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Termina un año especial y con varias emociones fuertes
SAN ANTONIO.– Es extraño para el basquetbolista hacer balances a fin de año cuando estás en medio de una temporada. Es complicado. Viví muchas cosas. Quizás a nivel emocional viví dos muy fuertes en el último semestre. Lo de Río de Janeiro, fue muy fuera de lo común, muy especial. Por cómo lo viví y por cómo fue ese final. Resultó algo que me sobrepasó. Y lo disfruté muchísimo. Y también hace poco viví lo de Tim (Duncan). Fue a otro nivel, pero igual de impactante. Verlo ahí, paradito, frente a 20 mil personas que lo querían agasajar y saber que había millones que lo hacían desde sus casas, fue fuerte. Fue un tipo que juntó afecto y respeto como nadie o como muy pocos. Fue muy bueno verlo ahí, porque uno compartió muchas cosas con él, pasamos tantas batallas ganadas y perdidas… Y además me dieron la posibilidad de estar con el micrófono en mano… Sin duda ha sido uno de los momentos especiales de este 2016. En líneas generales siento que es un año muy lindo y es especial porque todavía estoy acá, en San Antonio. Es que si me escuchaban hace un año no estaba tan seguro de poder seguir. Y sigo, me siento bien y entiendo que soy útil para mi equipo. En definitiva, termina un año especial y con varias emociones fuertes.
Pasaron cosas en este tiempo, por ejemplo, esta última noticia de la salida de Nico (Laprovittola). Me parece que opacó un poquito, a nivel emocional, lo que había sido este arranque de temporada. Es una lástima, pero sabíamos que podía estar dentro de las posibilidades. En cierta manera, él conocía que era una de las chances, porque sabía que había un tercer base en el equipo. Lo tenían a Nico como una especie de seguro, por si había alguna lesión, por si Murray [Dejounte] no estaba listo todavía. Nico, a base de juego y carácter, se ganó un lugar y terminó jugando partidos importantes.
Pero bueno, consideraron que los bases principales están bien, plenos físicamente, y Murray está pidiendo cancha, tiene mucho talento, y es por eso que el staff técnico quiere apostar por él. Lo positivo para Nico es que demostró sus condiciones, que no desentonó y se ganó el respeto de los compañeros. Pero está en un equipo complicado, profundo y que ya tenía tres bases. Es una pena, porque me llevo muy bien con él, disfruté mucho tenerlo en San Antonio… En fin, pasó lo que pasó. De todas maneras, valoro que pude compartir equipo nuevamente con alguien muy querido, que tiene la misma cultura, el idioma… Porque no pensaba que podía darse eso de tener en la cancha, en San Antonio, alguien tan cercano. Y de alguna manera también se dio con Pato [Patricio Garino], porque lo tuvimos con nosotros casi todo el tiempo. Así que eso estuvo bueno, me hizo bien y entiendo que también fue bueno para Nico y para Pato.
La temporada sin duda que es larga, pero por ahora no siento que estemos jugando muy bien. Tenemos partidos muy buenos y otros no tanto. No estamos siendo muy consistentes, confiables; estamos en un período de altos y bajos. Tratamos de crecer, hay días que nos bancamos las pobres jornadas ofensivas, donde la pelota se mueve poco y tiramos desde afuera. Y tenemos otros días en los que la ofensiva fluye y que nos acomodamos… Pero después volvemos a caer. Ojo, hay que poner las cosas en perspectiva, porque no sólo nos sucede a nosotros. Es una liga larguísima y hay que cambiar esa sensación de que no estamos jugando tan bien, porque nuestro récord no es para nada malo (NdR: acumulan 26 victorias y seis derrotas). Es bueno.
Todos estamos buscando mejorar. Y en ese camino se puede ver a Popovich a los gritos, como sucedió anteanoche en el juego con Phoenix. Sucede que el equipo, durante tres minutos, se había vuelto un poco loco. Era una especie de caos en la cancha. Pero bueno, es parte de su esencia y de la nuestra el querer hacer las cosas bien. Ojo, después Pop se dio cuenta de que había perdido un poco la cordura… La verdad es que él vive todo con la misma intensidad de siempre, es cierto que es un poco menos duro hoy, salvo en contadas ocasiones, a nivel individual. Lo que pasábamos Tony y yo, quizás ahora le ocurre, en menor medida, a Danny (Green). Es verdad que es menos crudo, pero tampoco que es una seda… Son 20 años de una misma forma, no siempre se puede ser igual.
A nivel individual me siento bien. Tengo partidos en que todo me cuesta muchísimo, que siento que no puedo pasar a nadie y si las tres o cuatro posibilidades que tengo no entran me parece que me voy con los brazos vacíos. Pero al tener un equipo que gana seguido, que te permite adaptarte, que disimula desde lo colectivo si tenés una mala noche, todo te hace sentir positivo igual. Siento que ayudo, que soy uno más que colabora para que funcione un sistema y eso me hace sentir satisfecho. Sé que a esta edad no es fácil lograr eso y lo estoy haciendo en un equipo que siempre es de punta.
Y es importante para mí y para el equipo estar con un buen registro. Porque las cosas son intensas a nivel competitivo en toda la liga, más allá de las irregularidades propias de esta altura del torneo. Es cierto que a los Warriors les faltan todavía algunos ajustes, lógicos para todos, pero aún así son el número uno de la NBA y son un peligro. Así que no creo que haya equipo en el mundo que quiera jugar contra Golden State, por la forma en que lo hacen y el talento que tienen. Creo que Golden va a ser uno o dos en el Oeste, y Cleveland será uno o dos del otro lado. Así que no importa si ahora no están tan bien como esperaban. Esos equipos saben que son talentosos y que son candidatos. Pero ojo, porque en la historia de la NBA ha habido muchas sorpresas y todos estamos expectantes.
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