BICAMPEON

Cuánto vale la experiencia? No se puede medir ni sopesar. Es un valor abstracto que sólo cobra relevancia en el momento en que se aplica y se consigue el objetivo. En el basquetbol, por ejemplo, la experiencia permite ganar finales cerrados. Si quedan 9 segundos y el rival acaba de empatar el partido con un triple increíble, la experiencia dice que hay que sobreponerse al shock lo más rápido posible y aprovechar cualquier distracción del rival para montar una ofensiva letal.

Exactamente como lo hizo anteanoche Atenas, en tierra brasileña, frente al Marathon Franca y nada menos que en la final de la Liga Sudamericana .

Reposición veloz, habilitación inmediata para el estratego ( Marcelo Milanesio ) y asistencia sorpresiva para el tirador ( Steve Edwards ). ¡Triple...! ¡Triple y final! ¡Atenas campeón! Sí, otra vez el mejor de Sudamérica.

Gozaron los jugadores, después, del estupor y el desconsuelo del rival. Y disfrutarán, a continuación, de los festejos: el corte de las redes, la vuelta olímpica, y de la reluciente copa, que en este caso engalanará por un año más la ya prestigiosa vitrina del club cordobés, el mejor equipo argentino y quizá, de todos los tiempos. Llegará, enseguida, el calor del pueblo, la alegría inconmensurable de toda una ciudad.

Como la que vivieron ayer los jugadores de Atenas, entre las 17 y las 19, el tiempo que demoraron en bajar del avión en Pajas Blancas para subirse a un ómnibus y recorrer el centro cordobés, pasando por la tradicional intersección de Colón y General Paz . Allí se encontraron con la multitud de siempre que, a corazón abierto, deliró al ver la cara de Marcelo (no hace falta el apellido) a través del parabrisas, pues esta vez la llovizna impidió el paseo en la autombomba de otros títulos.

Después, la llegada al barrio General Bustos, donde está la sede de Atenas, para el abrazo con los familiares, los amigos y los hinchas de siempre.

Una historia repetida. Una costumbre. Un orgullo que les llena la boca a los cordobeses. ¡Bicampeones! , dicen las nuevas remeras que ayer ya estaban listas, porque la fe es lo primero que se gana si uno es hincha de Atenas.

"Cuándo erré esos dos tiros libres sobre el final me quería morir. Por suerte mis compañeros me salvaron. Es increíble lo que me sucedió; tenía tantas ganas de meter esos libres que por primera vez me persigné en una cancha de basquetbol . Menos mal que Edwards metió ese triple", dijo Milanesio.

"Había que ganarlo así, en un final cerrado. Sabíamos que iba a ser muy difícil; por eso queríamos llegar tanto a tanto al final. Lo mejor de todo esto es que no tuvimos que jugar dos partidos en Brasil, porque nos hubiese desgastado para afrontar la final de la Liga Nacional con Boca", afirmó el técnico Rubén Magnano.

"Estamos cansados por los problemas del viaje de retorno (el avión no pudo bajar en Córdoba y debió hacer una escala de tres horas en Rosario), pero muy contentos por el bicampeonato sudamericano. Ahora hay que descansar porque lo que más queremos es el quinto título de la Liga Nacional y la final con Boca ya la tenemos encima ", explicó Héctor Campana.

"Ganarle a Boca, después de esto, sería mi mejor despedida" , agregó Fabricio Oberto, que seguirá su carrera en el exterior, posiblemente en un club griego.

No fue, el de los jugadores, un festejo loco y desenfrenado, como el del año último cuando vencieron a Corinthians. Todos recuerdan que después de aquella gran alegría, Independiente, de General Pico, los eliminó en las semifinales de la Liga Nacional. No quieren que pase lo mismo. Festejaron mesuradamente y pensando en la primera final del domingo contra Boca. Es increíble: Atenas aplica la experiencia hasta cuando festeja los títulos.

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