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Berni Maldonado, de runner a atleta de elite
El cordobés de 23 años pesaba más de 110 kilos pero un día, para paliar la desazón y enfrentar la vergüenza, empezó a correr; fue cuarto en los 15K de New Balance, liderando gran parte de la carrera, y viene de realizar su mejor marca en 10 km de calle; pasado, presente, proyectos y futuro de un corredor que quiere llegar bien alto
De vuelta a la calma, esa que tanto le cuesta, Bernardo Maldonado se toma un tiempo para responder preguntas de LNCorre después de un fin de semana tan inverosímil como su propia historia dentro del running. El runner devenido en atleta, acaba de tener su tiempo de inobjetable fama: un cuarto puesto en los 15k de New Balance (47m05s), a escasos metros del olímpico Luis Molina. De hecho, lideró buena parte de la competencia a un ritmo debajo de los tres minutos por kilómetro, marcándole el paso a atletas como Molina, Gustavo Frencia o el ganador Joaquín Arbe. “Soy muy vago con la vuelta a la calma y los estiramientos, apenas termino un entrenamiento de series o trote me subo al auto y me vuelvo a mi casa (risas)”. Asimismo, reconoce que tampoco le gusta el gimnasio, y que “prefiere cargar 170 kilómetros semanales a tener que hacer ejercicios en un lugar cerrado”.
Bernardo tiene 23 años y es el menor de cuatro hermanos. Viene de registrar, aunque de manera extraoficial, su mejor marca en diez kilómetros: 29m54s en Santiago del Estero, competencia que tenía 10.200 metros. Aunque le atribuye cierta responsabilidad a Mito Guerra por haberle “marcado el ritmo”, la progresión de Berni, como todos lo conocen, obedece no sólo a sus piernas sino a su corazón. El mismo que a los 17 años le indicó, después de sufrir bullying en el secundario, debía dedicarse al deporte, a un deporte que le quitó más de 40 kilos pero le devolvió la vida: “La gota que rebalsó el vaso fue luego de mi cumpleaños número 18, terminé inconsciente luego de beber demasiado alcohol. El padre de mi mejor amigo tuvo que traerme a mi casa, me recibió mi mamá llorando, fue horrible. Luego de eso a la semana dejé mis estudios en ciencias económicas, tenía tiempo de sobra y la forma de escaparle a la situación de angustia la encontré a través del ejercicio físico”.
Berni nació el 2 de marzo de 1994, unos meses previos a que Haile Gebrselassie comenzara su leyenda con la victoria sobre Paul Tergat en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Antes de convertirse en corredor fue jugador de rugby, deporte que le dio a su grupo de amigos con el que aún mantiene contacto y le enseñó la disciplina. “Tenía un importante sobrepeso, pero ojo, movía el cuerpo, ¿eh? Cuando hacíamos la parte física en rugby a cargo del PF Federico Rossi, en los trabajos de resistencia a veces me codeaba con los ¾.”, cuenta sobre aquellos días, tal vez una premonición de su potencial como corredor de fondo. A los 17, un año antes de aquel colapso personal y emocional que le cambiaría la vida, se dio cuenta de que el ciclo estaba cumplido. Sobre sus comienzos en el running, revela que fue su primo Matías quien lo desafió a una carrera de 10k, donde cronometró 49m30s. “En realidad quería ganarle a él, pero me terminó sacando unos metros”, recuerda entre risas. “Luego, a los cinco meses ya más preparado me invitó a un 4k de calle y ahí pude realizar podio, le agarré más el gustito y así me anoté en varias carreras fin de semana tras fin de semana. Comencé a juntar trofeos y fue cuando me di cuenta de que esto era lo mío”. En el medio, Berni combinaba entrenamientos de fondo con trabajos de pista y mucha bicicleta para bajar de peso. Su estado de forma empezó a tener correlación con sus competencias, mejorando mucho en poco tiempo. Al respecto, dice que “el poco tiempo que llevo corriendo hizo que mejorara tan rápido. Eso me entusiasma y más tiempo le dedico a entrenar, cuando uno más entrena, más resultados encuentra”.
La disciplina que lo llevó a correr en 30m54s en la pista y que lo proyecta como uno de los corredores más promisorios del fondo argentino también tiene su capítulo dentro de la Universidad. Estudiante de la carrera de Nutrición, Berni explica que no es obsesivo con el control estricto de la alimentación ni tampoco tiene un plan alimenticio a seguir. "Sí hago una correcta selección, sé que está bien y qué no. Trato de cuidarme antes de un entrenamiento para no tener problemas digestivos durante el mismo”, reconoce sonrisa mediante, y añade que después de competir siempre se autorecompensa con las comidas.
-¿Cómo distribuís ambas responsabilidades en tu vida diaria: entrenar y estudiar?
-Soy una persona ordenada con mis horarios. Suelo levantarme alrededor de las 7 de la mañana, salgo hacer mi primer turno a las 7.30, luego desayuno, asisto a clases, regreso al mediodía, almuerzo, duermo siesta, busco a mi mamá por el trabajo, salgo hacer el segundo turno alrededor de las 16 y finalizo mi día trabajando en un restaurante donde me desempeño como cajero o mozo en el horario de 20 a 1. Luego me acuesto a dormir para comenzar al día siguiente.
-Las necesidades tuyas coinciden con las de muchos atletas: falta de apoyo deportivo...
-Soy consciente de que lamentablemente no se puede vivir del atletismo. Gracias a mi familia y al apoyo de algunas empresas privadas, como Europie, el sindicato de Luz y fuerza, Just Run, no dependo de las carreras de calle para vivir. Eso me saca un poco la presión y el stress. Tengo la posibilidad de elegir las carreras y prepararlas bien, aunque siempre es bienvenido más apoyo, siempre es necesario.
Entrenado por Darío Nuñez, Berni también es precavido sobre su futuro aunque se ilusiona: “Estoy en un buen momento, pero no me pongo a pensar en el progreso. Cada vez que terminamos una temporada, con mi entrenador analizamos y planteamos los próximos objetivos. De momento prefiero seguir entrenando y tratar de mejorar mis cronos carrera tras carrera”. Y agrega que la diferencia, independientemente de la carga de kilómetros, está en los detalles: “Con el tiempo empecé a ponerme más fino en los pequeños detalles, el entrenamiento invisible, como en las salidas nocturnas, qué elegir a la hora de comer, los masajes, estiramientos, la crioterapia”.
En la línea de tiempo, el atleta cordobés sintió que podía dar un salto cualitativo a medida que competía con atletas de fuste. “Tuve esa sensación en mi primer Campeonato Nacional, en 2016, en 5000 metros, donde registré 15m14s. En ese momento, estar en la largada con Luis Molina, Joaquín Arbe, Marcelo Fabricius, a los que siempre seguía en las redes, fue muy fuerte. Miraba los videos de sus carreras y yo estaba ahí, compitiendo frente a ellos. Hoy me doy cuenta de que les tuve mucho respeto y no salí a prenderme de ese pelotón, cuando terminé lo hice insatisfecho, con la sensación de que me había quedado con un plus que podía dar. En mi segundo Nacional, con Javier Carriqueo, Miguel Guerra, Derlis Ayala y Martín Méndez pude aguantar hasta el kilómetro seis. Estos campeonatos son los que te van curtiendo, ahí sentí que estaba en un buen nivel”.
Además de atleta de elite, Berni fue y es abanderado de la causa Malvinas Argentinas, un proyecto del atleta y ex combatiente Luis Escudero, que tuvo su capítulo atlético en las Islas en marzo pasado, cuando Luis y cuatro corredores de elite de la Agrupación, entre los que estuvo Maldonado, corrieron el maratón de Malvinas, tanto en la versión individual como en la posta. “Fue una experiencia única donde pude combinar competencia con la visita a las Islas. Se te vienen cosas muy tristes a la cabeza, el primer día de competencia fue muy emotivo y nos dejamos la piel. Luego recorrimos las Islas, donde Luis nos mostró su posición, dónde dormía, comía y pasaba sus días, fuimos al cementerio de Darwin donde descansan la gran mayoría de los argentinos, nuestros héroes. Ojalá próximamente podamos estar de nuevo junto a los chicos defendiendo nuestro récord”, describe.
Sobre sus próximos objetivos, Berni cuenta que “a corto plazo quiero concentrarme en los 5000 y 10.000 metros, la Copa de Clubes a fin de año es el próximo paso”, aunque también reconoce que en el futuro no muy lejano están el medio y el maratón: “Mi idea es competir mucho en distancias más cortas para pasar con mayor facilidad a la larga distancia”. Entrena 140 kilómetros semanales que a veces pueden subir a 170 y bajar a 70 en períodos de competición. “Entreno tres semanas por una de competencia para lograr la supercompensación”. Entre sus dobles turnos, la pista, sus horas como mozo y los libros de Nutrición, Berni no deja de mencionar a su novia francesa Lena. “Ella me ayuda mucho, ahora está en Córdoba por un intercambio hasta fin de año. La idea es el año que viene poder viajar a Europa a probarme en algunos meeting”.
Para Berni, que se supera a sí mismo cada día, todo horizonte parece posible. Como le gusta afirmar y reafirmar: "Todo se trata de entrenar duro".
Sus mejores registros
- 1500 metros: 3m59s.
- 3000 metros: 8m41s.
- 5000 metros: 14m41s.
- 10.000 metros: 30m54s.
- 15km: 47m04s.
- 21kk: 1h10m09s.
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