más. Más allá de lo que representaba que un boxeador argentino pudiese consagrarse campeón mundial, en el ambiente se vislumbró un innegable contexto político evidenciado por la presencia de empresarios (Eduardo Eurnekian, Alberto Samid y Matías Garfunkel, entre otros), caudillos del conurbano bonaerense como Fernando Espinoza y Hugo Curto, que dejaron en claro la fidelidad hacia el precandidato presidencial, y figuras del deporte y el espectáculo. Los cientos de militantes devenidos en hinchas, que no pararon de alentar a Tyson Ramírez, transformaron el hecho deportivo en un verdadero acto proselitista supervisado por el propio Scioli, quien se encargó de que todo fuera una fiesta. Tanta fue su obsesión que hasta se permitió abandonar por unos minutos el partido de futsal que estaba jugando con su equipo para visitar a Ramírez en el vestuario y dar una nota para la televisión. Eso sí, cuando volvió a la cancha, se dio el gusto de anotar el gol que le dio la victoria a La Ñata contra Arsenal 8 a 7, por la primera jornada del torneo de futsal AFA.
Se estima que los gastos para que Tyson volviera a ser campeón mundial fueron superiores al millón de dólares, teniendo en cuenta que el inglés Afolabi recibió 250.000 en concepto de bolsa y que la Federación Internacional de Boxeo, para que la pelea se hiciera en territorio argentino, percibió, según datos extraoficiales, US$ 400.000.
Más allá del importante aporte económico que hizo la gobernación bonaerense, arriba del ring Ramírez no dejó dudas sobre su victoria, festejada entre otros por el piloto Marcos Di Palma. Con una impecable preparación física y ganas de volver a ser campeón, dominó casi todos los rounds. Afolabi, que dio pelea en base a su mejor línea técnica, no resistió la presión y al comienzo del 11° asalto aplicó un golpe bajo que le costó el excesivo descuento de dos puntos que lo condenó a una inexorable derrota en las tarjetas (dos fallaron 115-111; la tercera, 116-111). De esta manera, el argentino obtuvo el título interino crucero de la FIB y se ganó el derecho a unificarlo en el plazo de nueve meses con el campeón regular, el cubano Yoan Pablo Hernández, quien por una lesión se mantiene inactivo.
La historia de Scioli con Ramírez puede convertirse en una gran alegoría de la relación entre la política y el boxeo. Pero en este caso, a diferencia de otros, el apoyo del gobernador bonaerense al nuevo campeón mundial interino crucero FIB, viene desde sus orígenes como boxeador amateur, cuando trasladó sus sueños de gloria, creados en el gimnasio ferroviario de Constitución, hasta el Abasto, donde el propio Scioli lo bautizó "Tyson" y se convirtió en su padrino."Es un logro que me llena de orgullo. Sé del esfuerzo y la lucha de Víctor", comentó Scioli, minutos después de colocarle el cinturón de campeón a Ramírez.
El mundo del boxeo local siempre tuvo registro de Ramírez más por el apodo de Tyson del Abasto que por el nombre que figura en su documento de identidad. A lo Mike, Víctor se cortaba el pelo bien cortito, vestía de negro, usaba botitas sin medias y competía entre los pesados. Hoy, a Ramírez (22-2, 17 KO), ese apodo no le agrada porque es parte de un pasado violento, suele aclarar: "El destino quiso que tengamos algunas coincidencias, pero yo no soy Tyson, soy Víctor Ramírez".
El sueño de Ramírez como campeón se construyó en las calles de Wilde, en un barrio signado por las privaciones. A los 16 años sintió que tenía condiciones para el boxeo, aunque su padre, Olegario, fue quien dio la primera señal que marcó su destino: le puso los mismos nombres del recordado Galíndez. Pero la muerte de su hermano menor le terminó de marcar el camino para salir de la calle y de sus sórdidas trampas, en las que estuvo alguna vez por perderse. "Si hoy estoy vivo es gracias al boxeo, al Bocha Martinetti, mi técnico y al apoyo que me brinda Daniel", apuntó Tyson, en medio de la euforia.
En 2009, con tan sólo 24 años, Víctor se consagró por primera vez campeón mundial al ganarle en Alemania al ruso Alexander Alexeev; tras defender el cetro en el Luna Park ante Ali Ismailov, resignó el título con el serbio-alemán Marco Huck. Desde entonces, hasta fines de 2013, el Tyson del Abasto (con un respetable récord de 15-2-0, 12 KO) desapareció del mapa boxístico. Y cuando nadie creía en él, ya con 31 años, Scioli lo resucitó a base de millones y poder, y en sólo un año y seis peleas lo convirtió en monarca interino mundial. El padrino del campeón.
Otras movidas del gobernador
1-La final de la Copa Davis de 2008 se jugó en el Polideportivo de Mar del Plata por una gestión de Scioli, que le ganó la pulseada a Mauricio Macri, que quería organizarla en el Luna Park, y a Juan Schiaretti, que pretendía hacerla en el Orfeo, de Córdoba. Si bien no hay datos oficiales, se estima que se invirtieron unos US$ 10 millones.
2-Entre 2010 y 2012, las finales del rugby de la URBA se jugaron en La Plata. Se pagaron 500.000 pesos por año. La disputa comenzó cuando Scioli se enteró de que Sergio Massa tenía intenciones de organizar esos partidos en Tigre.
3-En 2011, la Provincia pagó unos US$ 5 millones por organizar el torneo Preolímpico de básquetbol en Mar del Plata. Para ganar la sede y tener a Ginóbili y compañía en el Polideportivo, se pagaron unos US$ 3 millones; otros US$ 2 millones se invirtieron en costos de organización y hotelería.
4-Desde que los Pumas entraron en el Rugby Championship en 2012, La Plata se aseguró tener tres años consecutivos el partido más importante, con los All Blacks, en el Estadio Unico. No hay datos del dinero que le costó a la gobernación tener los partidos, pero en 2012 el municipio entró en un conflicto con la UAR por reclamos de pagos por tasas de espectáculos deportivos por unos 500 mil pesos.
5-En la Copa América de 2011 consiguió tener el partido inaugural de la selección (ante Bolivia) y un total de seis partidos. Para techar el estadio y completar distintas obras de remodelación para ese certamen, se invirtieron unos $ 100 millones.
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