Boca - Defensa y Justicia: con Tevez como bandera y un gol de Zárate, volvió al triunfo en la Bombonera por la Copa de la Liga

Boca pudo encontrar algo de alivio entre tanta incomodidad al ganarle a Defensa y Justicia por 2-1, en la Bombonera, donde no ganaba desde hacía seis encuentros, todos los jugados durante este año. Con Carlos Tevez como figura, goleador y asistidor, y otro tanto de Mauro Zárate, el xeneize sumó tres puntos vitales para meterse entre los cuatro que se clasificarán a los cuartos de final de la Copa de la Liga, a falta de cinco jornadas. Walter Bou, cedido por la institución, había adelantado al Halcón de arranque.

Con su cabeza (institucional) invadida de conflictos internos, Boca tenía que disimular y poner la mejor cara en la tarde en la que cumplió 116 años. El equipo de Miguel Ángel Russo debía imponerse a dos situaciones que bien iban de la mano. Por un lado, romper esa maldita racha jugando en condición de loca. Por otro, hacerse fuerte y mostrar cuánto le podía repercutir una convivencia infernal que le puso fin a la vicepresidencia de Mario Pergolini durante la semana. No jugó bien, pero le alcanzó para llevarse los tres puntos y se olvidó de aquellas dos cosas.

La ley del “ex”: el gol de Bou para Defensa

Boca no quiso saber nada con el protagonismo desde que Fernando Echenique marcó el inicio del encuentro. O Defensa no se lo permitió. La visita presionó y una vez que tuvo la pelota comenzó a moverla, mientras que el local prefirió marcar hombre a hombre y no salir alocadamente a ahogar la salida, consciente de que los espacios son un manjar para los de Varela. Un monólogo. De derecha a izquierda y viceversa, en un tramo en que Boca miró la pelota pasar durante varios minutos.

Hasta que a los 7, se produjo la primera llegada de los hombres de Beccacece y que rompió el cero: un mal toque de Medina hacia atrás le dejó la pelota servida para el desborde de Rotondi, que asistió a Bou -apenas adelantado-, que con un remate de pique al suelo introdujo la pelota en el arco de Andrada: aún vinculado a la institución boquense, no lo gritó.

El 1-1 de Tevez, de pelota parada

Ante el golpe de arranque, el xeneize empezó a acomodarse mejor y a entender que debía moverse más. De la misma manera, tras un rebote en Breitenbruch, la pelota le quedó a Fabra disponible para desbordar por izquierda, pero terminó consiguiendo un tiro de esquina valioso para los zagueros altos que tiene Boca. Zeballos -que le ganó el puesto a Maroni- lo lanzó a la cabeza de Izquierdoz y su frentazo pegó en Tevez, que volvió a recibir la pelota tras el rebote que ganó Capaldo y definió con un toque suave a la izquierda de Unsain a los 18 minutos. Fue el gol número 92 del ídolo, que le sirvió para alcanzar a Juan Román Riquelme (lo miró desde el palco) en el top 10 de la tabla de goleadores históricos. Y una reacción inmediata muy necesaria.

El empate empezó a cambiar ciertos patrones. Incluso, las intenciones se invertían. Cuando uno quería mover el balón con paciencia, el otro intentaba ser vertical y la terminaba perdiendo. Claro, el que mejor llevaba adelante lo primera era el Halcón, acostumbrado a un estilo de juego de posesión y movilidad con y sin pelota. Boca, mientras tanto, esperaba con los once jugadores en su campo y cuando la tenía, una vez más, los volantes centrales (Campuzano-Medina) no le daban sentido a la tenencia.

Lo mejor del visitante se había producido en los primeros 10 minutos, mientras que Boca mostró apenas algunas corridas clásicas de Villa, pero nada atemorizante. Se estudiaron de sobra y eso hizo que las llegadas claras fueran apenas los goles. En total deuda para el segundo tiempo.

El comienzo del segundo tiempo encontró a esa dupla de volantes de Boca más despierta, anticipando pelotas sueltas. No obstante, fueron apenas unos segundos de lucidez y los demás seguían con el chip del primer tiempo: apurados, imprecisos y sin volumen de juego, jugando siempre al pelotazo, imposible para que el capitán pudiera hacer algo ante los tres centrales que presentó el campeón de la Copa Sudamericana 2020. Defensa, por el contrario, tampoco podía profundizar, pero encontró la manera de incomodar en tres jugadas consecutivas. Marcelo Benítez, de racha goleadora, lanzó un centro y dos córneres olímpicos que obligaron mucho a Andrada en los primeros instantes de la segunda mitad.

No era muy buscado Zeballos. Entonces, Russo hizo el cambio que planificó en la semana: si hay que enganchar hacia la derecha, prefirió hacerlo con Zárate. Otro pelotazo, esta vez de Rojo, le dejó la pelota a Tevez tras un pase atrás de Capaldo y el 10 se vistió de asistidor: lo vio ingresar al área con libertad al ex hombre de Vélez y, en la segunda que tocó, primero remató a las manos de Unsain y luego punteó el rebote hacia la red. Sin ideas y sin ser más ni menos que el rival, el local se puso arriba a los 19 minutos.

Pase de Tevez, gol de Zárate para el 2-1

Con la ventaja, Boca empezó a replegarse y cederle la pelota, como en el comienzo, al adversario. La visita estaba más impreciso y mientras Boca intentaba impregnarle a su juego otra vez la prisa, había un hombre que ponía pausa y generaba infracciones que servían para bajar algunos decibeles: sí, Carlitos, el mejor del local, que dejó el campo a falta de cinco para el final del tiempo reglamentario (por Soldano).

La polémica de la noche, con un posible penal de Rojo a Frías

Con la frescura de Almendra y Varela reemplazando a Campuzano (amonestado) y Medina, el xeneize ganaba piernas para achicar espacios y dificultarle la identidad al de enfrente, mientras los tres zagueros le imposibilitaron los movimientos interesantes a Bou, además de sacar todo desde arriba. Así se comió los minutos y volvió a festejar en casa después de más de tres meses. Sobre el final, Defensa reclamó un posible penal, por una supuesta falta de Rojo sobre Frías en los últimos segundos. Fernando Echenique no pensó lo mismo, y el partido terminó. Así, Boca tuvo un feliz cumpleaños que calma un poco las tantas turbulencias.

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